Manzur se apoya en la Casa Rosada para robustecer la campaña proselitista

Manzur se apoya en la Casa Rosada para robustecer la campaña proselitista

Fue un asado informal, del que participaron pocas personas, pero entre charla y charla, Juan Manzur fue delineando lo que será, políticamente, este 2021 electoral. El gobernador Juan Manzur aspira a convertir a Tucumán en uno de los epicentros electorales de la campaña proselitista del Frente de Todos. Y ayer arrancó con la visita del ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, con quien tiene tanta afinidad y contacto como con uno de los amigos en común: Sergio Massa, el titular de la Cámara de Diputados de la Nación. Katopodis fue intendente de San Martín y enfrentó no sólo al macrismo en las urnas, sino también al kirchnerismo. De allí es que comparte experiencia con Manzur, que aún no logra romper el hielo que existe entre él y la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Seguramente al soplar la vela para festejar, sin grandes encuentros, su cumpleaños número 52, Manzur habrá pedido sostenerse al calor del poder, con el apoyo de la Casa Rosada.

Alberto Fernández le ha prometido al gobernador tucumano visitar Tucumán apenas el operativo de vacunación masivo y las restricciones por el incremento de los contagios le permitan. El presidente de la Nación tiene previsto volver al territorio manzurista en el primer trimestre de este año. Antes es probable que llegue su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y también el titular de Economía, Martín Guzmán, con quien el jefe del Poder Ejecutivo tiene diálogos telefónicos periódicos. El objetivo de Manzur es que en el primer semestre, el gabinete llegue a Tucumán, ya sea por el Salón Blanco de la Casa de Gobierno o por la capital alterna elegida en la Provincia: Monteros. Por las dudas, el mandatario ya aceitó contactos con el intendente Francisco Serra para tener todo listo cuando consiga turno en Balcarce 50 para el desembarco de las principales figuras del gabinete albertista.

Manzur intenta nacionalizar la elección. Esa estrategia tiene múltiples lecturas. Con esa idea, el gobernador podrá aspirar a lograr un resultado mejor en las urnas, si al Gobierno nacional le va bien con el operativo de vacunación. Se subirá así al Sputnik V o a cualquier producto que sea redistribuido en todo el territorio nacional. El test electoral, en ese aspecto, se enmarcará en un plebiscito integral, más que focalizarlo en los casi seis años de administración que cumplirá, precisamente, en octubre, el mes de la convocatoria a las urnas. En cierta medida, la centralidad de las acciones gubernamentales en la crisis sanitaria, ha sacado de foco a otros problemas que, no obstante, son tan preocupantes como la pandemia misma. El caso de la inseguridad, por mencionar alguno, y los escándalos judiciales, por ejemplo.

Pero la nacionalización, a su vez, le permitirá otros objetivos. Por ejemplo, el de ayer, captar la mayor cantidad de obra pública posible, con financiamiento federal o internacional, para mostrar otra cara de gestión. Y sin descuidar los eventuales cruces de poder, naturales en esta tierra, con los aliados partidarios (para mantener la tropa propia unida en base a planes de trabajos públicos) o con los opositores. De hecho, Katopodis trazó una línea divisoria con el macrismo, como round inicial de la contienda electoral que se viene en el país.

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