06 Octubre 2019
SIN TREGUA. Los jóvenes desafían la ley que prohíbe cubrir sus rostros.
Con estaciones de metro cerradas y la prohibición del uso de máscaras en manifestaciones, miles de personas volvieron a paralizar ayer la ciudad de Hong Kong.
Protegidos con paraguas, máscaras o pancartas para evitar ser identificados, las protestas obstruyeron una vía pública en el distrito central, al grito de “Hong Kong resiste”.
Otros activistas, también con máscaras, se reunieron en otros distritos, algunos tomados de la mano para formar una cadena humana.
Pese a la intensidad de las movilizaciones, fueron menos numerosas que las anteriores. El cierre completo de la red de Metro y de trenes, que habitualmente traslada a 7,5 millones de personas, podría ser uno de los motivos.
El gobierno de Carrie Lam anunció el viernes la prohibición del uso de máscaras en las protestas, reviviendo una ley de la antigua colonia británica, y lanzó un duro mensaje: no entregará la ciudad a los manifestantes. Su anuncio generó protestas más encendidas y una violencia generalizada durante la madrugada, en la que hubo ataques incendiarios contra tiendas y bancos chinos.
Esos choques dejaron como nueva víctima de bala a un joven de 14 años. Según su reporte, un oficial hizo un disparo en defensa propia después de haber sido atacado por manifestantes en el distrito norteño de Yuen Long. (Télam)
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