Asesinaron a una mujer para vengar la muerte de un joven

Asesinaron a una mujer para vengar la muerte de un joven

Disparan contra casillas de familiares del sospecho de matar a un muchacho de 20 años. En el ataque contra las viviendas de madera de avenida Jujuy al 5.000 también recibió un disparo un hombre de 26.

ORIFICIOS. Una familiar de Pérez muestra las marcas de las balas. la gaceta / Foto de José Nuno ORIFICIOS. Una familiar de Pérez muestra las marcas de las balas. la gaceta / Foto de José Nuno

“Van a volver. Buscarán venganza”. En el pasaje Venus, a la altura de avenida Jujuy al 5.000, en Los Aguirre, aseguraron que el desquite por la muerte de un joven, de 20 años, todavía no se ha cumplido. El crimen de Mirta Adriana Pérez, de 49 años, no ha sido suficiente revancha para la banda. “Llamamos a cada rato a la Policía para que patrullen la zona”, expresó atemorizada ayer Sandra Corbalán, una vecina.

El viernes, Pérez fue trasladada sin vida desde su casilla hasta el hospital Padilla. Según fuentes judiciales, ingresó, alrededor de las 22, con una herida de arma de fuego a la altura de la clavícula izquierda. Había recibido una bala en medio de un ataque a tiros protagonizado por dos jóvenes. Fue un “ajuste de cuentas” por el crimen de Víctor Omar Castro, ocurrido un par de horas antes. El hijo de la víctima, un tal “Bollita”, fue aprehendido como sospechoso de ser el autor del primer homicidio.

Un herido

Antenoche, cuatro personas llegaron en un Volkswagen Gol rojo, con vidrios polarizados. Dos ocupantes se bajaron del vehículo y accedieron al terreno. Allí, varias familias residen en tres casillas de madera machimbrada.

“Estábamos tomando mate adentro. Eran las 21 y llovía finito. Entraron por adelante y avanzaron sobre la casa del chico. Se pararon y efectuaron un tiro. El disparo fue a la ventana y le pegó al chico”, relató la esposa de otro de los hijos de Pérez, de 17 años.

Daniel Rodrigo Romano, de 26 años, recibió en esos instantes un proyectil en el trapecio izquierdo, en la parte posterior del cuerpo, al cubrir a su hija que también estaba en el interior de la vivienda.

Los atacantes siguieron unos metros más allá, identificaron la casa de “Bollita” y volvieron a hacer disparos, creyendo que el acusado se encontraba en el lugar. “Estábamos mi suegra, yo y mi marido (también de 17 años). Corrí la cortina y vi que el ‘vago’ se paró. Cuando hizo el tiro, me metí y me quedé en un rincón. Ella (por la víctima) fue a una pieza y se paró a lado de la cocina. Luego, observé que se caía al piso. Pensé que se había desmayado”, relató la adolescente. Los agresores siguieron al hermano de “Bollita”, quien salió corriendo, realizando dos detonaciones más en medio del camino de tierra, según los testigos.

Minutos después, agentes de la comisaría de Los Aguirre, a cargo de Julio Lobo, aprehendieron a “Bollita”. El joven había vuelto a la casa después del ataque en que murió su madre.

Personal de la División Homicidios, bajo la coordinación de Christian Peralta, buscaba ayer a los dos hombres que habían tiroteado la vivienda de Pérez. Se tratarían de familiares de Castro.

Uno de los agresores habría sido identificado, de acuerdo con fuentes allegadas al caso. Sería del barrio Las Palmeras, en la zona sur de San Miguel de Tucumán, donde en los últimos tiempos también residía el acusado del primer crimen.

La muerte inicial

“La madre volvía de trabajar y venía en el mismo colectivo. Vio todo lo que pasó. ‘Bollita’ decía después que iban a venir los changos, y vinieron”, remarcó la nuera de la víctima fatal.

De acuerdo con los datos del caso, a las 21, en avenida Jujuy al 3.800. Castro se topó en un colectivo de la línea 141 con “Bollita”. Ambos mantenían un enfrentamiento de vieja data. “Bollita” habría intentado sustraerle una gorra a Castro. Por ello, se bajaron y comenzaron a pelear. “Bollita” le habría asestado varios puntazos con un arma blanca. La víctima presentó cinco heridas en el tórax y el abdomen.

EN LA CAPITAL. Peritos inspeccionan la zona del primer homicidio.  EN LA CAPITAL. Peritos inspeccionan la zona del primer homicidio.
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