Grabois: “¿Por qué Tucumán tiene que subsidiar la luz a los porteños?”

Con el objetivo de poblar el territorio y poder responder a los reclamos básicos de las organizaciones sociales por tierra, techo y trabajo, el militante social Juan Grabois visitó la provincia para explicar los lineamientos centrales de su Plan de Desarrollo Humano Integral (PDHI). Se trata de una propuesta para modificar el Estado y trabajar sobre los grandes problemas sociales y económicos del país.

El referente de la Corriente de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) e integrante del Frente de Todos cuestionó que el modelo agrario es eficiente para acumular riquezas pero es ineficiente para producir alimentos y garantizar su acceso a toda la población. Grabois propuso modificar el Estado, planteó sus programas para transformar la realidad y hasta sugirió trasladar la Capital Federal al norte, a Tucumán, Santiago del Estero o Catamarca. Fiel a su estilo directo, sin medias tintas, apuntó contra algunas falencias del Gobierno nacional. “En el Gobierno, algunos de sus ministros no le están encontrando el cascabel al gato respecto al precio de los alimentos; creo que hay una cierta liviandad porque es un problema gravísimo: la gente no puede comprar la comida”, consideró.

- ¿Qué es el PDHI?

- Es una propuesta construida desde dos sectores muy demonizados por la prensa hegemónica: el sindicalismo y los movimientos sociales. Seguramente tendremos errores, pero en estos sectores tenemos el conocimiento profundo sobre la realidad concreta, desde dónde pasa el caño de agua hasta la ubicación del barrio pobre más perdido del país. Desde este conocimiento buscamos construir un plan que ataque las problemáticas mas terribles en el país pero no sólo con un diagnóstico sino con una propuesta como política de Estado en mediano plazo para ir más allá del cada día: resolver lo inmediato.

- ¿Qué ejes tiene?

- Tiene dos: crear trabajo y poblar la patria. Hoy tenemos un Estado que no favorece ninguna de estas dos cosas. Porque aunque pueda haber un gobierno con una política de mayor distribución de la riqueza y de justicia social, todavía tenemos un Estado herencia de la Dictadura y del neoliberalismo, con resortes estratégicos intactos, como el comercio exterior, el régimen fiscal y tributario, el Banco Central y el centralismo porteño. Hay cosas que son del más elemental sentido común que dan indignación: por qué los tucumanos tienen que subsidiar el consumo eléctrico de los porteños que viven en Recoleta. En ese marco, desarrollamos una estrategia concreta, con presupuesto, con números que están en internet, para crear 4 millones de puestos de trabajo y tener a la repoblación del país, que es de los más urbanizados del mundo, con un 93% de población urbana. Una barbaridad. Alemania tiene el 20% de población rural y nosotros, el 7%. Eso incluye un esbozo de modelo agrario ecológico y sustentable, que permita la producción pero garantice condiciones de vida para la familia rural y pueblos originarios. También abarca la deuda del transporte, porque no tenemos una ley federal de transporte y deriva en que la producción del país salga por el puerto de Buenos Aires, controlado por multinacionales.

- ¿Qué propone en Tucumán?

- En Tucumán buscaremos escuchar. Vengo a Tafí Viejo por los elementos interesantes e innovadores en la gestión de Javier (Noguera). También escuchar a la gente sencilla, humilde, del sector rural, urbano y visitar barrios populares. Aquí venimos a conocer experiencias y a dejar armado un grupo que forme el capítulo Tucumán al proyecto, y que en tres meses elabore una propuesta para la provincia. El proceso tiene tres etapas: marcar lineamientos generales de las necesidades del país con una perspectiva de 20 años. Darle anclaje técnico y académico a la propuesta, presupuestando inversiones requeridas y regulaciones. Y el tercer punto es que en la cámara de Diputados, en marzo, se creará un consejo donde esto tomará fuerza como proyecto de ley. Quizás derive en una constituyente porque proponemos trasladar el centro de poder del país al norte, trasladar la capital federal a Tucumán, Catamarca o Santiago del Estero.

- ¿Tiene apoyo del Gobierno?

- El presidente de Diputados y el jefe del bloque, Sergio Massa y Máximo Kirchner, habilitaron la creación del consejo. Con Alberto Fernández le he planteado que estamos muchos en la trinchera de la lucha contra el hambre, la covid y la degradación social producto de dos factores: el gobierno neoliberal macrista que hizo mucho daño en el país con el endeudamiento -entre mucho más- y el aumento de la pobreza por la pandemia. Tiene que haber un espacio para planificar la pos pandemia, para cambiar la realidad del país.

-¿Cómo ve la marcha del gobierno de Alberto Fernández?

-Es muy difícil de juzgar por la excepcionalidad de las circunstancias. Si uno juzga sin contextualizar te diría que estoy bastante decepcionado. Contextualizando, con las circunstancias por la pandemia, creo que hay que ver qué pasa este año. Me preocupan las marchas y contramarchas en la puja con el poder económico, me preocupa cierta debilidad en la interacción con estos sectores del poder. Las elites privilegiadas no negocian de buena fe, negocian únicamente ante la autoridad política o la fuerza del pueblo organizada. Entonces estas idas y y vueltas sobre temas tan importantes como el cupo de importación o el precio de los alimentos, la regulación del comercio exterior, la posibilidad de tener una cerealera de bandera, la transferencia de recursos públicos a grandes empresas como Techint o el grupo Clarín, es decir hay ciertas gestos y acciones concretas con los sectores del poder económico que creo que no estaban dentro del contrato electoral. Por otro lado, creo que las medidas de inclusión socioeconómica son muy débiles. El Ingreso Familiar de Emergencia fue muy débil comparado con países como Estados Unidos o Brasil, que están a la derecha del Gobierno argentino en apoyo a los sectores populares. Fueron $ 5.000 por mes cada dos meses, y además fue finalizado de manera abrupta y sin una sustitución. Las políticas sociales están muy yuxtapuestas y desorganizadas, además de ser insuficientes, lo cual permite todo tipo de arbitrariedades políticas de las que los movimientos sociales no estamos exentos porque al no haber un planteo de creación de trabajo, con mucha claridad y transparencia, cada cual hace lo que puede o lo que le conviene. Hay muchos elementos críticos pero sigo apoyando en este gobierno y espero que arranquen políticas por las que luchamos: tierra, techo y trabajo.

-¿Qué ocurre con la inflación en alimentos?

- Algunos ministros del gobierno no le están encontrando el cascabel al gato, creo que hay una cierta liviandad porque es un tema gravísimo: la gente no puede comprar la comida. Los supermercadistas hacen los que se les canta, los grandes productores hacen lo que se les canta, van a las reuniones en Olivos y se comprometen para cosas que después no cumplen y no tenemos un control sobre las exportaciones para que quede un cupo de los alimentos más importantes en Argentina. No puede se que se exporte y después el que puede pagar el precio de exportación en dólares coma y el que no, no come. Está mal, y no me gustan esas mesas contra el hambre con Tinellis y con gente de la farándula cuando no hay una política verdadera para sectores marginados, para chicos con bajo peso, baja talla, malnutrición, sectores que se deben seguir focalizadamente y cuando no hay una política de consumo para quienes si bien no pasan hambre y consumen las calorías necesarias, comen muy mal y se gastan todo su ingreso en la comida y cada vez que van al súper se quieren matar porque les alcanza cada vez para menos.