Sky Rojo: una serie machista que romantiza la prostitución

Sky Rojo: una serie machista que romantiza la prostitución

La ficción española, protagonizada por Lali Espósito, está en el centro de la polémica.

Sky Rojo: una serie machista que romantiza la prostitución

La cuestionan por su machismo y misoginia. Sky Rojo, una de las series más vistas de Netflix y protagonizada por la argentina Lali Espósito, levanta un encendido debate por su visión espectacularizada de la prostitución. Basada en la historia de tres mujeres que huyen de un burdel, el foco de la discusión no está en qué se cuenta, sino en cómo se cuenta.

Apenas los espectadores le ponen play a Sky Rojo pueden notar lo atrasada que va con ciertas luchas feministas, opina Amelia del Sueldo Padilla, médica terapeuta y sexóloga. “Es una serie misógina. Está todo el patriarcado desarrollado al 100%”, apunta.

“Esta serie tiene los condimentos necesarios para el consumo masivo y para la nula reflexión de quien la consume. Unas actrices particularmente atractivas, una de ellas, argentina, con mucho éxito entre el público joven y adolescente. Música, luces y escenografía llamativas y con muchos efectos especiales y violencia por doquier”, reflexiona.

“Se mezclan los cuerpos perfectos de las mujeres que ejercen el trabajo sexual -ya sea captadas por redes de trata o las que lo ejercen porque no encuentran otra salida a sus vidas o las que así lo decidieron- junto a metrosexuales. Todo junto. Puesto en una coctelera bien mezclado, con un producto banalizado de un tema importante. Romantizando la prostitución y el trabajo sexual”, critica.

Los estereotipos, la violencia, el sexismo, condimentos propios del machismo, ondean en la serie, expone la especialista. “Nada es inocente. No es inocente la referencia y reiteración a las mujeres migrantes y la caza de brujas que hay sobre este tema en España, donde están los países ricos y los países pobres, que venimos a ser nosotros y que tenemos la mano de obra y los cuerpos baratos para que los europeos los consuman”, puntualiza.

La psicóloga Lucía Briones también critica la romantización que esta serie española hace de la prostitución. Para la experta, del Centro Municipal de Violencia, Mujer y Derechos Humanos,  estetizar un tema doloroso y dramático como la trata de personas con el único fin de generar entretenimiento, no vale para generar conciencia, sino que más bien termina banalizando una cuestión tan profunda. “Y puede ser algo incluso peligroso creer que es real. Este tipo de ficciones no ven el riesgo de mostrar superficialmente determinadas imágenes. El problema es que la gente se termine confundiendo”, señala.

Yanina Muñoz, referente de la agrupación feminista Mumalá, opinó: “una problemática como la trata de personas con fines de explotación sexual es tan compleja que tiene muchos aspectos para abordar. En varias entrevistas una de las autoras de la serie Sky Rojo dijo que quería que la ficción sirviera para visibilizar esta problemática. Lejos de eso, lo que hace es poner cuestiones de esta realidad tan preocupante bajo lo forma de entretenimiento”.

“La trata es una expresión de la violencia de género, dónde las víctimas son mayoritariamente mujeres, adolescentes y niñas, dónde hay un sistema organizado que tiene formas de captación, reclutamiento, traslado y comercialización de mujeres como mercancía. Un sinfin de cuestiones, aspectos y aristas que tiene esta problemática quedan reducidas y se simplifican en Sky Rojo.  Quienes son víctimas de las redes de trata  no pueden salir fácilmente de ellas y ahí es donde se genera una gran diferencia con esta ficción; no son elecciones libres, son acciones que se llevan a cabo desde estas redes que someten y mantienen  a mujeres  de forma forzada”, concluyó.

¿Empoderamiento femenino?

Por otro lado, un punto que también levanta polémica es que la serie intenta mostrar el empoderamiento femenino, pero al mismo tiempo está muy lejos de tener una perspectiva de género. De hecho, tal como remarca Amelia Del Sueldo Padilla, la ficción está realizada por seis varones. Tal vez por eso no sorprenda que hasta en los diálogos más tremendos sobre el drama de la prostitución aparezcan en primer plano  las  mujeres de cuerpos esbeltos y curvas perfectas. “Llama la atención porque tiene los condimentos de una película porno, pero suavizada para consumo masivo. Las películas porno son fácilmente identificables. Esto no es ni porno disidente, ni pos porno ni porno feminista. Se queda a medias. Acá se sabe que no es real. Pero ocurre en la vida real y no es así como lo muestran”, concluye.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios