Una víctima de femicidio sufrió la violencia toda su vida

Ana María Romero vivió un infierno desde que era muy pequeña. Sus familiares aseguran que el Estado no la protegió. Pobreza y droga, un cóctel explosivo.

EL “DOMICILIO” DE ”PETACA”. Los policías secuestraron más evidencia en la choza donde residía el acusado. EL “DOMICILIO” DE ”PETACA”. Los policías secuestraron más evidencia en la choza donde residía el acusado.

Detrás del femicidio de Ana María Romero (42 años) hay una historia de dolor y sufrimiento que conmueve. Su vida fue tan dramática que incluso supera las polémicas que generó el hecho de que pudo haber sido asesinada por un hombre que acumulaba cuatro condenas. También la indiferencia de sus vecinos, que nunca la ayudaron, pero no dudaron en ocupar el terreno donde su cuerpo fue hallado hace una semana.

“Era una persona que se daba con todo el mundo. Ella siempre siguió adelante, a pesar que era analfabeta, siempre se la rebuscaba”, explicó su hermana Marcelina Antonia Romero. Otros allegados comentaron que ella siempre quiso ir a la escuela para aprender a escribir, pero que su padre nunca se lo permitió porque entendía que el estudio no era cosa de mujeres.

Formó pareja con un hombre que amó hasta su muerte, ocurrida hace más de siete años. “Con él tuvo siete hijos. Era un hombre bueno, pero la golpeaba mucho. Siempre le pegó. Nunca nos dijo si alguna vez lo denunció, pero estoy segura de que no”, relató la hermana.

Al tiempo de haber quedado viuda formó pareja con otra persona que tampoco le hizo bien. Marcelina Romero le dijo a LA GACETA que era probable que esa pareja también le pegara cuando estuvieron juntos. Sí aseguró que por él comenzó a consumir drogas y vendió la casita que tenía en el barrio. “Ella se quedó en la calle y él está preso. Los hijos más grandes se las rebuscaron y encontraron dónde vivir. A la hijita de 12 se la quitaron los de la Defensoría porque alguien mintió que había sido abusada. Y el más chiquito ahora está conmigo”, comentó.

La mujer explicó que Ana María nunca recibió ayuda estatal para salir adelante. “Sólo cobraba una pensión por una grave enfermedad que padecía. Su hijo más chico ahora está conmigo, pero no sé cómo voy a hacer porque también soy humilde y no puedo ayudarlo”, explicó en la entrevista con LA GACETA.

A Romero, agobiada por la miseria y la adicción que sufría, no le habría quedado otra que salir a vender su cuerpo. Así conoció a Nancy Zelaya, la joven prostituta que fue asesinada en Concepción en mayo de 2020. “Después de la muerte de esa chica, hablamos con ella. Le decíamos que dejara eso y las drogas. Pero no tenía cómo hacerlo. Si no lo hacía, se moría de hambre. Si ni casa tenía. Vivía de un lado para el otro y dormía donde podía”; dijo la hermana.

Y uno de sus lugares era la casa de la suegra de su hijo que vive en barrio Tagusa, Aguilares. Los vecinos dicen que en alguna oportunidad la vieron junto a Vicky Nieva, la mujer trans que fue asesinada en abril por su ex pareja.

El final

Marcelina Romero dijo que uno de sus hijos fue el último que la vio. Salió el domingo de Aguilares a Concepción. Estiman que llegó a esa ciudad por la noche. “No sabíamos nada de ella porque era común que estuviera tres o más días en un lugar y después reaparecía”, comentó.

Hasta el momento no se pudo establecer cuáles fueron los movimientos de la víctima los días posteriores. Hay una sola persona que la vio caminando el miércoles con el acusado del crimen, Manuel “Petaca” Sena, cerca del lugar donde fue asesinada. El fiscal Héctor Fabián Assad planteó la teoría de que la mujer fue asesinada esa jornada en el basural donde encontraron el cuerpo.

