“Mal agüero”, un hecho artístico para enfrentar fantasmas

“Mal agüero”, un hecho artístico para enfrentar fantasmas

César Romero y Ana Silvia Quinteros dirigen a Maximiliano Vece. El caos como impulso creador.

CORTA TEMPORADA. Maxi Vece se radicará en Italia antes de fin de año. CORTA TEMPORADA. Maxi Vece se radicará en Italia antes de fin de año.
14 Noviembre 2021

“La creación artística se ofrece como un catalizador donde todo el dolor por existir puede materializarse en algo poético, en un ritual de liberación, en una oportunidad para expulsar los demonios internos, y en un desnudo ante un otro que no solo sana a uno mismo, sino también a quien está observando y viéndose reflejado en el sufrimiento del artista”.

Esta definición de César Romero permite abordar “Mal agüero”, la propuesta en la que codirige junto a Ana Silvia Quinteros a Maximiliano Vece y que hoy, a las 21, se repondrá en Casa Luján (Saavedra 74).

En escena, el actor y bailarín se presenta “un fragmento poético donde el mundo externo denso, áspero, seco, desaparece en la intimidad de un cuerpo aturdido, en el que la obsesión habla”. “Ese cuerpo propone modos de acomodarse, de resistir y de habitar el dolor hasta liberarlo al mar. Arena, cartas, sueños, ropajes, la mirada subjetiva sobre los hechos se entrecruzan y chocan contra las rocas”, se describe en la sinopsis de la obra.

Romero puntualiza que “estos tiempos de caos llegaron para transformar las formas de enfrentarnos a los fantasmas internos, esos que estaban de fondo y que ahora salieron a la luz, enfrentándonos al dolor, a la incertidumbre, a la fragilidad de la existencia y a lo efímero de todo”. “El cambio está ahí puesto en bandeja de plata para todos, llega desde la decisión de enfrentarse a los fantasmas y del encuentro con uno mismo, del aceptar, asumir y hacerse cargo de uno como individuo con todo lo que implica; si bien no desaparecen del todo, por lo menos dejan de gritar. Sólo habitando el dolor es posible exorcizarlo, porque cuando nos atraviesa por el cuerpo sentimos, y eso al final del día es a lo que venimos a este mundo: a sentir”, agrega.

En la elaboración del hecho artístico, “tomamos a la angustia como concepto fundante y generador de imágenes propicias para investigar desde el cuerpo -precisa-; el impacto del aislamiento en el bloqueo entre el afuera y el adentro trajo consecuencias variadas según cada quien en la economía libidinal. En esta interrupción de la presencia con los amigos, la familia, la pérdida del saludo y de las actividades cotidianas, son situaciones por demás dolorosas. Sigmund Freud distingue entre angustia, dolor y duelo como afectos displacenteros, y habla de un factor cuantitativo, que ante la intensidad hipertrófica de la excitación podría provocar la ruptura de la protección antiestímulo y con ello la llegada del dolor. Las estructuras juegan los modos en que se hace más presente la posibilidad de depresión, de aumento de estados paranoides o hipocondríacos”.

En ese contexto, alerta que “la angustia avisa al yo de un peligro tanto externo como interno, del desamparo, de la inermidad del sujeto frente a la adversidad, de la demanda de un otro protector, de un auxilio ajeno”. “La pandemia nos llevó a muchos seres queridos; seguramente fueron experiencias dolorosas ligadas a las pérdidas y al duelo como parte de la vida. Nos encontramos ante el virus covid-19, su avance impredecible y amenazante, desarmados, sin poder huir como proponía Freud. Tenemos que aislarnos para salvaguardar nuestras vidas. Y nos resguardamos en la creación”, reivindica.

En la búsqueda de un protagonista, apareció Vece, sin que entonces hubiese estado presente una temporada tan corta que dura hasta fin de mes. Ocurre que el protagonista se va a vivir a Italia, y en la valija se llevará esta propuesta, disponible a poder ser montada en cualquier sitio.

“En nuestro teatro no hay una fórmula, acontece en nuestro ser. Solo hay que aprender a escuchar y descifrar lo que las emociones nos dan, porque es el universo expresándose a través nuestro. Como seres humanos, no aprendemos de las situaciones alegres y positivas, sino cuando todo está fuera de control, duele, quema... El caos es un elemento creador y nuestro punto de partida fue el deseo de hacer”, concluye.

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