Por Claudia Nicolini
05 Diciembre 2020
En unos días llega la fecha de decorar el arbolito, pero ya se puede ir pensando en la decoración general de la casa para Navidad, que este año adquiere un significado especial, ya que los tucumanos pasaremos estas Fiestas en casa y con familia reducida. Una buena idea es contagiar el entusiasmo a los más chicos y emprender con ellos la tarea de la decoración.
Para eso, recurrimos a Vero Gianodis y a sus hijos, Tomás, de 11 años, Agustina, de siete y Julián, de dos. “Es decididamente mi tiempo favorito”, sentencia y cuenta que lo disfruta intensamente porque le da a su trabajo (es decoradora por elección y por vocación) el placer de hacer lo que le gusta por partida doble. E incluso triple: “tanto a Tomi como a Agustina les encanta hacer cosas conmigo en el taller”.
Proponen los que saben
Estos tres “especialistas” aceptaron el desafío de compartir con los lectores de LA GACETA lo que para ellos es un ritual de todos los años: armar con sus propias manos los adornos navideños. “Es un momento muy lindo; no sólo porque están entretenidos; compartimos tiempo de calidad y desarrollan sus habilidades manuales -dice la mamá-. Además, para los chicos es un orgullo y una satisfacción que lo que hacen sea importante para los adultos, y le ponen mucho esmero”. Y asegura que empezar temprano con las cosas “peligrosas” (siempre bajo supervisión, claro) es una buena manera de evitar futuros accidentes. “Mis tres chicos empezaron a manejar tijeras a los dos años (Julián acaba de empezar), y Agus cosió las piezas de pañolenci de los adornos. Para empezar, está bueno usar una aguja de punta planta, parecida a las de coser lana, hasta que se acostumbran a manejarlas”, aconseja Vero.
“Por lo demás, con poco dinero se pueden hacer cosas hermosas. Un consejo es buscar “puchitos” de lanas, hilos o telas, que siempre alguien tiene por allí, y que permiten personalizar detalles -agrega-. Y dos materiales básicos baratos: el paño y la cartulina”.
El otro consejo tiene que ver con el cómo y con el éxito de la misión: “para los chicos es tan importante hacerlos como que queden bien. Así que conviene buscar la manera de ayudar sin imponerse, atentos a cuándo necesitan ayuda, e intervenir sólo en ese momento, según la edad y cuán desarrolladas tienen las habilidades -destaca-. Una manera puede ser que un adulto (o el niño más grande) haga los moldes en un papel y los asegure con alfileres al paño. Entonces los más chicos pueden cortarlos. Y si todavía no usan aguja, en vez de coser las piezas, se pegan. Lo ideal es usar silicona líquida transparente, porque al secarse no deja marcas”.
Materiales y precios estimados
- 30 cm de pañolenci (salen 30 círculos) cuesta entre $ 50 y $ 100 el metro.
- 1 carretel de hilo de coser dorado, $ 50.
- 1 rollo de 100 m de hilo de macramé rojo y blanco, $ 25.
- 1 ovillo de lana finita dorada, $ 250.
- 1 bolsita de 50 cascabeles, $ 250.
- 1 pote de silicona líquida transparente, $ 75.
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Tucumán
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