Por Guadalupe Norte
23 Diciembre 2019
LA GACETA/FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO
El pan dulce, las pasas de uva cubiertas con chocolate, los brindis con sidra a las doce o colocar al niñito Dios en el pesebre... Al momento de celebrar las fiestas, cada familia cuenta con sus propias costumbres, mientras que otras se replican como parte de una cultura compartida. En el medio está la diversidad, que también nutre los rituales navideños alrededor del mundo.
Anticipándose a los últimos festejos del año, ayer, la plaza Urquiza (Sarmiento y 25 de Mayo) fue el centro de una nueva edición de la “Fiesta de las colectividades”. Tradicional evento -organizado por la Municipalidad capitalina- en el cual los representantes de distintas colectividades se reúnen para compartir con el resto de los tucumanos sus tradiciones. El agregado: muchos arbolitos, pesebres y figuras de Papá Noel, acordes a la época.
MÉXICO. La comida se tiñe en Navidad con los tonos de la bandera. Los tacos son imprescindibles.
A lo largo del recorrido, cada puesto exhibe su gastronomía típica y la bandera que los representa. Japón, Corea, España, Italia y Perú son algunos de los stands que destacan en el espacio verde y proponen averiguar un poco más sobre las celebraciones de fin de año.
Por ejemplo, en México, el nacimiento de Jesús es conmemorado a puro color y tequila. “Durante la Navidad, las familias se reúnen desde temprano y hacen posadas. Cada integrante lleva algún plato típico para compartir con el resto y la celebración comienza bien temprano. Somos muy patriotas y en las fiestas eso se traslada a la comida”, comenta la chef Tina Daniela González, orgullosa de sus raíces. En sus manos está la prueba: un taco de pollo envuelto en una tortilla rosada (hecha al teñir la masa con remolacha).
JAPÓN. En el stand se escribían carteles de “Felices fiestas” y nombres en japonés.
Varios pasos más adelante, otra de las mesas está decorada con un mantel que simula ser un mapa y nos da la bienvenida a los sabores del país en donde se originó el panettone y el biscotti al vino. “En Italia la estética navideña te lleva a pensar en cascadas de luces, con cientos de decoraciones en las casas y en las instituciones gubernamentales. Además, es muy fuerte el factor religioso y la misa del Gallo empieza a eso de las veinte, no a la medianoche”, describe María Emilia Albornoz.
COREA. Los hot dogs ganaron gran popularidad entre los fans de los doramas y el k-pop.
Para ella, otro de los puntos identitarios es la “abstinencia de carnes”. “Las comidas son preparadas con pescados, legumbres y vegetales cocinados. Y al mediodía siguiente recién se puede comer pollo o vaca”, agrega la representante de la comunidad italiana. El menú se completa con una mesa dulce de frutos secos como almendras, nueces y castañas.
De igual forma (y lejos de los villancicos) el k-pop y los snacks coreanos tienen su lugar en la feria. “A diferencia de Argentina, la Navidad en Corea no es tan familiar. En cambio, se festeja en pareja y los enamorados salen a comer afuera e intercambian regalos. Después, a fines de enero, viene el Año Nuevo y ahí sí los homenajes son mayores”, explica Elena Suh mientras le agrega mayonesa a un hot dog. Alimento callejero -popular en Seúl- que consta de una salchicha empanizada, frita y con queso. Además no puede faltar el ramen, los dulces en forma de palitos y las gaseosas frutales.
REGALOS. Se vendieron vasos temáticos, narguiles y decoraciones en papel y en vidrio.
Entre los países presentes, hubo algunos cuyos calendarios no contemplan los días 24 y 25, pero para los visitantes son capaces de ofrecer objetos originales para el arbolito. En el sector de la Asociación Japonesa de Tucumán, la tentación viene por el lado de los sets de papel origami, el sake y los amuletos de la suerte.
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