La paz de la Navidad de la mano del origami

La paz de la Navidad de la mano del origami

Esta maravilla oriental es más que un arte. La propuesta es que, mientras plegás papel para tus adornos descubrás cómo te ayuda en la concentración, la paciencia, la atención, ingredientes claves para “amasar” la paz interior.

LA GACETA/FOTO DE FRANCO VERA LA GACETA/FOTO DE FRANCO VERA

Se van acercando las Fiestas: este domingo es el segundo del tiempo de Adviento, y la Navidad ya está en las vidrieras y en las publicidades. ¿Podemos prepararnos -más allá de lo religioso- para un “tiempo de paz”?

La respuesta es “sí, hay varias maneras”; y hoy te proponemos una. Plegar origami no sólo te permitirá otras formas de regalar y de decorar. “Además, es una forma de meditación activa”, resalta Ana Paula Pelli (34), que es maestra de nivel inicial y primaria, de profesión y por vocación. Y en sus tareas como maestra incluye el arte del plagado

“Celebrar y celebrarnos, aprovechando cada pedacito de papel”, plantea como consigna y agrega: “no soy una artista; empecé a aprender en el secundario, en la Sarmiento, con mi maestra, Cecilia Catuara; después hice talleres en el Virla, pero me apasionó la posibilidad de transmitirlo...”. Y en eso está

Sobre el tablero tiene ya plegadas algunas estrellas, unas cajitas, una tarjeta... son algunas de las obras (suyas y de sus alumnos) de un taller con niños que está dictando en estos días. Mientras en sus manos el papel va tomando formas asombrosas, destaca la clave (en lo material, al menos): partir de cuadrados lo más perfectos posibles.

“Los papeles tienen diferente gramaje. Se pueden comprar los que vienen especiales para origami, pero también aprovechar lo que tenemos en casa”, destaca y enumera: hojas de una resma, papel de regalo, papel afiche, cartulina... hasta forro de cuadernos. “Sí hay que saber que si van a hacer falta muchos pliegues, el papel debe ser más bien fino, pero no blandito”, advierte.

Los papeles “especializados” vienen en colores y de más de un tamaño. “Pero también podemos teñirlos”, cuenta Ana Paula, y explica: “lo que hicimos en el taller nos permitió reciclar felpas viejas. Sacamos el interior (es como una esponjita) y lo metemos en un frasco que tenga alcohol: ¡en el acto suelta color! Lo aplicamos con pincel, o con los dedos”.

Buscando la paz interior

Las manos de Ana Paula manos pliegan el papel casi acariciándolo. Está armando la más sencillas de las estrellas (Ver “Sin complicaciones”). “Basta con una tira, lo que permite aprovechar los restos que quedan cuando cortamos los cuadrados”, explica y, mientras trabaja, reflexiona y cuenta: “la técnica es mucho más que decorativa: estimula la concentración en un punto concreto, lo que ayuda a lograr calma mental. También te enfrenta a las frustraciones y a reconocerlas. Y a veces, a superarlas (desarmamos y empezamos de nuevo); otras, a identificar que  el momento puede no ser bueno”.

También ejercita la atención -destaca-, la paciencia (hay que controlar la ansiedad), la memoria (recordar orden del plegado); la abstracción (imaginar a partir de las partes el todo). “Es una hermosa actividad para todas las edades, y muy útil para estimular a los  adultos mayores”, agrega.

¿Te animás a proponerlo a la familia, ahora que además los chicos terminaron las clases? Puede ser una linda excusa para el encuentro, y además, entre el arte (que esta vez puede ser navideño, pero ofrece mil variantes) y los que este genera tenemos una herramienta para “vestirnos” de paz navideña, por fuera y por dentro.

Sin complicaciones

Se puede plegar hasta con cartulina, pero es más sencillo darle la forma con un papel de menos gramaje. Sólo necesitás una tira larga en una proporción aproximada de 1:30 (o sea, si tiene 1 cm de ancho, que tenga unos 30 cm de largo). Claramente, cuando más ancha sea tu cinta, más grande resultará la estrella.

La paz de la Navidad de la mano del origami

Con los primeros 10 cm de uno de los extremos  hacer una suerte de nudo y tirar despacito (que no se arrugue ni se rompa) de la tira. “Sola se acomoda y da lugar a un pentágono”, explica Ana Paula. Cuando lo tengas “aplastado” para que tome la forma definitiva. Luego la “cola” larga de la tira se va apoyando en los diferentes lados del pentágono y se la pliega hacia el lado enfrentado (no enrollar). Cuando la cinta se termina, se “esconde” el final dentro de la última vuelta. “Entonces se pellizcan dos vértices opuestos para hacer las puntas, y luego, los otros tres”, dice, y extiende la mano con la estrellita en la palma.

Aprender y regalar

El jueves 16 de diciembre, en el Orygami Multiespacio (Córdoba 138), Ana Paula dictará un taller gratuito, en el que tendrás la oportunidad de aprender a plegar tus propios regalitos. 

Además, podrás conseguir juguetes, papeles especiales y libros, para aprender este oriental o para obsequiar a tus amigos o familiares.

La paz de la Navidad de la mano del origami

Por más información sobre los horarios, comunicarse por Whatasapp al 3812033038.

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