ADDENDA: un precedente de El dinosaurio

ADDENDA: un precedente de El dinosaurio

POSTURA. Las coincidencias no siempre indican antecedentes, dice Duguech. POSTURA. Las coincidencias no siempre indican antecedentes, dice Duguech.
15 Noviembre 2020

El excelente y cuidado texto de Santiago Sylvester nos revela una curiosa situación. Bien dice que se puede “dar por cierto que el microrrelato más famoso del mundo, o al menos de Occidente, es El dinosaurio, de Augusto Monterroso. Y lo transcribe: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Cabe señalar que habiendo confesado el autor de la nota que el microrrelato no es su fuerte, escribe “siempre me ha sorprendido la aceptación que tiene esa expresión intensa, breve por definición entre los escritores de nuestro Norte argentino”. Allí arrima un criterio interesante: “Tal vez sea por el parentesco remoto con la copla”. Una de las razones de la vigencia del microrrelato y la otra, a la que le da más protagonismo: “por la labor pionera, reconocida por todos, que hizo David Lagmanovich en Tucumán”, además de citar una exposición de Rogelio Ramos Signes en una de las celebraciones de la Feria del Libro en Buenos Aires.

El título de la nota “Un precedente de El dinosaurio” nos lleva a suponer que, verdaderamente, lo tiene. Claro que se refiere a un texto de hace 165 años del escritor francés Catulle Mendèz de fines del Siglo XVIII y los primeros años del XIX. Un texto de 1865 de este autor, “Una noche con Baudelaire”. En él hay una frase convocante para el análisis que hace Sylvester que da cuenta de un relato de “Mendèz que, inmovilizado por el miedo, suspende la narración”. Y precisa que el renglón siguiente con el que termina esta historia, informa: “Cuando desperté, Baudelaire ya no estaba allí”.

Sylvester consagra: “fue un precedente a uno de los textos más célebres del Siglo XX, con el que Catulle Mendèz se anticipa un siglo a Monterroso”. Es -a no dudarlo- un ingenioso producto de elaboración del poeta y ensayista salteño. Ocurre a menudo, hay que estar atento a ello, ya que frases de hasta de cuatro o cinco palabras se encuentran tanto en textos de hace dos siglos como de hace unos meses en obras de ficción particularmente, sean cuentos o novela de distintos autores. Vaya un ejemplo: en Purgatorio, Tomás Eloy Martínez dice: “Escribir siempre fue para mí un acto de libertad,..”. Y gracias al motor de búsqueda Google, en el que rastrear esa frase abre un abanico de lugares donde se encuentra casi con las mismas palabras y en el mismo orden. Ni Tomás, ni la Andruetto, ni Cristina Morales (española) se copiaron o imaginaron ser los precedentes de otros. Tal vez por aquello de un cuasi lugar común. Tomás Eloy escribe en Purtagorio: “Pero no somos las mismas personas”.

Buscamos: del prolífico autor británico Williams Somerset Maugham: “No somos las mismas personas que el año pasado...”. Seguramente hay infinidad de coincidencias. Las que halló Sylvester entre la frase que alude al dinosaurio y la que cita a Baudelaire no habilitan, a mi criterio, otorgarle el carácter de primacía o de precedente de una sobre otra. Y menos aun tratándose de dos géneros muy distantes entre sí.

Otra hubiera sido la mirada si los dos textos fuesen, a su vez, microrrelatos. Arduo debió ser el trabajo que lo llevó al encuentro del “microrrelato” escondido en un texto en francés de hace más de un siglo y medio. No deja de ser un ejercicio lúdico eso de otorgarle el status de “precedente” de El dinosaurio de Monterroso.

© LA GACETA

Carlos Duguech

Tucumán

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