Habrían quemado la verdulería y siguen detenidos

La propietaria destacó la ayuda recibida.

REFACCIONADA. Desde el hecho, la verdulería funciona con gazebos. REFACCIONADA. Desde el hecho, la verdulería funciona con gazebos.

Se cumplieron los 30 días de prisión preventiva de Julián David “Cata” Ibáñez (18) y del período de internación en el Instituto Roca de un menor, los jóvenes que asaltaron e incendiaron una verdulería ubicada en la avenida Aconquija al 2.200, en Yerba Buena. Sin embargo, ambos continúan detenidos ya que en una nueva audiencia se determinó que sigan en pie la medida coercitiva, al menos por 40 días más. Lautaro “Chicle Duro” Acosta, principal sospechoso, también permanece aprehendido mientras se cumplen los 75 días de prisión preventiva dictados desde un primer momento. “Ya se hicieron las investigaciones por parte de la Fiscalía y de la Querella, de la que yo formo parte, y presentamos el requerimiento de elevación de la causa a juicio. Calculo que después de la feria judicial ya tendremos fecha para la apertura del juicio”, indicó Jorgelina Gil, dueña de la verdulería incendiada y querellante en la causa.

La mujer recalcó la actuación de la Fiscalía de Robos y Hurtos, a cargo del fiscal Pedro León Gallo, y ya espera el juicio con la esperanza de que se haga justicia y que los culpables de destruir su fuente de ingresos dejen de provocar daños. Incluso, Acosta (uno de los sospechosos) trabajó en el lugar, lo que hace suponer a la Fiscalía que sabía cómo era el funcionamiento del lugar.

Los delincuentes habían ingresado a la verdulería y fueron, según vieron los dueños a través de las cámaras de seguridad, directo a prender fuego en la zona de los aceites y el alcohol, razón por la cual las llamas se expandieron con rapidez en todo el local.

A su vez, Gil destacó la importancia que tuvieron amigos, familiares, vecinos y hasta personas desconocidas que se acercaron para colaborar a rehabilitar el negocio.

“Hay amigos que hicieron colectas sin que sepamos porque no queríamos recibir plata de nadie, y con lo que recaudaron compraron la moto de delivery. Después, un grupo de parientes nos regaló los ventiladores de techo, otra gente nos donó lo suficiente para comprar balanzas, y así; fue impresionante. Son tantas las personas que se solidarizaron con lo que nos pasó que vimos  la otra cara de la moneda y vimos que sí hay gente buena todavía. Da esperanza”, contó Gil sobre la solidaridad de la gente.


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