Quique Setién es la fantasía perfecta de Barcelona

Quique Setién es la fantasía perfecta de Barcelona

PRESENTADO. Ayer fue su día. PRESENTADO. Ayer fue su día.
15 Enero 2020

Por Walter Vargas - Télam

Si el ser o no ser del universo Barcelona pasaba por reconciliarse con los efluvios de Pep Guardiola, había dos candidatos de satisfacción garantizada: Xavi Hernández y Quique Setién.

Xavi, el célebre centrocampista que pasaba la pelota bañada y perfumada, ha preferido quedar al mando del Al-Sadd de Qatar en la certeza de que tarde o temprano cerrarán bien las cuentas de la pertenencia y el reloj biológico.

Sin linaje culé ni pasado de futbolista brillante, el cántabro Setién es sin embargo otro fundamentalista de la impronta y los modos que Pep llevó a su máxima expresión entre 2008 y 2012, que se marcharon con él y sólo fueron vindicados durante el interinato de Tito Vilanova, fallecido a los 45 años víctima de la cruel enfermedad de más por saber.

A grandes rasgos, tanto el asturiano Luis Enrique como Tata Martino, y ni hablar de Ernesto Valverde, se quedaron a mitad de camino entre la defensa del capital de la herencia recibida y la natural necesidad de la siembra propia.

De tales tres, nadie más polemizado que Luis Enrique y nadie más insulso que Martino, pero nadie, nadie, más cuestionado que Valverde, sindicado como el padre de un par de derrotas humillantes en la Champions, de la reciente eliminación en la Supercopa de España y del brumoso perfil del equipo que pese a todo comparte con Real Madrid el liderazgo de la Liga.

Entonces...

¿En calidad de quién y de qué llega Setién? A falta de un presente luminoso, de alternativas potables de currículum en el bronce y en medio del vendaval de una realidad imperfecta, Quique Setién supone ni más ni menos que una fantasía perfecta.

Es cierto que la mayor parte de su carrera como DT la ha pasado en clubes del ascenso, pero en todo caso es igual de cierto que tomó a la Unión Deportivo Las Palmas en los últimos puestos y lo sacó del pozo con el juego pulcro de un plantel modesto y que su Betis gozó de producciones de alta gama.

En ese ciclo con el club andaluz ganó en el Bernabéu y en el Camp Nou por 5-3 en un frenético metegol del que tomaron debida nota los popes de la mesa chica del Barsa y los exigentes aficionados del estadio del Les Corts.

Exaltador de “la belleza y los recursos”, filósofo delivery, lector voraz, devoto de la lengua inglesa, ajedrecista, confeso admirador de Lionel Messi y seguidor del ideario de Johan Cruyff (“me hizo entender la esencia del juego”), Setién es de los que puede admitir, como admitió alguna vez: “mis jugadores no están preparados para defender”.

También Setién es de los que en nombre de su cruzada de paladar negro es capaz de despreciar sin rubores las herramientas de sus adversarios. Palabras más, palabras menos, en febrero de 2019 dijo que le daría vergüenza ganar jugando como Leganés. El detalle complementario reside en que hacía un rato nomás su Betis había estado en posesión de la pelota el 68% de los 90 minutos y con 640 pases había pateado tres tiros al arco y en cambio el Leganés que dirigía Mauricio Pellegrino, con un módico 32% de posesión y 291 pases, había pateado 16 veces y ganado 3-0.

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