Los gigantes tecnológicos definen el futuro del teletrabajo

Los gigantes tecnológicos definen el futuro del teletrabajo

Más allá de las especulaciones sobre cuánto tiempo más durará la pandemia, algunas certezas nos está dejando este momento inédito. Una es que el trabajo de oficina ha mutado en diversos aspectos vinculados a la presencialidad y todo parece indicar que nos encaminamos hacia una estrategia híbrida del tiempo productivo. Más de un año de teletrabajo derribaron mitos y temores de las organizaciones sobre cómo se desempeñaban sus empleados desde sus hogares y quizás aún no lo dimensionamos, pero la velocidad con la que nos adaptamos a dicha modalidad fue asombrosa.

El miedo y sobre todo la incertidumbre opacaron una transformación inédita del mundo contemporáneo. El teletrabajo, modalidad vista con cierta extrañeza solo en algunas empresas internacionales, se volvió regla para organismos públicos, privados y sin fines de lucro, la mayoría sin experiencia en trabajo remoto y tampoco sin los suficientes recursos técnicos para adaptarse. A pesar de ese contexto que parecía adverso, en cuestión de días se organizaron reuniones, se lanzaron proyectos, se armaron equipos y hasta se descubrieron nuevas oportunidades basadas en la no-presencialidad.

Sin embargo, la cultura del trabajo en equipo parece demandar también la corporalidad y en ese sentido son comprensibles algunas definiciones que tomaron hace pocas semanas algunos gigantes tecnológicos. Google inició un regreso gradual a sus oficinas, condicionado a la evolución de la pandemia. Apuesta para que septiembre sea el mes de la “normalidad”, en función de cómo avanzan los planes de vacunación en cada región. En este sentido, el carácter global de la compañía desplegará un escenario diverso: Google tiene más de 70 oficinas en todo el mundo y algunas se encuentran en países donde la pandemia aún no da tregua: Brasil, México, Colombia y Argentina.

“Debido a que la situación sigue siendo dinámica, continuamos adoptando un enfoque gradual para que los empleados vuelvan de una manera segura a la oficina donde podamos. El regreso sigue siendo voluntario hasta septiembre para todos los empleados de Google”, afirmó Fiona Cicconi, nueva jefa de personal de Google, en un comunicado difundido por la cadena norteamericana CNBC.

En una tónica similar, con más premura, Amazon llamará a sus empleados a partir de junio. Esta es la tercera vez que una de las compañías con más empleados en EEUU retrasa sus planes para volver a las oficinas; anteriormente se había propuesto regresar en octubre de 2020 y luego en enero de este año. Amazon también comunicó sus intenciones a sus empleados y definió que su ideología después de la pandemia será “una cultura centrada en la oficina como línea de base”. La empresa enfatizó que en la presencialidad sus empleados pueden “inventar, colaborar y aprender de manera más eficaz”.

La empresa de Jeff Bezos también condicionó el regreso de sus empleados en función de la evolución de las vacunas y, como la mayoría de las corporaciones tecnológicas, también tiene presencia en América Latina. De hecho, la oficina en Buenos Aires abrió poco antes de la pandemia, aunque no opera para la venta de productos sino para la comercialización de servicios en la nube.

Tanto Google como Amazon son empresas líderes en innovación. Ambas impulsaron nuevos modelos de trabajo en equipo y de generación de proyectos que fueron luego trasladados no solo a otras compañías de software, sino también de otros rubros por los resultados obtenidos en poco tiempo. Desde siempre, dichos modelos estuvieron basados en el trabajo de equipo y es por eso que en las convocatorias de sus empleados apelan a verbos como “inventar”, “colaborar” y “aprender”. Resulta clave entonces el apuro por recuperar estas culturas corporativas, en las que la creación y la velocidad son capitales indispensables para mantenerse vigentes.

Pero otros gigantes tecnológicos, también guiados por la innovación y la flexibilidad de sus culturas, han adoptado medidas contrarias. Facebook, Twitter y Microsoft por ahora permitirán el trabajo en remoto a quien lo desee y de manera indefinida. La primera en tomar esta definición fue Twitter, que en mayo del año pasado anunció públicamente sus planes de teletrabajo aunque la compañía ya venía desplegando una estrategia remota dos años antes de la pandemia. Desde 2018, sus principales directivos motivaron a los empleados a trabajar desde el lugar que desearan, fuera la oficina o en zonas alejadas de la ciudad.

Facebook, en cambio, modificó recientemente su estrategia. Los empleados de la red social más importante del mundo tenían planeado volver a sus puestos en junio, pero la vicepresidente de recursos humanos de la compañía anunció hace tres semanas que la organización podrá seguir operando de forma remota. Es más, la ejecutiva reconoció que el desempeño de sus empleados fue “realmente próspero” y que el trabajo desde el hogar “es el futuro”.

La diversidad con la que se están preparando las principales compañías de la sociedad de la información abre algunos frentes para pensar en cómo será nuestro regreso a la ansiada “normalidad”. Los modelos híbridos parecen ser los que mejor se adaptan a los escenarios locales, pero para transpolar los debates del primer mundo aún tenemos que resolver dos problemas clave: la vacunación para salvaguardar a los trabajadores y la infraestructura tecnológica para darles verdadera operatividad. Mientras eso ocurra, podemos aprender algunos aspectos de las culturas basadas en la innovación, donde lo primordial es buscar cómo lidiar con los viejos problemas con las soluciones más creativas. Equipos remotos o equipos presentes. Evidentemente no existe un dogma en Silicon Valley, el lugar que ha cambiado la manera en la que vivimos y que nos ha provisto de herramientas para que el teletrabajo no fuera una pesadilla. El cambio, entonces, estará impulsado no por dónde estemos, sino en cómo nos vinculamos con quienes compartimos nuestros desafíos y en cómo asumimos un futuro que no para de sorprendernos.

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