El socavón de La Invernada ya tiene 500 metros de largo

El socavón de La Invernada ya tiene 500 metros de largo

El gigantesco zanjón crece con cada inundación y amenaza con destruir las casas.

AGUJERO ENORME. Los vecinos pusieron plásticos en las paredes de la zanja para que el agua no siga horadando la tierra, pero fue en vano. AGUJERO ENORME. Los vecinos pusieron plásticos en las paredes de la zanja para que el agua no siga horadando la tierra, pero fue en vano. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

Hace tres años una descomunal creciente bajó desde los cerros y tomó por la calle de acceso al paraje Alto El Puesto (Graneros), al este de La Invernada. En el corazón de la comunidad se abrió un socavón gigante de 100 metros de largo, 30 de ancho y de unos 15 de profundidad. Devoró la mitad del edificio de la Escuela 295. El establecimiento educativo fue clausurado, al quedar el resto de las instalaciones al borde del foso. Las clases comenzaron a dictarse en la escuela de La Invernada.

Con las inundaciones siguientes el socavón siguió creciendo para alcanzar ahora una dimensión tremenda, que obligó a emigrar a10 familias: 500 metros de largo y 100 de ancho.

Otros lugareños se preparan para huir. “Este hoyo todos los años se hace más grande. Hubo intentos de darle una solución. En noviembre pasado comenzaron a hacer unos trabajos de rellenado y encofrado que se los llevó totalmente una de las correntadas que bajan sin control desde Catamarca y de la serranía” contó Nicolás Correa. Dijo que para evitar que el pozo se siga agrandando ellos mismos revistieron el fondo y las paredes con bolsas plásticas de silo. “Así le dábamos escurrimiento al agua y evitábamos que siga carcomiendo la tierra. Pero sacaron el plástico para la obra que iban a hacer y mire cómo quedó todo. Da pánico acercarse a este pozo. Además no quedaron ni rastros de lo que intentaron hacer”, explicó. Los vecinos volvieron a poner plástico pero sólo alcanzó para un sector.

El nuevo edificio de la 295 fue levantado a unos 400 metros de su anterior ubicación. Fue habilitado el año pasado y es una de las construcciones que han quedado amenazadas al ensancharse aún más la depresión. Está a apenas 50 metros. “Lo que vivimos es una pesadilla. Solo en estos tiempos de sequía nos quedamos tranquilos. Pero en el verano se está pendiente de las lluvias y de la posibilidad de que una creciente siga agrandando el pozo y nos trague a todos” apuntó Pablo Correa. La casa de Fátima Graneros, en la que vive con su esposo y cuatro hijos, es la más amenazada por su cercanía con el barranco. Se encuentra a apenas 10 metros. “Nos quisieron llevar a vivir a Graneros. Pero no lo aceptamos porque aquí trabajamos y vivimos del campo. Por eso con nuestras propias manos estamos levantando un rancho en un terreno más alto y seguro. De aquí nos queremos ir cuanto antes porque sabemos que más temprano que tarde este socavón nos va a tragar” añadió. Dijo que pidió ayuda de materiales en la Municipalidad de Graneros, pero no obtuvo nada. “Aquí cada uno se las tiene que arreglar como puede” se quejó.

En la zona de La Horqueta, ubicada en el camino de acceso a Alto El Puesto, también están amenazadas por las frecuentes crecientes que bajan desde La Invernada unas 10 familias. Una inmensa acequia se abrió por el costado de las casas. El vecino Nicolás Carrizo dijo que las paredes de su vivienda están agrietadas y teme que una próxima inundación se le venga encima. “Esperamos que gente del Gobierno vengan a ver con qué precariedad vivimos. Y que hagan algo para contener las aguas que llegan en el verano y nos colaboren en la reparación de nuestras casas”, expuso.

Es difícil llegar a Alto El Puesto. El camino vecinal acusa los estragos de las crecientes, pese a que fue reparado. Los transportes de cañas de azúcar y granos tienen serios inconvenientes para circular. Algunos se quedan atascados.

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