28 Septiembre 2020
Alejandro Molinuevo
Entrenador de los últimos títulos argentinos
El rugby argentino, amateur por sentimiento y cuya base son los clubes, sufrió en los últimos 20 años deserción de jugadores, merma de crecimiento y falta de compromiso en formadores y dirigentes por causas y factores diversos, como son la situación socioeconómica, la aparición de otros deportes alternativos más atractivos y menos costosos, y la falta de acciones y facilidades en resguardo del juego y del jugador.
Me parece que sí puede recuperarse esa pasión que vivimos en los 90 y primera década de este siglo, en la medida que logremos el disfrute de los niños y de sus padres acompañantes. Transmitirles valores, sentido de pertenencia a temprana edad, inculcar la participación y la diversión por sobre el exitismo. Promover el compromiso por el club.
La UAR debe entender de la importancia que tiene para el interior el Campeonato Argentino, tanto por la tradición federal de nuestro rugby, como por ser una enorme herramienta de motivación para jugadores y entrenadores, tal como ocurre en juveniles, donde los mejores representan al país en mundiales y otras competencias internacionales, luego de medirse y ser vistos en condiciones de igualdad.
Pregunto: ¿por qué no puede replicarse en mayores, en la que los mejores jugadores además estarán motivados por tener una oportunidad en el profesionalismo ?
En mi opinión, ahora más que nunca, se puede y se debe volver a las bases del rugby argentino.
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