El Congreso debe marcar el camino a seguir

Seguramente en la retina de los participantes del XXX Congreso de Técnicos en Caña de Azúcar que tuvo lugar en el predio de la Sociedad Rural de Tucumán quedará grabada esa imagen durante mucho tiempo y no será difícil de olvidar debido, primero, a que nuestra provincia pudo mostrar al mundo sucroenergético que eventos de esta naturaleza pueden ser realizados cuando todos tienen un objetivo claro y dejando de lado mezquindades económicas, sociales, políticas e ideológicas. Así es factible lograr el objetivo. Y, en segundo lugar, porque todo lo realizado y dado a conocer dentro del marco del conocimiento, investigación, desarrollo y hasta de la historia servirá, y así serlo, para que la actividad sucroenergética provincial y nacional pueda recuperar su esplendor, produciendo alimentos y productos bioenergéticos para una sociedad que requiere de estos bienes y servicios de manera creciente a medida que pasa el tiempo, pero que sean producidos de manera sustentable y amigable con el medio ambiente circundante.

Durante las disertaciones que se dieron y todo lo que se mostró sobre esta actividad que se realiza en diferentes partes del mundo, los participantes pudieron asimilar y darse cuanta de cuál es el camino que debe seguir esta importantísima agroindustria, apuntando principalmente a la bioenergía.

Es importante decir que este evento fue de gran envergadura , ya que convocó a más de 1.500 asistentes que visitaron y recorrieron las instalaciones de la SRT, con el objetivo de capacitarse y generar espacios de intercambio de conocimientos, recursos y técnicas, para el bien de la industria sucroenergética.

Trabajo conjunto

Hay que destacar el loable y profundo esfuerzo realizado por todos quienes formaron parte del Comité Organizador y de los aportes que realizaron la SRT y los gobiernos de Tucumán y nacional y las municipalidades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena, aparte de las ayudas de empresas del medio, que de manera conjunta lograron mancomunar esfuerzos y lograr que este evento sea una realidad.

Seguramente que la SRT, pilar fundamental de este logro, pudo cumplir con creces sus objetivos impuestos y que lo realizado constituye un hito importante para la historia de esta entidad, ya que implicó muchos meses de trabajo para reacondicionar el predio y ponerlo a la altura de los requerimientos que demandaba este Congreso Internacional de Técnicos de la Caña de Azúcar.

Punto de inflexión

Leyendo las líneas escritas en este Suplemento dedicado exclusivamente al desarrollo del Congreso, quisimos destacar los pormenores que sucedieron en el predio ruralista y que seguramente constituirán un punto de inflexión en la actividad azucarera local y regional, ya que todos los caminos de la industria sucroenergética mundial tienen como destino final producir calidad alimentaria y energética sustentable y amigable con el ambiente, y seguramente los empresarios locales seguioran tomando ese rumbo. En lo referente a las temáticas tratadas sobre la actualidad sucroenergética en este Congreso, la principal fue la conferencia plenaria sobre bioenergía como objetivo estratégico central, y otras conferencias donde se abordaron aspectos vinculados a la cuestión ambiental de la producción, a su competitividad en las actuales circunstancias y a la comparación entre la caña de azúcar y la remolacha, como fuentes para la obtención del producto. Ciencia y técnica

Se sumaron diversas conferencias sobre la agronomía, sobre la biología (especialmente referidos a los desarrollos biotecnológicos aplicados al mejoramiento genético y a la identificación molecular de agentes bióticos), sobre los procesos industriales (eficiencia mecánica y energética) y sobre los coproductos resultantes del procesamiento fabril.

Por otro lado, los aspectos históricos de la actividad transitaron por la exitosa presentación del libro “Historia Azucarera Argentina” de Julio Ibarreche, ante más de 600 personas que escucharon al autor y a los especialistas literarios que presentaron su obra, y al stand montado por LA GACETA (foto), donde a través de coloridos banners se mostró la importancia que tuvo la industria azucarera tucumana a finales del siglo IXX y principios del siglo XX, y hasta la actualidad.

Aprendizajes

Por último, es bueno decir que este Congreso significó un proceso de aprendizaje para la entidad ruralista tucumana que demostró estar a la altura de un evento de tal magnitud y que seguramente los obliga a repensar la posibilidad de realizar futuros encuentros importantes para la provincia y la región.

El PreCongreso y el Congreso finalizaron superando las expectativas de los organizadores y participantes, y hoy culmina el PosCongreso realizado en las provincias de Salta y Jujuy -entre ayer y hoy-, lo que cierra un camino que parecía muy complicado recorrerlo cuando surgió la idea, hace poco tiempo atrás, de traer al NOA un encuentro de esta envergadura. Pero el empeño y esfuerzo puesto por todos los que organizaron y apoyaron este Congreso rindió sus frutos. Ahora, el desafío es continuar con la inercia que dejó este exitoso evento.