“Petaca” había sido condenado en cuatro oportunidades por la Justicia y en todas de ellas quedó libre por haber cumplido las penas impuestas. La última vez que recuperó la libertad fue el 28 de junio. Seis días después, el 4 de julio, volvió a ocupar un calabozo, en este caso, por una contravención. Diez días después habría cometido el femicidio.

Personal de la Brigada de Investigaciones Sur, al mando del comisario Ariel López, allanó la choza armada con palos, caños y plásticos donde vivía Sena. Secuestraron más evidencias en su contra.

“No podemos creer que esa persona haya estado libre. Tenía muchos antecedentes. Por eso le pedimos explicación a la Justicia. No sabemos mucho de leyes, pero nos parece mal que una persona así siga en libertad porque después termina matando a alguien”; concluyó la hermana de la víctima.

Otras tragedias

Ornella Dottori

La joven de 17 años fue encontrada sin vida en un descampado cercano a Juan Bautista Alberdi. La víctima sufría problemas de adicción y estaba embarazada cuando acabaron con su vida. Gustavo “Perrito” Carretero fue condenado a prisión perpetua por el femicidio.

Giselle Barrionuevo Núñez

Luis “Pony” Danum fue condenado a prisión perpetua por el crimen de la joven de 17 ocurrido en marzo de 2018 en Monteros. El penado habría sido un transa de esa ciudad y reclutaba jovencitas. Su ex pareja, Teresita Raso, fue sentenciada a 10 años de prisión por el hecho.

Nancy Zelaya

El 21 de mayo de 2020 encontraron el cuerpo sin vida de la mujer de 38 años en un descampado de Concepción. La víctima ejercía la prostitución en esa ciudad. La Policía detuvo días después a Luis Adrián Arias (23) como sospechoso del femidicio. Espera en prisión ser enjuiciado.

Vicky Nieva

Murió apuñalada en su casa del barrio Tagusa (Aguilares) el 15 de abril. Su ex pareja Claudio “Rubio” Gutiérrez fue detenido y procesado por el transfemicidio. Los familiares denunciaron que por su condición, en varias oportunidades no les tomaron la denuncia ni la protegieron.

Problema social

“El estado sigue sin dar respuestas”

“Nancy Zelaya, Vicky Nieva y Ana María Romero tenían algo en común: su nivel de vulnerabilidad. Por eso no sorprende que hayan terminado siendo víctimas de femicidios”, explicó Lorena Díaz, trabajadora social que representa a la Casa de las Mujeres en Aguilares y pieza clave en una multisectorial del sur que se creó para asistir a las víctimas de violencia de género. “El caso de Romero es terrible. Una mujer que vivía en una extrema pobreza, con una familia totalmente desmembrada y con el agravante de ser víctima del consumo. Estas características se están repitiendo en diferentes ciudades del sur de la provincia y el Estado sigue sin dar respuestas”, explicó. La profesional indicó que las mujeres durante años fueron silenciadas y ahora que se atreven a denunciar, no cuentan con la ayuda para liberarse de la violencia. “Si a eso le agregamos la pobreza, nada nos hace pensar que en lo inmediato habrá cambios. Urge tomar medidas para ayudar a los hijos de Romero”, concluyó.

Fin de la usurpación de un terreno

“Después de haber dialogado con los referentes, logramos llegar a un acuerdo para que desalojen el predio. Evitamos un conflicto grave”, señaló el fiscal Héctor Fabián Assad, quien intervino en la ocupación del terreno donde fue hallado el cuerpo de Ana María Romero. El funcionario judicial les explicó a los usurpadores que estaban cometiendo un delito y que serían imputados, lo que les generaría numerosos inconvenientes. “Hasta el momento se presentaron tres dueños a reclamar las tierras. Uno de ellos se mostró interesado en venderles las parcelas que les corresponde. Hablé con las familias. Ellos entendieron y desalojaron el lugar. Assad, que ayer también intervino en la ocupación de una plaza y de un terreno en el barrio Tagusa de Aguilares, indicó que ofició al ministerio de Desarrollo Social, a la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia y al municipio de Concepción para que realizaran un informe sobre las necesidades de cada una de las familias que se instalaron ilegalmente en el predio.

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