Cartas de lectores
Cartas de lectores
13 Febrero 2021

Biocombustibles

¿Hasta cuándo seguirá Argentina con una política errática en materia energético/ambiental, al margen de las grandes transiciones que se están produciendo en el mundo? Países centrales adelantan para 2025/35 la discontinuidad de ventas de vehículos a nafta/gasoil; en pocos meses se disparan las acciones de Tesla superando la valuación de mercado de las principales automotrices; grandes empresas energéticas presentan planes de descarbonización con ambiciosas metas para 2050. Como parte de su estrategia acelerada para reducir sus emisiones de carbono, Shell (sexta petrolera del mundo), a través de un comunicado de su CEO, Ben van Beurden, acaba de anunciar que la compañía comenzará a disminuir su producción petrolera entre 1% y 2% al año y que su producción de “combustibles tradicionales” será 55% menor para 2030. Esta empresa, a través de su filial Raízen (titular de Shell Argentina), opera el mayor grupo sucroenergético mundial, que acaba de ampliarse mediante la compra de las nueve usinas de Biosev (filial de Louis-Dreyfus). Las perspectivas para el bioetanol líquido de alta densidad energética son muy promisorias para el segmento movilidad, gracias a la posibilidad de extracción de hidrógeno de carbono neutro en los mismos vehículos para abastecerlos de electricidad. Argentina no puede ni debe seguir chicaneando frente al vencimiento inminente de su ley de biocombustibles, a la que sólo aspira hacerle algunos retoques cosméticos. Debería prorrogar inmediatamente esa ley para dar espacio y tiempo a la definición y elaboración de una política energética acorde a los grandes desafíos mundiales. Ámbito en el cual las bioenergías jugarán un rol importante. También, siguiendo el ejemplo de Shell, las petroleras que operan en el país deberían estar trabajando ya en la transición de su oferta energética, en lugar de atacar opciones que pueden contribuir a la descarbonización de su portfolio de productos.

Santiago José Paz

Chubut 2.900

Yerba Buena

Estatua de Maradona

Escribo esta carta como colega de la señora Jimena Larran (carta “Estatua de Maradona”, 09/02), a quien conozco mucho. A los dichos del señor Héctor Ávila del día 12/02 respondo que, en primer lugar, la profesora Larran nunca avaló ninguna trampa, como dice él en su carta. Lo único que ella destacó fue la escultura que le hicieron dos artesanos tucumanos a Maradona, inspirada en su famosa jugada conocida como “la Mano de Dios”. No corresponde que el señor Ávila ponga en tela de juicio la ética de la profesora frente a sus alumnos. El único que escribió con criterio fue el señor Fernando Saade (12/02). Me interesa que el señor Ávila deje de decir falacias sobre la señora Larran, quien únicamente relató los hechos tal como pasaron aquel día de junio de 1986. No quiero generar polémica sobre esto; solo escribo en nombre de mi colega, que es una excelente persona y una gran educadora.

Julio César Atencio

Energías sustentables

Interesante nota de LA GACETA (07/02/) sobre los biocombustibles. El ministro Luis Fernández hace un análisis sobre la producción. A modo de colaborar, para que sea una actividad sustentable ecológicamente hablando, sería conveniente que el Gobierno de la provincia fomente mediante créditos blandos la eliminación del afluente de vinaza que produce alta demanda de oxígeno en los ríos de Tucumán, con el perjuicio que eso causa en la fauna ictícola. Por cada litro de alcohol se producen 10 a 11 litros de vinaza. Tengo entendido que hay un ingeniero agrónomo, profesor de la facultad de Agronomía y Zootecnia, que descubrió una fórmula para eliminar la vinaza que ha realizado varios ensayos controlados por el INTA y la Estación Experimental Obispo Colombres con resultados exitosos. Pero, claro, solemos buscar consultoras caras en otros lugares del país... Mientras tanto, los peces del Salí, bien gracias.

Orlando R. Figueroa

San Miguel 290

San Miguel de Tucumán

Ser protagonista, no víctima

La pandemia profundizó la crisis socioeconómica. Ahora bien, como actores sociales, ¿qué hacemos? ¿Nos quedamos con esto o buscamos un cambio? Mucha gente siempre tiene excusas para justificar los problemas del país: el aumento del dólar, la inflación, la falta de trabajo, el gobierno, el cambio de gobierno; ahora el coronavirus ¿Y el protagonismo? ¿Para cuándo? La culpa siempre es de los agentes externos; eso supone que estamos en decadencia, que no tenemos soluciones. Hace décadas que escucho el mismo discurso, porque es más fácil esperar cambios externos que hacer cosas uno mismo para mejorar nuestra vida. A numerosas personas les resulta más sencillo ser víctimas que protagonistas. Prefieren la queja a ser creadoras de su destino ¿Acaso no es verdad que el futuro dependerá de lo que hagamos en el presente? Entonces, ¿por qué no buscar uno mismo cómo salir de la crisis y pensar en cambios que permitan ver otra realidad?

Marcelo Malvestitti

Conflicto del transporte

En democracia tenemos la obligación moral de hablar. No se puede seguir perjudicando a la población. Hay que resolver los problemas. Esta semana vino el presidente de la Nación. Habló de problemas que atañen a los empresarios, pero de la situación del transporte no se dijo nada. Hace un año que vivimos de paro en paro ¿Cómo se vive ante tanta indiferencia? ¿Por qué no resuelven el problema?

