Abierto de Australia: como en una cárcel, pero con wi fi

Abierto de Australia: como en una cárcel, pero con wi fi

Desde el 16 de enero, más de la mitad de los competidores del primer Grand Slam del año están aislados en cuarentena obligatoria para evitar posibles contagios.

UN RATO AFUERA. El “Peque” (derecha) ya tuvo su primer trabajo en la cancha. UN RATO AFUERA. El “Peque” (derecha) ya tuvo su primer trabajo en la cancha.
23 Enero 2021

El lunes 8 de febrero es la fecha que indica el comienzo del primer Grand Slam del año. Más de 120 tenistas esperan el comienzo del Abierto de Australia, pero... Debido a contagios detectados en tres de los vuelos en los que llegaban los participantes, la mayoría lo espera, por decisión del comité organizador y del poder gubernamental, de una forma poco usual.

Encerrados en sus habitaciones, previniendo contagios y con dificultades en la tarea de prepararse para un gran torneo, 72 atletas junto con los entrenadores, preparadores físicos y el resto del personal (256 aproximadamente) permanecen aislados por 14 días en los hoteles designados por las autoridades de Australia. Una medida que muchos de los participantes no vieron con buenos ojos.

Los días de cuarentena pasan y los tenistas comienzan a reconocer nuevos contrincantes. En un principio competirían sólo entre ellos, pero las circunstancias los obliga a ganarle a diferentes adversidades. Por un lado, lo que es plenamente deportivo: la falta de espacio para realizar un entrenamiento y practicar con la raqueta en mano, una alimentación que no corresponde a la exigencia física y la imposibilidad de verse con su cuerpo técnico. Por el otro, lo extradeportivo: una habitación en mal estado, higiene deplorable y el aburrimiento que sufren ya desde hace tiempo.

“Es difícil opinar desde afuera, sé que es muy difícil para la organización. Es riesgoso para un país por las consecuencias que se pueden generar. La verdad, no me gustaría estar en ese lugar de tomar decisiones”. Mercedes Paz opinó así, ante la consulta de LG Deportes sobre la disyuntiva de hacer lo más responsable mirando la pandemia o seguir lo más conveniente para sus ex colegas.

Entre rejas

“No podemos salir de la habitación, no podemos salir a ningún lado, de hecho, cada vez que abrimos la puerta hay una seguridad que nos pide al segundo que la cerremos. Todos los días nos vienen a testear”. Así describe Diego Schwartzman la realidad que están atravesando los tenistas en Melbourne. Algunos deciden tomarla con cierta tranquilidad y otros no pueden soportar más tiempo dentro de las cuatro paredes donde duermen.

Entre los primeros, por ejemplo, están el uruguayo Pablo Cuevas y el francés Édouard Roger-Vasselin que trataron de mostrar su mejor cara compartiendo lo que hacen, prácticamente a diario, en sus redes sociales. No tan sólo entrenando, sino que también tratando de transmitir alegría a su manera: haciendo chistes irónicos sobre el tema, haciendo atravesar una pelota en un circuito hecho con cosas de sus equipajes y hasta festejar sus cumpleaños. Como lo hizo Gustavo Fernández, tenista argentino en silla de ruedas, cuando publicó una foto con un cono de papel en la cabeza, en el cual se felicitaba a sí mismo. Una manera de afrontar las dificultades con el mayor de los optimismos.

INDIGNADO. Guido Pella se mostró en contra de las decisiones de la organización INDIGNADO. Guido Pella se mostró en contra de las decisiones de la organización

Sin embargo, no todas las personas son iguales. Algunos no pueden tener la mentalidad optimista que otros sí. “Es como estar en una cárcel, pero con wi-fi” fueron las palabras con las que Roberto Bautista Agunt, tenista español, describió lo que siente en el confinamiento. Guido Pella, totalmente disconforme con las medidas tomadas desde la dirección de tenis de Australia, describió lo que está viviendo desde su cuenta de Instagram (@guido_pella): “no nos limpian la habitación hace una semana, de milagro nos dan toallas y la comida es de cartón. Ni una hoja limpia pudimos conseguir... Pero bueno, seguimos fuertes (ponele)”. Decía el mensaje que escribió.

