A trabajo más flexible, menos lumbalgias

A trabajo más flexible, menos lumbalgias

Los dolores lumbares, generalmente, suelen atribuirse a riesgos en el lugar de trabajo.

ATENCIÓN. Desde los 25 años de edad pueden comenzar a sentirse dolores lumbares. ARCHIVO ATENCIÓN. Desde los 25 años de edad pueden comenzar a sentirse dolores lumbares. ARCHIVO
28 Enero 2020

En todo el mundo, más del 23 % de la población sufre de dolor lumbar crónico, lo que lo transforma en el trastorno de dolor crónico más prevalente. Y no sólo causa perjuicios personales (que ya son suficientemente “incómodos”) sino que está asociado con inmensos costes económicos para los sistemas sanitarios.

“Rara vez se puede identificar una causa específica de dolor lumbar; por lo tanto, la mayoría de las lumbalgias se denominan no específicas. Se caracteriza por un rango de aspectos biofísicos, psicológicos y sociales”, destaca en su sitio el portal de información médica y de la salud Intramed.

Actualmente, destaca la agencia DPA, los problemas suelen atribuirse a riesgos en el lugar de trabajo, y suelen relacionarse a factores físicos, como una postura incorrecta o permanecer demasiado tiempo sentados.

Sin embargo, un equipo de psicólogos de la Universidad Técnica de Dresden (Alemania), en conjunto con especialistas en Medicina del Trabajo, ha demostrado que las áreas psicosociales de la vida laboral, como la carga de trabajo o el control de un superior, contribuyen de manera significativa al desarrollo de la lumbalgia.

El equipo sintetizó en un trabajo de meta-análisis, más de 19.000 conjuntos de datos de 18 estudios que investigaban las asociaciones entre las áreas psicosociales de la vida laboral y la lumbalgia. Los resultados revelaron evidencias científicas sólidas de una asociación entre las exposiciones a los factores de riesgo psicosociales relacionados con el trabajo y el dolor lumbar crónico.

“Las personas con una carga de trabajo elevada sufrieron con mayor frecuencia de dolor lumbar crónico. Los empleados con mayor control personal sobre su trabajo se vieron menos afectados. También se demostró que el dolor de espalda era menor cuando las personas recibían apoyo social en el trabajo por parte de superiores y colegas”, explicó la psicóloga social Anne Tomaschek, una de las autoras de la investigación.

Según otra de las responsables del trabajo, Denise Dörfel, los datos de este estudio proporcionan una base importante para el desarrollo de programas de prevención.  “En vista de la creciente carga y de los altos costes de la lumbalgia para las personas, los empleadores y la sociedad, esta investigación proporciona importantes conocimientos para la salud pública y la gestión de los recursos humanos. Un rediseño de las condiciones de trabajo podría reducir el ausentismo laboral relacionado con el dolor. Pausas flexibles, más autonomía en la programación de la labor... todo ello reduce la carga de trabajo...”, resaltó.


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