Mujeres tucumanas: Tiny Hill Terán

Mujeres tucumanas: Tiny Hill Terán

Hay un hilo conductor en el tenis tucumano en el que Mercedes Paz y Estrella Valenzuela de Molina brillan como perlas en un collar. Hubo y hay más jugadoras destacadas, por supuesto. Pero siempre es imprescindible remitirse a un comienzo, a una pionera, a un pilar sobre el que se construye la historia. En ese sitial la figura excluyente es Tiny Hill Terán (1904-1984), nuestra primera gran campeona.

Las fotos la muestran espigada, sonriente, con el esfuerzo dibujado y la raqueta en la mano. No era cómodo para ellas jugar con aquellos pollerones largos y anchos, y aún así las crónicas cuentan de la agilidad de Tiny para desplazarse por el court y de la contundencia de sus golpes. Era una tenista moderna para una época en la que se movía más la muñeca que las piernas y los partidos se decidían por detalles técnicos. Tomasa -nombre heredado de su madre, para todos fue siempre Tiny- era un vendaval en la cancha y con esa impronta dominó el tenis provincial, regional y en varias ocasiones nacional, durante décadas. Empezó a jugar en el Lawn Tennis allá por 1921, en los viejos courts de España y Maipú, y ese año le ganó la final del campeonato interno a Manena Cossio en un partido que es leyenda para el club. Sólo interrumpió su carrera durante un año, en 1929, cuando guardó luto al enviudar de su primer marido, el extraordinario atleta entrerriano Enrique Thompson. Luego se casó con otra gran figura del tenis tucumano, Abilio Médici. Quienes los visitaban quedaban extasiados frente a las vitrinas, en las que lucían más de 100 trofeos. Tiny jugó durante más de 40 años torneos de individuales, dobles, dobles mixtos y por equipos. Cuando abandonó la competencia siguió despuntando la pasión junto con Abilio y con sus amigos. El deporte fue una parte sustancial de su vida. Merece que Tucumán la recuerde a la altura de sus hazañas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios