ESTRICTA VIGILANCIA. Por pedido de la Justicia, la Policía montó un operativo especial para proteger al supuesto autor del crimen.
“Anoche, un chico llegó y nos dijo: ‘¡le pegaron un tiro a José! ¡Le pegaron un tiro a José!’ Salimos todos corriendo, pero cuando llegamos ya estaba en el piso”, relató Malena Rivadeneira, de 21 años. La cuñada y el resto de la familia del joven muerto de un tiro en el barrio AGET, negaron ayer la versión de que la víctima había recibido un disparo, tras intentar robar a una mujer en la zona de México al 3.900, en la capital.
“El hermano lo había mandado a comprar algo para cocinar: pollo, verdura. Cuando él iba bajando, otro pendejo venía robando entre los departamentos. Ahí apareció el tipo haciendo tiros. No sé si se confundió o el otro chico habrá corrido hacía otro lado, pero agarró y le pegó un tiro. No le vamos a hacer problemas, pero queremos justicia”, remarcó la muchacha.
“Algunos dijeron que había recibido el proyectil por robar un caballo; otros, que había sustraído una moto y también que había intentado robar a una señora, en una casa. Nada de eso es cierto”, añadió la pariente.
El martes por la noche, José Antonio Ponce, de 22 años, murió al recibir un proyectil. Fue trasladado al CAPS de la zona, donde se confirmaría su deceso como consecuencia de la herida de arma de fuego. Los investigadores establecieron luego que un hombre, de 49 años, habría participado en el hecho como posible autor del disparo mortal. Por ello, la Justicia dispuso su aprehensión y fue sometido a distintas pruebas periciales.
Los pesquisas evaluaron la versión de que Ponce habría intentado asaltar a una vecina. La mujer ingresaba a su departamento, en uno de los monoblocks del complejo habitacional, cuando fue atacada por el joven. La víctima se habría resistido a que el muchacho se llevara su bolso. Su esposo, al escuchar los gritos, intentó abrir la puerta. Ahí, el supuesto agresor escapó corriendo por calle Lucio V. Mansilla.
EN EL LUGAR DEL HECHO. El equipo de peritos recolectan pruebas.
Un testigo relató que en ese momento había observado que un vecino perseguía al sospechoso, cargando un arma de fuego. Ponce terminó en el piso, a orillas de un canal, cerca de un asentamiento del sector.
“Tras recibir el disparo, caminó un par de metros y cayó. El tipo se tomó el trabajo de subir al canal para seguir pegando. Le decía a una señora que quería terminar de matarlo. ‘Quiero pegarle para matarlo’, decía”, señaló la cuñada.
Los peritos trabajaron hasta la madrugada. Recolectaron tres vainas calibre 40 y se realizó un hisopado en manchas pardo rojizas. El cuerpo sin vida, de acuerdo a los datos del caso, presentaba dos orificios de bala; a la altura del pecho y en la espalda.
Ponce había llegado al asentamiento hace unos cuatro años. Al principio, había compartido casilla con su madre, pero hace poco pasó a convivir con su pareja. Los familiares contaron que el muchacho “compraba limones o naranjas y salía a revender esa mercadería todas las mañanas en las esquinas”. Andaba en una bicicleta con “portapaquetes”. “Era bueno, no tenía maldad. Había dejado los estudios, al igual que mi marido. Ambos dejaron la escuela para salir a trabajar porque la calle está dura. Estamos en mala situación. No tenía nada en su casilla, sólo camas”, comentó Rivadeneira.
“A cualquier hora”
Nancy García y varias vecinas de ese punto de la ciudad describieron que los robos y los arrebatos “ocurren en cualquier momento del día”. “Uno no puede salir y esperar el colectivo tranquila porque siempre sucede algo. Les pasa lo mismo a los que vienen de barrios más alejados (como Congreso o Cooperget): siempre sucede algo”, insistió la mujer, quien aguardaba justamente la llegada de ómnibus de la línea 7. Estaba junto con otras pasajeras.
“A mi hija también le asaltaron aquí, en esta parada. Hace dos meses, apareció un desconocido caminando y le llevó el celular. Parecía que tenía un arma. Luego se fue por ahí (apuntando al sector del asentamiento)”, recordó Graciela Floriani. “Hace cuatro años esto no sucedía”, enfatizó.
Gabriela Barrionuevo, otra vecina, recordó que un joven había sufrido un robo en ese sector, el sábado pasado. “Unos chicos interceptaron al muchacho. Al no poder robarle, hicieron un disparo. Pensamos que era un cartucho de salva. La verdad, está es terrible; no se puede salir a ninguna hora. Una no está tranquila ya. Venimos reclamando para que haya iluminación en la plaza del barrio (AGET)”, añadió.








