Eliminatorias: Argentina perdonó; a Colombia le salió el tiro del final

Eliminatorias: Argentina perdonó; a Colombia le salió el tiro del final

La Selección ganaba bien, con un fútbol lleno de actitud y de ambición. Sin embargo, el local tuvo un injustificado premio, al aprovechar un descuido en el cierre del juego.

RODEADO. Lionel Messi, que tuvo varias oportunidades para convertir en el complemento, siempre estuvo muy rodeado de rivales cada vez que se hizo de la pelota. RODEADO. Lionel Messi, que tuvo varias oportunidades para convertir en el complemento, siempre estuvo muy rodeado de rivales cada vez que se hizo de la pelota.

Después del híbrido que resultó el partido de la semana pasado en Santiago del Estero en el que no pudo quebrar al rocoso y bélico Chile, lo de anoche en Colombia para la Selección argentina fue otra cosa. Se dirá: ¡pero si el equipo de Lionel Scaloni empató 2-2! Vale decirlo: el equipo jugó mucho mejor. Pero también vale recordar ese viejo axioma del fútbol: si estás en condiciones de rematar al rival, no lo perdones, porque sino...

¿Qué hizo de distinto el equipo? Casi como una marca registrada para Scaloni desde que asumió funciones como DT, presentó otro equipo y otro esquema. La respuesta en la cancha fue concreta: ambición para atacar y actitud para ponerle el pecho a un partido complejo. Vean el panorama: lluvia previa, humedad alta, público en las tribunas y un rival necesitado. Ante ello, la Selección bancó la parada atacando. Fue una pena que los errores en el fondo y en la contención costaran el empate.

Buena parte del desarrollo de juego se cocinó en los primeros ocho minutos. Lo que se vio debería formar parte de aquí en más de toda charla técnica previa a un partido del seleccionado, como ejemplo de cómo debe plantearse de entrada un partido de este tipo. Es cierto, a los 2’ Cristian Romero “facilitó” las cosas con un perfecto cabezazo tras un centro desde la derecha igual de perfecto lanzado por Rodrigo De Paul, con Lionel Messi extrañamente convertido en espectador de lujo. Y a los 8’, Leandro Paredes apareció por el centro en rol “maradoniano”, o “messiano” (como se prefiera), eliminando las marcas y definiendo on fire. La jugada había tenido un comienzo insólito: ¡una pifia de Messi como para hacer un meme!

Lo que siguió fue una interesante muestra de fútbol en espacio reducido. Con jugadores dúctiles para dibujar con la pelota, Argentina fue limando la paciencia de los colombianos, que apenas esgrimían como argumento para poner en riesgo el arco de Emiliano Martínez sus centros de todos los colores. “Dibu” respondió con seguridad, pero su trabajo no tuvo continuidad: cayó mal tras una carga de Jerry Mina, a los 35’. El partido estuvo parado un buen tiempo para ver si el arquero de Aston Villa podía recuperarse. Pero no. Por un golpe en la cabeza, le cedió su lugar a Agustín Marchesin.

La lógica indicaba que en el complemento los colombianos iban a salir a por todo. Consiguieron descontar a los 6’ de penal, a través de Luis Muriel, después de un tonto penal que Nicolás Otamendi le cometió a Mateus Uribe. Parecía que se vendría la noche. Pero Argentina se sacudió la cabeza después del impacto, frenó el envión yendo al ataque y generó oportunidades. David Ospina se hizo figura sacándole remates de gol a Messi y a Lautaro Martínez. Hubo un desordenado intento de uno por el empate; hubo aplomo de otro, que buscó el tercero. El 2-1 parecía inamovible y estaba bien. Pero el haber perdonado se hizo carne. Moría el partido y vino un larguísimo centro, Miguel Borja saltó, Juan Foyth falló, cabezazo abajo y floja respuesta de Marchesín. 2-2. De no creer.

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