Una serie que visibiliza la violencia

Una serie que visibiliza la violencia

¿A dónde va a dormir una mamá con su hija de dos años cuando escapa de su casa, en medio de la noche, luego de un episodio de violencia? ¿Qué pasa si sus padres no están presentes y los únicos amigos que tiene son los de la pareja?

La serie “Las cosas por limpiar” (“Maid”, EEUU) que se estrenó el 1 de octubre junto a “El juego del Calamar”, pasó desapercibida en Netflix debido al fenómeno que causó la ya popular ficción surcoreana. Sin embargo, “Las cosas…” ocupó un puesto firme desde hace semanas como lo más visto en Argentina y el mundo.

En esta serie, la violencia doméstica y de género es la protagonista en la piel de la joven Alex (Margaret Qualley) que intenta rearmarse y encontrarse con ella misma cuando se percata de lo peligrosa que es la convivencia con su pareja y padre de la niña. “No me pegó, cuando toma alcohol se pone violento”, repite a las personas que intentan ayudarla mientras no se reconoce como víctima de violencia porque él no la ha golpeado ni a ella ni a su hija –todavía-, pero golpea las paredes, tira platos y tazas de vidrio por los aires. La relación caló hondo en ella y debilitó su autoestima: él controla su vida, no tiene familia ni amigos en quien apoyarse y es quien provee económicamente a la pareja. La protagonista encarnada por Qualley (hija de la actriz Andie McDowell quien, a su vez, encarna a su madre en la serie) tiene el equilibrio perfecto entre una joven doblegada por la situación pero con la fortaleza necesaria de saber a dónde no quiere volver. En los diez capítulos la serie va creciendo y transformándose en un relato de superación, sanación y autodescubrimiento.

La serie está basada en un caso real y la producción, de la cual participa la actriz Margot Robbie, se basó en el libro de Stephanie Land “Hard work, low pay, and a mother’s will to survive”, que se publicó en 2019 y se convirtió rápidamente en un best seller en Estados Unidos. La historia que se narra en el libro es la misma: una joven con sueños y un ingreso a la Universidad pendiente hasta que conoce al padre de su futura hija, Jamie. Cuando se queda embarazada él le pide abortar y ella decide continuar con el embarazo. Esa situación es la que causa el inicio de la violencia que comienza con abuso verbal. El sistema de bienestar norteamericano, que tiene sus similitudes con lo que sucede en nuestro país, se visibiliza porque la joven debe tener una denuncia policial hecha para poder acceder a un refugio, cupones de alimentos y subsidios para el cuidado de niños para que, siendo madre soltera, pueda conseguir un trabajo.

En la novela hay mucho del sueño americano y de cómo aquellos que se sacrifican en pos de un objetivo obtienen buenos resultados. A pesar de que esta utopía pudiera no cumplirse en Latinoamérica, narra con claridad las diferencias entre las clases sociales, el endeble sistema estatal cuando aparecen estas situaciones y, por supuesto, la precariedad de muchos trabajos.

Un plus difícil de pasar por alto para quienes buscamos la igualdad: el equipo de la serie está liderado por mujeres, según informó Netflix a LA GACETA: junto con la autora y productora de esta serie, cuatro de los cinco directores son mujeres, tres editores, una directora de fotografía y la mayoría de los escritores de cada capítulo son mujeres. A esto se le suma el diseño de producción de la serie, la supervisión musical, el vestuario, el maquillaje y la peluquería, a cargo de mujeres.

Si conocés a alguien o sos víctima de violencia de género, podés llamar de manera gratuita al 144 en Argentina, durante las 24 horas, los 365 días del año.

La violencia machista en “Las cosas por limpiar”, está bien narrada y sin golpes bajos, por si quedaban dudas de cómo se construye ese círculo de abuso psicológico y físico entre un maltratador y su víctima que depende de él económica y afectivamente. Es una serie para plantar diálogo entre la familia y los amigos sobre un tema transversal a todas las sociedades y culturas.

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Un llamado, el primer paso hacia un nuevo capítulo

La violencia de género se computa en cifras que, en Argentina. Son una alerta importante para seguir hablando de estos temas: entre enero y junio de 2021, se recibieron 52.072 comunicaciones a las tres sedes de la Línea 144. La mayor cantidad de llamadas se registró en marzo. El 69% de esas llamadas fueron por casos de violencia física y el 96% por violencia psicológica, según datos públicos de la línea telefónica de emergencia 144.

Con respecto a los datos de la persona en situación de violencia: el 97% de las personas que se comunicaron son mujeres; el 61% tiene entre 15 y 44 años; el 2% se encontraban embarazadas y casi el 3% eran personas con discapacidad. Con respecto a la persona agresora: el 89% son varones; en el 48% de los casos, quien comete las agresiones es una ex pareja y en el 35% quien agrede es la pareja actual.

Esta línea telefónica en Argentina se especializa en recibir llamadas de mujeres víctimas de violencia de género y trabaja durante las 24 horas, los 365 días del año. Es anónima, gratuita y nacional. Desde allí brindan información, contención y asesoramiento en aquellas temáticas relacionadas con la violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial y simbólica. El objetivo es acompañar a las víctimas en las distintas situaciones que estén atravesando, ya sea antes, durante o después de un episodio de violencia.

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