Argentina – Inglaterra entretelones del partido de fútbol más recordado

Argentina – Inglaterra entretelones del partido de fútbol más recordado

LOS PIES DEL HOMBRE. Maradona está completando la mejor jugada de la historia de los mundiales, que coronará con el gol que eliminará a los ingleses. LOS PIES DEL HOMBRE. Maradona está completando la mejor jugada de la historia de los mundiales, que coronará con el gol que eliminará a los ingleses.
19 Julio 2020

CRÓNICA

EL PARTIDO

ANDRÉS BURGO

(Tusquets – Buenos Aires)

En medio de una pandemia que no afloja y frente a la incertidumbre de cómo y cuándo volverá el fútbol en Argentina, los meses de junio y julio igual se pusieron la diez e hicieron rodar la pelota a través de luminosas efemérides.

El 22 de junio se cumplieron 34 años del emocionante 2 a 1 de Argentina contra Inglaterra en el Estadio Azteca, por el Mundial de México 86. Hito en la historia de los mundiales, que tuvo a Maradona como protagonista en todos los sentidos: un gol con la mano y otro gol de características artísticas que se va a recordar por los siglos de los siglos como el mejor de todos los tiempos. Y en julio se cumplieron 30 años de la final que Argentina perdió contra Alemania en Italia 90. Aquella Selección de Bilardo, a pesar del segundo puesto, fue alentada por una multitud en la Casa Rosada ni bien arribó al país. Así como en el 86, en aquella Plaza de Mayo, otra vez se escuchó: “¡Borombombom, borombombom, es el equipo del Narigón!”

Pero el camino de estos hechos inolvidables es la excusa perfecta para volver sobre aquel 22 de junio de 1986 y más precisamente sobre el libro que reconstruye el minuto a minuto de aquel día histórico.

La referencia es para la reciente reedición de El Partido. Argentina – Inglaterra 1986. En 300 páginas, el periodista Andrés Burgo se propuso una travesía reveladora: contar quirúrgicamente las escenas cotidianas que se vivieron alrededor de aquellos 90 minutos. Se metió en un universo que bordea a los jugadores de fútbol y ubicó a personajes secundarios, acerca de quienes, si no fuera por este libro, poco se sabría. Un ejemplo es Tito Benros, el utilero que lustró minuciosamente los botines que usaría el Diez en ese partido para hacer historia.

“El fútbol grande le soltó la mano”, escribe Burgo. Y es cierto, porque visto a la distancia no corrió con la misma suerte que Miguel Di Lorenzo, mejor conocido como “Galíndez”. De marcada trayectoria en la utilería del fútbol argentino.

Idas y vueltas

El autor de La final de nuestras vidas, además narrar con robusta prosa los goles que hizo Maradona ese día: “La mano de Dios” y “El gol del siglo”, desnuda algunos datos de interés. La disputa de poder que se dio entre Diego y Pasarella, que este último terminó por perder por varias cuestiones. Primero -según se cuenta-, porque Bilardo le tenía más estima al Diez. Segundo: “El Kaiser”, si bien viajó con el equipo, no llegó a jugar. Una afección intestinal lo dejó afuera de las canchas y lo depositó en la cama de un hospital. Son varias las hipótesis que se tejen sobre ese hecho en la vida de Pasarella. Algunos dicen que tomó agua de la canilla en México, cuando se les había advertido que no se podía porque estaba contaminada, y otros dicen que fue algo que le dio Bilardo para dejarlo afuera. “Bilardo llevó a Daniel a México y le dio una purguita que lo sacó del equipo. Y casi lo mata”, le dijo el Pato Fillol a Burgo en el libro.

De esas idas y venidas hay varias en el libro. De un lado estaban los que apoyaban a Bilardo y del otro los que todavía tenían en la cabeza el esquema futbolístico de Menotti (viajó al mundial 86 en calidad de periodista). “El Flaco”, según documenta este libro, también fue el que auspició el terminó “Barrilete”, después de unas declaraciones que dio sobre Maradona a un periodista de Télam en el avión que los estaba llevando a México. Las fuentes demuestran que el DT campeón del Mundial 78, se refiere de ese modo a Maradona porque consideraba que estaba atravesando momentos de emociones volátiles. “Lo dije por su vida, era un barrilete que no sabía dónde vivía, dónde iba a jugar. No tenía nada que ver con el jugador”, fue su testimonio 30 años después para este libro. “¿Te arrepentís de lo que dijiste”, preguntó el periodista. “No, no me arrepiento. Al contrario, si le sirvió para hacerse famoso a ese”, contestó en referencia al relato que Víctor Hugo Morales inmortalizó en aquel gol que le dio el 2 a 0 a Argentina.

“Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial. Deja el tendal y va a tocar para Burruchaga. ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Tá Tá Tá Tá Tá Tá ¡Goooooool! ¡Gooooolll! ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo! ¡Viva el fútbol! ¡Golaaaaaaaazoooo! ¡Diegooooooool! ¡Maradooooooooona! Es para llorar, perdónenme. Maradona. En recorrida memorable. En la jugada de todos los tiempos. ¡Barrilete cósmico! ¿De qué planeta viniste?”

Como complemento final para esta reedición, gracias a la periodista Ayelén Pujol, Burgo da con la historia de Elba Selva. Una jugadora que en 1971, en el mismo estadio Azteca, como una especie de antecedente protomaradoniano, le haría cuatro goles a Inglaterra en un partido de Mundial femenino, no oficial, que fue organizado por empresarios y no por la FIFA. Aquellas heroicas mujeres que representaron los colores argentinos se bautizaron “Las Pioneras” y el conjunto de las inglesas se hizo llamar “Británicas independientes”. Ningún equipo jugó con los escudos oficiales en sus camisetas, pero marcaron una huella histórica que terminó forzando a que después del mundial 86 Joäo Havelange diera el visto bueno para la organización de la Copa del Mundo femenina oficial.

“Mexico 86 fue un milagro por donde se lo mire”, concluye Burgo sobre el final del libro.

© LA GACETA

Gustavo Grazioli

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios