Alfarismo y PRO, más cerca de un acuerdo

Alfarismo y PRO, más cerca de un acuerdo

El intendente tucumano y el jefe de Gobierno porteño coincidieron en la necesidad de que los dirigentes “moderados” construyan consensos.

LA CASA DE LA CIUDAD. Rodríguez Larreta y Alfaro, acompañados de Ocaranza, Albarracín y Salazar, coincidieron en superar las posturas radicalizadas.  LA CASA DE LA CIUDAD. Rodríguez Larreta y Alfaro, acompañados de Ocaranza, Albarracín y Salazar, coincidieron en superar las posturas radicalizadas.

El último tren para conjurar la dispersión de la oferta electoral de la oposición en Tucumán, y reeditar el acuerdo amplio que logró Juntos por el Cambio en 2019, hizo escala ayer en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Específicamente, en la sede del Gobierno de la CABA.

El intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro; su par de Bella vista, el radical Sebastián Salazar; y su correligionario y presidente del bloque legislativo del Partido de la Justicia Social, Raúl Albarracín, almorzaron con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y merendaron con el vicejefe de esa administración, Diego Santilli.

De los encuentros surgieron tres tendencias. En los anfritriones, pareciera madurar la idea que de al PRO, en Tucumán, le convendría converger en un espacio con el alfarismo. En los visitantes, da la impresión de que se afianza la vocación por alcanzar un acuerdo con el PRO y con el radicalismo, pero en este último caso sólo sí abarca a los intendentes del oeste y a los parlamentarios nacionales. Y tanto en tucumanos como porteños hay consenso en alcanzar acuerdos que se prolonguen hasta 2023. Y que esos entendimientos transiten el camino dela moderación.

Con el secretario de gobierno de la municipalidad capitalina, Rodolfo Ocaranza, oficiando de Virgilio que guía por el infernal laberinto de los pasillos porteños (él fue durante la gestión anterior uno de los directores de la Asociación Nacional de Materiales Controlados, la ex Renar), la delegación de los tucumanos llegó a la Casa de la Ciudad (tal el nombre de la sede de gobierno en Parque Patricios) al mediodía.

“Con Rodríguez Larreta hablamos muchos sobre la gestión (de gobierno) de cada uno. Él es un hombre muy comprometido con ese asunto, porque es un convencido de que los votos se consiguen a través de ella”, le contó Alfaro a LA GACETA.

El jefe de la administración porteña -relata el intendente- le manifestó que busca tender puentes con dirigentes de distintos espacios políticos. En el caso de Alfaro, lo caracterizó como un hombre que viene del peronismo tradicional, pero que no es kirchnerista. Y le manifestó que celebraba que lo acompañarán un intendente y un legislador radicales porque su idea de construcción política es con dirigentes que no estén “radicalizados”. Es decir, que no estén “agrietados”. Porque con quienes tienen posturas extremas no se pueden alcanzar acuerdos. Y lo que se requieren son pactos que duren más allá de los cambios de Gobierno.

Según Alfaro, el diagnóstico de Rodríguez Larreta fue que la presidencia de Mauricio Macri consistió en un “acuerdo parlamentario”. Consecuentemente, estuvo atado a la coyuntura y naufragó cuando ya no hubo acuerdos con el massismo. Por ello, lo que el dirigente porteño busca es la construcción, a futuro, de una coalición de gobieno.

De la misma manera, el líder de la CABA -según el tucumano-, expresó que el presidente Alberto Fernández asumió afirmando que gobernaría junto con los 24 gobernadores, pero a mitad de su período no tiene en cuenta a los mandatarios provinciales. En contraste, él busca conversar con gobernadores y con intendentes de todo el país.

“Le manifesté que concidimos con esa visión y con esa misión: sentar las bases para gestar políticas de Estado. Le puse como ejemplo el caso del último Pacto Fiscal: los gobernadores lo firmaron con Macri y lo abolieron con Fernández, a pesar de que era un buen instrumento para dejar de asfixiar al sector privado con impuestos”, puntualizó Alfaro.

“Lo que también le transmití fue mi convicción de que el cristinismo, el macrismo y el albertismo nos han mostrado que ‘la grieta’ es útil para hacer campaña, pero no sirve para gobernar. Y a las consecuencias de eso las paga el pueblo”, manifestó.

Albarracín y Salazar dieron cuenta de que ellos pertenecen a las dos secciones electorales del interior tucumano (respectivamente, el oeste y el este) y que trabajan junto con ex intentendes y ex legisladores para la conformación de un frente vasto.

“Tenemos un armado y queremos estar en Juntos por el Cambio -subrayó Alfaro-. Pero no para dirimir internas de otros partidos, sino para ser alternativa de poder. Buscamos un acuerdo con los dos espacios de la UCR: los intendentes y los parlamentarios nacionales”, redondeó.

El café

A las 19 era la tarde para los relojes y la noche para el frío de Buenos Aires. A esa hora, los pocillos de café humeaban más de lo acostumbrado en la mesa que presidía Santilli.

“Planteamos la necesidad de estar juntos para que la vocación de poder no sea un discurso sino un hecho. Y para devolverles a los tucumanos la esperanza de que una realidad mejor es posible”, reseñó Albarracín.

“Santilli se puso a disposición para ser un nexo y un instrumento que acerque a las partes en un espacio donde confluyamos todos. Es la prueba de que aquí tomaron bien lo que expusimos. Ahuyentamos los fantasmas y, sobre todo, los comentarios malintencionados que no teníamos intención de armar un frente superador”, aseveró el legislador.

“Las dos reuniones han sido muy importantes -valoró Salazar-. Anhelamos que el acuerdo pueda darse porque el escenario que se presenta en Tucumán es una oportunidad única”.

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