Por Santiago Re
24 Diciembre 2020
HOGAR. Graciela Ramos y su hijo dormían entre el galpón del centro cultural Juan B. Terán y las vías del tren.
Graciela Ramos, de 58 años, fue encontrada sin vida ayer por la mañana en la galería de un ex galpón ferroviario de Marco Avellaneda al 300 donde ella y su hijo pasaban las noches. José María Ramos había dormido en otro lugar ese día; cuando regresó, descubrió que su madre había sido asesinada.
Ya son 153 los homicidios registrados en la provincia en lo que va de 2020.
Aterrorizado, el joven de 20 años llamó a un policía que circulaba por la zona y al servicio de emergencias 107, que confirmaría el deceso de la víctima. Si bien se espera la autopsia para determinar a detalle las causas de la muerte, los investigadores consideran que se debió a golpes en la cabeza con un objeto contundente, quizá una piedra o un ladrillo. También se realizarán estudios para descartar o confirmar si hubo abuso sexual, dado que la mujer yacía con el pantalón a la altura de las rodillas.
Ramos y su hijo vivían en situación de calle, dormían en la galería trasera del galpón llamado “Centro Cultural Juan B. Terán”, frente a las vías del tren. Allí Ramos tenía un colchón, unos cartones y unas botellas de agua. Prácticamente no tenía más pertenencias.
José María Ramos prefirió no hablar con LA GACETA. La Policía los interrogó a él y a algunos amigos. Desde hacía un mes la víctima y su hijo habrían mantenido un conflicto con un grupo de personas que se había instalado en otro galpón ferroviario ubicado en Marco Avellaneda al 200. Esas personas habrían intentado correrlos de la galería donde los Ramos pasaban la noche. El lunes habrían peleado para conservar el lugar y los agresores se habrían retirado prometiendo represalias.
ESCENA. Los peritos inspeccionaron el predio donde ocurrió el asesinato.
Ignacio López Bustos, quien encabeza la Unidad Fiscal de Homicidios I, confirmó que por este hecho ya se aprehendió a tres personas que hoy afrontarán la audiencia de formulación de cargos en su contra. Son tres hombres de 27, 38 y 44 años; uno apodado “Pacotillo” y otro “Oso Bazán”.
Según informó el jefe policial de Homicidios, Diego Bernachi, primero quedó demorada “Anyi”, la concubina de uno de los aprendidos quien se sometió a pericias pero finalmente no se pidió su aprehensión.
“Sé que la señora se llamaba Graciela, nos veíamos de pasada y parecía una buena persona. Ella vivía allí con su hijo porque nunca recibieron ninguna ayuda de nadie y no tenían a dónde más ir. Estoy segura de que la mataron los que viven en el galpón de la otra cuadra; con ellos siempre hay problemas. Pasar por ahí de noche es imposible”, señaló Antonia, una vecina que se acercó para ofrecer su testimonio.
Los vecinos aprovecharon para pedir más presencia policial, más iluminación para el sector de los túneles y que el centro cultural vuelva a funcionar. “Lo cierto es que soy nueva en el barrio, pero jamás vi que abrieran el Juan B. Terán. Cuando murió Maradona pusieron unos dibujitos pero nada más. Sería importante que lo habiliten para que deje de estar ocupado”, consideró Noelia González. “Es una zona desolada, la verdad. De día circulan los policías pero de noche es una boca de lobo y no queda una guardia fija. Nos preocupa porque hay mucha gente que se instaló en estos galpones y algunos son ‘pesados’ que conforman una banda”.
Matías Seco también se quejó de la inseguridad. “Alguna vez lo vi abierto al centro cultural, pero hace rato que está cerrado, quizás sea por la pandemia. El problema también es el otro galpón, porque en este se ve que quieren hacer algo; pero en el que está entre calles Córdoba y Mendoza hace años que es una cueva, si pasás vas a ver que las puertas siempre están abiertas y que hay gente instalada adentro. Más de una vez vimos a la Policía buscando a algún delincuente ahí, dicen (los uniformados) que son de ‘La Banda del Araña’”, cerró.
Muerte dudosa: investigan las causas del deceso de un hombre de 89 años
Una mujer de 56 años se presentó ayer por la mañana ante la Policía para avisar que había encontrado sin vida a su padre. Los efectivos que constataron el hecho, determinaron que se trataba de una muerte sin asistencia médica, por lo que se dio intervención a la división Homicidios de la Policía para que averiguara las posibles causas de la muerte.
El hecho ocurrió en 25 de mayo al 1100, en Villa 9 de Julio. A simple vista, los investigadores no habrían notado lesiones en el cuerpo del difunto, pero sí que había transcurrido al menos un día desde el momento del deceso. La autopsia revelaría si se trató de una muerte natural o no. La Policía tomó testimonios para averiguar detalles sobre cómo vivían el hombre y su hija, pero hasta anoche no se descartaba ninguna hipótesis. La causa se caratuló como muerte dudosa, y quedó en manos de la fiscalía de Homicidios.
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