Lionel Messi, el hoplita de una causa propia y colectiva

Lionel Messi, el hoplita de una causa propia y colectiva

ÉL Y LA PELOTA. Lionel Messi será titular hoy en el partido ante Bolivia. ÉL Y LA PELOTA. Lionel Messi será titular hoy en el partido ante Bolivia. REUTERS

Está enchufado. Decidido. Entusiasmado. Comprometido. Cargado de energía. Abarcado por una búsqueda hasta aquí inútil en su carrera con la camiseta celeste y blanca mayor. Aparece renovado detrás de un sueño posible. Un hoplita entregado a una causa propia y colectiva -como los ciudadados-soldados griegos al que remite la palabra- por la “Ciudad-Estado” que representa la Selección para el fanático del fútbol.

Ver así a Lionel Messi nos hace felices. Porque es el Messi que queremos. No será el mismo de hace algunos años, prestidigitador de la pelota. Pero es “Lio” en esencia feroz, la presa entre las cejas.

Por estos días está feliz con los pasos que el equipo va dando, pero no se sustrae de las dificultades. Se le nota la felicidad a cada paso. En los partidos, en los entrenamientos, en la concentración.

Sabe y entiende que oportunidades como la que tiene otra vez a mano con la Selección ya no serán tan factibles en el futuro, en una etapa ya en pendiente de su mágica carrera. Comprende el contexto, lo asimila y busca retro alimentarse en él.

Quiere jugar siempre, no por caprichoso, o por creerse súper poderoso. Él sabe que puede. Que querer es poder. Sus compañeros y el cuerpo técnico lo asumen. Nosotros también. Es el capitán, el guía, aquel al que todos buscan darle la pelota, el jugador que tiene el plus del pase increíble, del remate inesperado, del regate endiablado.

Los insondables caminos del deporte muchas veces tienen preparado esos callejones sin salida que no conducen a nada, al objetivo fallido. Aparecen entonces los agoreros, los fatuos, los que comparan inútil y temerariamente. Con Messi en estado de conquista, quizás no tengan oportunidad. Que juegue y vaya por lo que tanto desea. En sus pies, la redención.

Comentarios