SIMPÁTICO. Gustavo Fernández pasó su cumpleaños 27 solo en su habitación. SIMPÁTICO. Gustavo Fernández pasó su cumpleaños 27 solo en su habitación.

Hay momentos y acontecimientos que uno puede soportar y predisponerse para seguir adelante. Pero, también, hay ocasiones que no pueden tomarse a la ligera y dejar pasar como si nada hubiese sucedido. Una rata en una habitación, por ejemplo. Le sucedió a la tenista de Kazajistán, Yulia Putintseva. El pasado sábado por la madrugada vio a su pequeño visitante no deseado en un rincón de la habitación, lo cual llevó a que se mudara. ¿Fin del problema? No. El lunes volvió a denunciar el mismo problema, desde su cuenta de Twitter (@PutintsevaYulia), pero ahora con una diferencia. No era un ratón, sino, dos. Reflejando el mal estado e higiene de algunas habitaciones.

Uno de los temas más hablados sin dudas en los últimos días en el mundo del deporte y por ahora sólo hay un caso de covid-19 identificado dentro de los deportistas. Paula Badosa comunicó por sus redes sociales, el pasado jueves, la noticia. Su test era positivo. “Como sabéis desde que llegué a Melbourne he estado confinada en la habitación. Hoy, en el día siete de cuarentena, he dado positivo por COVID. Son momentos duros. Volveré más fuerte”. Así es el mensaje que dejó en su Twitter (@paulabadosa). (Producción periodística de Joaquín Mariné)

El pedido del número uno

Novak Djokovic no dejó pasar la situación y tomó el papel que significa ser el primero en el ranking ATP. Con el fin de que todos tengan una preparación igual de justa, el serbio escribió una carta para los organizadores del campeonato, con algunas peticiones que considera indispensables. Equipo de entrenamiento en todas las habitaciones, comida que sea acorde al nivel de exigencia de un deportista de élite, permiso para visitar a los entrenadores, rebajar los días de aislamiento, entre otras tantas. A pesar de la demanda, las directivas respondieron negativamente. “El virus es igual para todos” dijo el primer ministro de Victoria.

Abierto de Australia: como en una cárcel, pero con wi fi

¿Hay ventaja?

Un total de 72 tenistas dentro de habitaciones entrenando desde ahí, y el resto de los participantes que lograron, por suerte, quedar fuera del aislamiento, se preparan de forma normal. O sea, circunstancias favorables para unos y perjudiciales para otros. “Estamos en una situación muy complicada, y se toman decisiones que a muchos no le conviene y a otros indirectamente le favorecen. Creo que siempre se trata de hacer lo mejor, aunque a algunos puedan perjudicar”, opinó sobre la situación Roberto Barraquero, ex tenista profesional tucumano.

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¿Podría esto marcar una diferencia en el rendimiento de los jugadores? “Hay una gran diferencia porque el tenis es un deporte de precisión y el hecho de no poder entrenarse en una cancha afecta mucho a la seguridad de cada uno, pero obviamente que también depende mucho de cómo es la cabeza de cada uno” respondió a la pregunta Mercedes Paz, ganadora de este torneo en dobles en tres oportunidades (1991, 1992 y 1995).

La experiencia de Londero

El tenista argentino rompió el silencio y habló de cómo es estar encerrado en una habitación que, en su caso, no tiene ni ventanas. “Es difícil, es una de las peores experiencias que estoy teniendo en mi vida”, declaró el cordobés con mucha impotencia. “Llega el momento en que te cansa, y el trato me parece que podría ser un poco mejor”, recalcó, refiriéndose a la falta de tacto por parte de la seguridad que custodia las habitaciones. “Te tratan como si tuvieras un poco de lepra. Es como si tuviéramos una enfermedad”, aseguró el N° 81 del mundo en el ranking ATP.

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