
UNA CLARA PRUEBA. En los allanamientos, la Policía encontró un auto que tenía instalada una batería.

En el mercado de tunning (adaptación de autos) el caso de los robos de baterías de antenas de telefonía celular no generó sorpresas. Los propietarios de comercios especializados, empleados de casas de audio y técnicos en instalación no tienen dudas del origen de este delito: los equipos especiales para los autos necesitan de una fuente de alimentación importante que no es económica en el mercado legal.
“La gente demanda muchas baterías en gel debido al consumo de las potencias. Son equipos especiales que requieren mucha energía y que la batería de un auto común no puede abastecerla o, por lo menos, no durante varias horas”, reconoció Matías Luna, empleado de un negocio de calle Jujuy al 1.000 que comercializa equipos de audios para vehículos.
“Es posible que los elementos que se roban de las antenas de celulares sean utilizadas con este fin, pero desconozco el proceso que realizan para generar retroalimentación. Hay equipos que poseen una batería interna, que requiere de una fuente mayor de energía para funcionar durante determinado tiempo”, explicó Marcelo, encargado de un local de audio de calle Maipú al 100.
El joven está seguro que este tipo de ilícito no afectará a la actividad legal. “La gente sigue eligiendo comprar estos elementos en las casas de comercio, principalmente porque no son tan caros como se cree, y porque están llevando productos con garantía”, puntualizó durante una entrevista con LA GACETA.
El comerciante estimó que instalar equipo con dos parlantes con cajas, dos drivers, dos tweeters y una potencia tiene un valor mínimos de $ 19.800.
“En internet se puede conseguirlo a $ 2000 o $ 3000 menos, pero no sería un producto nuevo y se corre el riesgo de que esté quemado. Lo grave del caso es que son daños que no tienen reparación”, aclaró.
Más detalles
Julio Martínez, técnico en electrónica de otra tienda de audio de Maipú al 200, detalló que los elementos robados no son comunes. “Son baterías a gel que son buscadas por el amperaje y la resistencia que tienen”, explicó. “Se necesita un elemento de estas características porque se tiene que alimentar potencias de 2.000 o 3.000 vatios y por eso no es posible utilizar la batería del auto. Sí o sí deben contar con fuentes de alimentación extras”, opinó.
Martínez destacó que el nicho del audio-car (así se denomina la actividad) es importante por el desarrollo que tuvo en los últimos tiempos. “Con frecuencia se realizan exhibiciones en la provincia. No se nota, pero hay muchos vehículos equipados con sistemas de audio que demandan muchas baterías”, subrayó.
Juan Carlos Ruiz, encargado de un taller de calle Santa Fe al 2.000, comentó que en su caso trabajan mucho más con la instalación de estos productos, dado que mucha gente llega con equipos comprados en internet. “Descubrimos que varios de ellos ingresan de manera ilegal al país, especialmente, de Paraguay”, comentó.
“Se instalan mucho en vehículos utilitarios o bien se remolcan los equipos en carros. Se utilizan las baterías a gel o bien con ácido, pero estas últimas son más riesgosas, por lo que cada vez se las elige menos”, concluyó.
Mercado negro
En internet está el principal competidor
“Hoy el mercado negro está en internet, hay grupos de tuning en Facebook donde se ofrecen baterías”, explicó Julio Martínez.
El técnico explicó que los usuarios compran y venden este tipo de artículos de manera permanente. “Todo lo que están en esta actividad se vuelcan a esos grupos”, explicó el técnico. “Es difícil competir con internet. Perdemos mucho en venta por los equipos que ingresan de manera ilegal desde Paraguay. Nos damos cuenta cuando instalamos el equipo y no tiene la estampilla de la Afip”, agregó.
“Las mayoría de las baterías ingresan por ese país evitando los controles aduaneros. Sin los elementos más costosos de la actividad”, concluyó.







