Los políticos y las vacaciones: “hoy está todo expuesto”

Carlos Fara, consultor político, participó de un ping-pong de preguntas con la gaceta, y dio claves sobre los dirigentes y las vacaciones.

EN BUENOS AIRES. Carlos Fara es consultor político, presidente de Fara & Asociados. Participó de más de 160 campañas electorales. Es autor del libro “¿Cómo ser un consultor político?”. EN BUENOS AIRES. Carlos Fara es consultor político, presidente de Fara & Asociados. Participó de más de 160 campañas electorales. Es autor del libro “¿Cómo ser un consultor político?”.
19 Enero 2020

-Teniendo en cuenta el valor de la imagen en la política, ¿cuáles son las pautas que debieran considerar los dirigentes con altos cargos en el Estado (presidentes, gobernadores, intendentes, etcétera) al momento de planificar sus vacaciones?

-Todo depende el contexto. En este contexto de austeridad, en el que se habla de cuidar divisas, deberían tomar vacaciones en un lugar sencillo, sin ostentaciones, dentro de la Argentina. Y, en lo posible, con mucha reserva.

-A partir del auge de las redes sociales, ¿cambió el modo en el que la dirigencia debe planificar su derecho a descansar?

-Claramente, hoy está todo expuesto -o con posibilidades de estar expuesto-, de manera que es un aspecto que (el dirigente) debe ser cuidar absolutamente: dónde se va, qué se hace. Cualquiera le puede tomar una foto y sacarla de contexto con un comentario que genere algún tipo de rechazo o indignación, de manera que siempre se debe tener cuidado con esa exposición. Sobre todo cuando se trata de una persona que vive del dinero de los contribuyentes.

-Permanecer en el ejercicio del cargo cuando el resto se tomó su licencia, en un lugar donde suelen ocurrir inundaciones y otras crisis, ¿puede ser una oportunidad a explotar por un funcionario para fortalecer la imagen de su gestión?

-Está claro que, ante una crisis, alguien puede decir: “tal político está de vacaciones”. El tema es qué hace ese dirigente con las vacaciones, si vuelve inmediatamente o no. Desde ya que sí (puede ser una oportunidad para su imagen). Pero el tema es estar, o aun encontrándose de vacaciones, volver; es decir, tomar conciencia de la situación y atender la crisis.

-¿Cómo percibe la sociedad/electorado esas decisiones? ¿Tienen impacto o es algo más bien que repercute en medios y redes sociales?

-Cuanto mejor uno sintonice con el contexto, mejor. Se supone que un funcionario desempeña un rol que merece dedicación exclusiva, y hay gran nivel de atención. La sociedad no le pidió a un funcionario que se presente a una elección o que haya aceptado un cargo, por lo tanto, debe tener una dedicación muy especial.

-¿Se trabaja en este aspecto desde la consultoría política; es decir, buscar el equilibrio entre la responsabilidad del cargo y el derecho a descansar, sin que se produzcan efectos negativos?

-Lamentablemente, hoy está muy contaminado. Por un lado, por el contexto de la crisis; y por otro lado, cómo la gente percibe en general la política, sumado a la sobreexposición que generan redes y medios en general. Nadie está obligado a no tomarse vacaciones. Pero depende de cómo se construya el posicionamiento en la opinión pública y la relación con la sociedad. Si uno desempeña bien su trabajo, es un intendente de un distrito relativamente pequeño, puede irse 15 días de vacaciones a la playa sin que nadie le diga nada, siempre y cuando su equipo esté en ejercicio correcto frente a eventuales situaciones de crisis. Si no, es preferible tomarse un descanso local, estando a la mano por cualquier situación que pudiera surgir. Y sí, por supuesto, la opinión pública es complicada en este aspecto. Una nota del diario La Nación contaba sobre un ex ministro de (Mauricio) Macri, quien relataba que en una oportunidad había ido a ver un partido de tenis a las 9 de la noche. Entonces, se le acercó una señora y le dijo: ¿usted es fulano de tal? Sí, contestó él. ¿Y qué hace que no está trabajando?, le preguntó esta persona. Son casos extremos, fuera de la media, porque en términos generales, nadie diría que no se puede ir a las 9 de la noche a ir a ver un partido de tenis. Salvo, insisto, que su área esté en medio de una crisis.

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