Carlos Rubén Ávila

Eco bus

Con hondo pesar leí la noticia que da cuenta de que concejales de Tafí Viejo votaron para dejar sin efecto el decreto que autorizaba la circulación del Eco Bus en nuestra ciudad. No puedo comprender cómo puede terminar así un servicio creado para beneficiar a los taficeños, en especial para las familias que padecen la difícil situación económica del país y que veían la posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela por un costo accesible. Pregunto: ¿pensaron estos señores en el bienestar de quienes los votaron o sólo se preocupan por sus intereses e internas políticas?¿Nos dejarán de nuevo a merced de las empresas que monopolizan el transporte interurbano?

Silvia Raquel Garrido

Educación en pandemia

La humanidad demuestra una vez más su capacidad innata de superación. Si miramos retrospectivamente, en esa larga que nos antecede, ya no deberíamos asombrarnos. Pero si por un segundo detenemos el reloj de la historia y analizamos la crisis (epidemiológica, económica y social) del 2020 veremos otro notable triunfo de la sociedad. Marzo del 2021 es infinitamente más alentador que marzo del 2020. En tan solo un año el mundo puede contemplar ruinas pero también su plena reconstrucción. Ese es el horizonte que nos convoca, la reconstrucción social sobre cimientos de solidaridad y justicia social. El sistema educativo es columna vertebral de una sociedad, ordena la vida en sus más mínimos aspectos. Si la educación se detiene las distintas realidades se trastocan. En plena pandemia, con los miedos a flor de piel y demasiadas incertidumbres, parecía lo más lógico la educación virtual y no presencial. Esto no quita que con el denominado “diario del lunes” puedan plantearse otras formas y otros sistemas. Lo que sí es seguro es que en esos meses más acuciantes el consenso social era extremar los cuidados para prevenir contagios, por lo que las aulas llenas no era una realidad posible. Pero la diferencia entre un año y otro es abismal, y son las certezas las causas de las mismas. Hoy tenemos certezas que no colapsará el sistema de salud, tenemos la certeza que la ciencia produjo vacunas eficaces para prevenir los contagios, tenemos la certezas que hay tratamientos para los enfermos que tienen muy buenos resultados. Tenemos certezas. Y son estas las que posibilitan el consenso que hoy llama a reconstruirnos como sociedad. Para que eso sea posible es necesario un retorno a las aulas de manera presencial con un estricto protocolo de bioseguridad, de manera progresiva y sumando todos los beneficios que nos proporcionó la virtualidad. Reconstruirnos desde adentro, ganar la pelea en el campo de batalla, demostrar nuestra infinita capacidad de superación. Ese es el objetivo. Comenzar el año lectivo sin el retorno a las aulas nos impedirá todo eso. Tenemos que demostrarnos como sociedad que vencimos en una de las peleas más duras que recordará nuestra generación. El Gobierno sentado en una mesa franca con los legítimos representantes de los trabajadores docentes y no grupos minúsculos que solo se mueven por intereses y odios personales, deben acordar la mejor propuesta salarial posible, no olvidando la crisis fiscal pero tampoco el injusto aumento en el costo de vida que golpea a los asalariados. Es esa la madurez que pide la sociedad porque no estamos ante un año más, ahora pisamos sobre ruinas que exigen nuestra más plena comprensión del tiempo que nos toca atravesar. Ni el más obtuso de los analistas políticos puede negar la mezquindad política de ciertos sectores que cuando fueron gobierno desfinanciaron sistemáticamente a la educación y hoy pretenden apropiarse de un discurso que la defiende. Que nadie se olvide de aquella mirada denigrante a los que “caímos en la educación pública”. Hoy es el consenso social y las certezas las guías que marcan el camino para la reconstrucción. No desviarnos de ese eje será el indicio más alentador que estamos caminando hacia el mejor horizonte posible.

Pablo Guillermo Sosa

Lules

La ciudad de Lules está soportando el mayor abandono conocido, además con una inseguridad que llega a límites incalculables (se habla ya de cuatro hechos delictivos diarios en promedio). Llevamos cinco años sin enterarnos de  que esta administración municipal realizara alguna obra pública para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Es así que sufrimos inundaciones por falta de limpieza de acequias, canales y alcantarillas. La falta de mantenimiento y reparación de calles (algunas ya totalmente intransitables) genera una grave situación, dado que impide el desplazamiento de los servicios de seguridad. Falta alumbrado público, lo cual incrementa la inseguridad. Hay yuyales y malezas que, en algunos casos, “borran” los caminos; un deficiente servicio de recolección de residuos y muchas falencias más. Además es lamentable que tengamos un Concejo Deliberante completamente subordinado al poder del Ejecutivo, que mira hacia otro lado. Debo indicar que la recaudación de esta administración la ubica en el tercer lugar entre los municipios de la provincia que más dinero recauda y administra. Es muy lamentable la situación de abandono que atravesamos y les pedimos a las autoridades seriedad, responsabilidad y honestidad para lograr la solución definitiva a estos problemas tan angustiantes para la comunidad.

Verónica Cabrera Guzmán

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