La Fura perdió la furia y el Cirque du Soleil apuesta a la belleza

La Fura perdió la furia y el Cirque du Soleil apuesta a la belleza

“PERIPLO”. La puesta de La Vorágine se hizo en la sala La Gloriosa. “PERIPLO”. La puesta de La Vorágine se hizo en la sala La Gloriosa.
12 Noviembre 2019

Pablo Gigena

Director, dramaturgo, actor, teatrista

A principios de los 90 me enteré que existía un grupo llamado La Fura del Baus; de casualidad fui a una bienal en Brasil y se presentaban allí, llegamos 10 minutos tarde por perdernos en Sao Pablo y no nos dejaron entrar, pero algo atisbamos por la puerta. Y nuestros cumpas nos describieron la acción de la que ya habíamos escuchado y leído. Lo principal era la interacción y el compartir el espacio escénico con y entre el público. Las acciones tenían significantes fuertes y eran fuertes en sí mismas, como el manejo de una motosierra entre el público, una pecera gigante donde a una persona inmersa desnuda le tiran cosas y esta se va contaminando.

Todo eso era encantador para un pendex rebelde como yo que me aburría con las propuestas tradicionales aún más tradicionales para alguien que las sufría en los 80 y 90. Ya había tenido experiencias en rupturas del espacio, porque fuimos con Noé (Andrade) unos de los primeros en hacer teatro callejero aquí. Siempre encontré una línea entre La Fura y los grupos más contemporáneos incluso locales que trabajaron esa cosa performática y multitudinaria y de imágenes, como De la Guarda y luego Fuerza Bruta. Para mí, Víctor García, con “Cementerio de automóviles”, y luego con las demás puestas fue el iniciador de estas experiencias de gran formato: para mí La Fura, De la Guarda y muy posteriormente hasta el Cirque du Soleil derivan sus propuestas escénicas de un formato inaugurado por García - y algunos otros directores- en Europa, donde es reconocido como el renovador de la propuesta escénica contemporánea; hasta Peter Brook lo reconoció.

Aquí es difícil llevar a cabo el formato porque se precisa una logística, un presupuesto y conocimiento de manejo espacial dispositivos y estructuras que no es usual en el aprendizaje y las prácticas teatrales convencionales. Para empezar precisás un espacio adecuado, máquinas, conocimiento de mecánica, física, electrónica, etc... Lo pueden llevar adelante grandes productoras que contratan multitud de personal para tal efecto. Nosotros en la puesta que más nos acercamos al género fue con “Periplo, cartas al infinito”, donde no había butacas, el público debía navegar el espacio para elegir puntos de vista y evitar ser golpeado, donde manejábamos elementos de gran formato, interveníamos el espacio aéreo e interactuábamos con el público. Bailábamos, gritábamos con el público y hasta los acostábamos en el piso para que vieran desde esa perspectiva una escena de coreografía sobre la pared. “Vertical”, dado el tamaño del elemento, precisó de publico sentado.

Tenemos conocimientos y capacidad y ganas de hacer espectáculos del género, pero no el presupuesto, y quizás nunca lo tengamos por vivir en este lugar. Los tipos de espectáculos como los de la Fura y De la Guarda laburaron mucho sobre la euforia, el clima de recital o cancha de fútbol y fiesta rave prima. La diferencia entre la Fura en los 90 y expresiones más nuevas como el Cirque du Soleil, es que la Fura tenía: furia, había imágenes de violencia, de denuncia, de perversión donde el público se sentía inmerso, eran espectáculos críticos al borde de lo marginal, rebeldes, con las maquinas ahí a la vista, al borde del desagrado. La Fura no es eso hoy en día. En cambio la mayoría de estas expresiones actuales como, el Cirque du Soleil, apuestan a lo bello, lo excesivo acrobático, la sorpresa de la maquinaria oculta. Se ha transformado en un gran negocio para que los burgueses y pequeño burgueses salgan felices y contentos y sorprendidos, mientras la diferencia de clases se hacen presentes en la diferenciación del precio de las entradas y los servicios. El más rico mira de primera fila mientras cena y toma champagne. Los intérpretes antes eran gente como uno, artistas laburantes, ahora la mayoría son acróbatas de elite. Yo me acerco más a las ideas de Víctor García y de la Fura de los primeros años; ambos trabajaban con lo mecánico, con máquinas, porque creo que eso mensajeaban, que la mecanización nos había deshumanizado. Ahora la maquina del show burgués, en cambio, adora la maquinación de la maquina del sistema, que habiendo prostituido la belleza, la vende a precios altos a quien pueda pagarla.

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