Por Juan Manuel Asis
31 Agosto 2020
César González.
Los usuarios del transporte público de pasajeros deberán seguir esperando por la normalización del servicio, lo que, según se deslizó, no va a ocurrir hoy. “Sigue la medida de fuerza, no hay ningún tipo de acuerdo”, dijo anoche a LA GACETA el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), César González. Para el dirigente el tema está más que claro: “quienes tienen que solucionar el problema son los empresarios; si hacen efectivo el pago de los sueldos adeudados, se levanta la huelga”.
Como se sabe, el gremio cumple un paro por tiempo indeterminado, sin concurrencia a los lugares de trabajo, desde el miércoles pasado. De todas formas, el sindicalista advierte que si el Gobierno nacional no envía los fondos comprometidos en concepto de subsidios -aproximadamente $ 300 millones-, “el sistema de transporte colapsará”.
El sector patronal, Aetat, sostiene la imposibilidad de afrontar la liquidación de los haberes de los choferes de ómnibus, en gran medida debido a la caída de la recaudación, en más de un 70% a raíz de la pandemia. El aislamiento obligatorio mermó el pasaje. Incluso, llegó a mencionarse que, aún en tiempos normales, no podían cumplir con los gastos, lo que derivó en planteos para que se analice la actividad y se lleven adelante estudios para reformular el sistema público de pasajeros.
González indicó que la situación de los trabajadores es desesperante. “Los compañeros no tienen ni para comer, esta semana vencerá el plazo para el pago de los sueldos de agosto -el 4 de septiembre-, por lo que, si no se cumple, se deberán dos meses y medio”, indicó el gremialista. “La situación es tremenda, angustiante, imposible de aguantar”, sintetizó.
Indicó que la angustia es todavía mayor porque el Gobierno provincial informó que no podía adelantar el subsidio correspondiente a septiembre “a causa de la covid”.
En este punto, cargó las tintas contra el Gobierno nacional: “no le está dando la importancia que merece el problema porque son muchas las provincias que soportan el mismo conflicto”. “Y los empresarios están esperando que les llegue la plata”, acotó.
Vaticinó que cada día se profundizará la crisis en el sector. “Si el Gobierno nacional no manda los fondos, es imposible que el transporte siga funcionando”, enfatizó.
Según dijo, la desesperación y la necesidad de presionar para que aparezca una solución los llevó a pensar en realizar cortes en los accesos a la ciudad, con concentraciones de delegados, pero que desistieron porque se regresó a la fase 3 por la evolución de los casos de coronavirus. “No podemos movilizarnos”, señaló.
Precisó que hasta el momento les adeudan el medio aguinaldo de junio, más o menos $ 15.000 en promedio, y el sueldo de julio, aproximadamente $ 65.000 de promedio en el bolsillo. “Nos dieron $ 15.000 como anticipo”, especificó.
Cuando se le consultó de cuánto sería la deuda promedio con cada trabajador del sector si se acumula el haber de agosto -con fecha de vencimiento esta semana-, González mencionó que llegaría más o menos a $ 100.000 por colectivero. “Hay que entender que la situación que atraviesan los compañeros es cada día más difícil”, expresó.
En total, los choferes son 4.000, 3.600 del transporte urbano y 400 de larga distancia, para los que se precisan $ 230 millones para garantizar la liquidación de los sueldos. Los choferes interurbanos no trabajan por la pandemia, aunque González señaló que tienen problemas los de la empresa Aconquija, porque no se les pagó el ATP.
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