Intercambio de casas: cómo viajar sin pagar alojamiento

Intercambio de casas: cómo viajar sin pagar alojamiento

Los viajes colaborativos permiten conocer en profundidad países y culturas sin achicar el bolsillo. Tres tucumanos cuentan su experiencia sobre esta modalidad.

Para los amantes del slow travel y los fervientes trotamundos, la película “El descanso” (“The Holiday”, en inglés) es la perfecta representación de un tipo de turismo que aún resta por explotar: los viajes colaborativos.

En resumen, las protagonistas del romántico film (interpretado por Cameron Diaz y Kate Winslet) deciden intercambiar sus casas para vivir una escapada acogedora y, lo más relevante, sin gastar dinero en el hospedaje. Lejos de la ficción, esta promesa low cost logró que el “trueque inmobiliario” se popularizara entre los turistas internacionales y surgieran páginas web exclusivas. En Tucumán, todavía no nos animamos a la modalidad por completo, pero estamos a medio camino.

Dispuesto a nuevas experiencias, hace más de dos años Martín Correa Uriburu decidió incursionar en los canjes habitacionales. Para conseguirlo, sacó algunas fotos de su cabaña en Tafí del Valle y creó un perfil en la plataforma “Home Exchange”. Este portal tiene un catálogo de 400.000 viviendas. De ellas, 13 son tucumanas y las locaciones se dividen entre la capital, Yerba Buena, el cerro del Bolsón y los Valles.

En el caso de Martín, su propuesta invoca la “magia al pie del cerro Muñoz”. Una mística que mezcla la espectacular vista de los cerros con tres habitaciones, una hamaca paraguaya para dormitar al aire libre, un hidromasaje ahuyenta estrés y un asador. “En la plataforma hay distintos sistemas de intercambio. Lo mío no son los viajes recíprocos y en simultáneo sino que entrego el espacio a cambio de ‘Guest Points’ (una especie de moneda digital). Acumularlos o comprarlos también te permite hospedarte gratis en el país y en el alojamiento que quieras”, comenta el emprendedor gastronómico, que recibió por tres días a una familia cordobesa que recorría el Noroeste.

Esta gentileza lo ayudó a juntar los puntos suficientes para una nueva aventura veraniega. Por menos de $ 3.000 Martín se irá -en marzo- a un complejo playero de tres estrellas en Natal (Brasil). Y el recorrido seguirá con una estadía en el paraíso de Pipa.

Desde España, con amor

Apasionada desde chica por la arquitectura europea, las ganas que sentía Laura Marturet por viajar fuera del continente eran más grandes que el ingreso de su billetera. Además, ni el couchsurfing ni el Work and Travel la convencían.

Ante el empeño, una amiga le sugirió que para ganar algo de dinero alquilara, en forma temporaria, en Villa Nougués. “El misterio del pasado entre casonas francesas”, fue el eslogan con que describió la vivienda de piedra y frondosos jardines en Intervac, otra de las páginas afines al rubro.

“Al final reservé el lugar mediante una inmobiliaria y me olvidé por completo del asunto. Fue recién en marzo que, para mi sorpresa, una pareja española respondió a la publicación”, explica la trabajadora social. En ese momento el futuro fue glorioso: a cambio del antiguo inmueble, ella podría alojarse en un monoambiente ubicado en las afueras de Madrid.

“Ni lo dudé. La vivencia fue bastante peculiar porque te metés en la cabeza del otro. Lo mejor es que conocí a fondo Madrid sin caer en los típicos recorridos de las agencias turísticas. El plus es gastar menos, ya que ahorrás en comida al contar con una cocina”, enfatiza Laura. Después de 15 días disfrutando de la Plaza Mayor, el parque de “El Retiro” y los museos, ella volvió habiendo invertido mucho menos euros que si hubiera estado en un hospedaje.

El desafío es animarse

A la hora de dar el último paso y permitir la entrada de desconocidos a nuestro hogar surgen algunos temores que complican la fantasía de las noches en Francia, los amaneceres en la India y las primaveras en Italia.

“Muchas personas evitan esta modalidad porque la consideran insegura y tienen miedo de que les roben o dañen sus pertenencias”, explica Marcelo Rojas, dueño de un inmueble en un barrio privado de Yerba Buena, que recibirá en junio un grupo turistas ingleses. Sin embargo -aunque es consciente de la situación- él mismo aclara que es poco probable llegar a malas experiencias. En especial, por la cantidad de procesos de verificación de datos que tienen las plataformas.

“Los que navegamos en estas páginas somos gente seria que comparte su pasión por viajar o por conocer nuevas culturas. Y para quedarnos más tranquilos, es posible contratar diferentes tipos de seguros que contemplan daños o pérdidas”, comenta Martín. Nuevamente, la oportunidad de cumplir nuestros sueños está a un clic (o llave) de distancia.

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