Por Gustavo Rodríguez
02 Agosto 2021
EN RETIRADA. Los policías custodian a los adolescentes para que se marchen del country Los Alamos.
La escena dantesca se vivió ayer a la madrugada en un country de la avenida Presidente Perón. Un grupo de más de 50 jóvenes ingresaron a ese lugar saltando la cerca perimetral para participar de una fiesta que nunca existió. Se trató de una pijamada de cinco adolescentes que se desarrollaba en una vivienda. El episodio volvió a generar debate sobre la efectividad de la seguridad en estos lugares.
Un llamado anónimo realizado al servicio 911 daba cuenta que en el country Los Álamos se estaba desarrollando una fiesta. Una comisión policial, dirigida por el oficial Joaquín Albornoz y Carlos Daniel Ruiz, se presentó en el lugar. Con la autorización del guardia ingresaron al predio y descubrieron que más de 50 adolescentes estaban esperando ingresar a una casa. Se dirigieron hasta el lugar y se entrevistaron con el dueño de casa. El hombre aclaró que una de sus hijas había organizado una pijamada con cinco amigas. Agregó que comenzaron a ingresar de manera ilegal al country decenas de jóvenes que pensaron que allí había una fiesta.
Luciana, vecina del lugar relató que durante la madrugada comenzaron a sentir movimientos y griteríos extraños, por lo que se comunicaron con la portería para denunciar lo que estaba pasando. Otro habitante del country, también indignado por lo que estaba ocurriendo, llamó a la Policía.
“Actuamos como indican las normas. Pedimos permiso para ingresar, lo hicimos y constatamos que había muchos chicos en el frente de la casa tratando de entrar, pero ninguno estaba adentro, sino en una de las calles internas. Tampoco se escuchaba música para que se pueda pensar que se estaba desarrollando una fiesta”, explicó el comisario Ruiz.
El comisario informó que por orden del jefe de la Unidad Regional Norte Damián Soria, se comunicaron la Unidad de Decisión Temprana, que conduce Marcelo Leguizamón. “Nos ordenó al personal que no realizaran actuación alguna y que desalojáramos el lugar. Sin que se registraran incidentes logramos que los jóvenes se retiren del lugar”, agregó.
Fuentes judiciales explicaron que no se le inició ninguna causa hasta ayer a la tarde porque no había ningún indicio que les confirme que allí se estaba desarrollando una fiesta clandestina. Pero aclararon que la situación podría cambiar si es que alguna persona que se sienta damnificada realice una denuncia.
El tema del día
El caso de la pijamada fue tema de debate durante toda la jornada en Yerba Buena. “Las fiestas privadas están prohibidas en los countries. Los guardias saben que deben denunciar si se está haciendo una. Desde el año pasado que en la mayoría de los barrios está en vigencia esa norma”, señaló Franco Rivadeneira. “El problema aquí pasó por otro lado: la falla en la seguridad. ¿Cómo van a entrar más de 50 chicos y nadie se dio cuenta”, agregó.
Darío da Souza coincidió con su amigo y vecino. “Robos en casas cuando sus dueños no están, se llevan bicicletas y ahora invasión a la propiedad privada por parte de un grupo de jóvenes. ¿Qué más se necesita para afirmar que un country ya no es tan seguro”, explicó mientras tomaba un café.
María Pía Ramírez explicó que la crisis económica afecta a la seguridad de los barrios privados. “Para vivir tranquilos es necesario tener una buena cantidad de agentes realizando tareas de vigilancia. Pero ese servicio es costoso y se lo traslada a las expensas. Y como muchos se quejan de su valor, se termina contratando lo básico. Y ahí está el problema”, analizó.
“Todos los habitantes de los barrios privados no se confían y están tomando medidas de seguridad extras. Algunos pusieron rejas en las ventanas, otros alarmas o cámaras para observar lo que ocurre afuera. Lo que sí es seguro que nadie deja cosas afuera que puedan tentar a los ladrones”, concluyó Fernando Mirande.
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