El estado regular o malo de las rutas tucumanas

El estado regular o malo de las rutas tucumanas

La tragedia vial ocurrida el martes pasado, en el cruce de las rutas provincial N° 308 y la nacional N° 157, a la altura de La Madrid, en la que perdieron la vida 15 personas y resultaron lesionadas 45, puso una vez en el tapete la situación de las rutas tucumanas, que distan de encontrarse en óptimas condiciones.

Un funcionario nacional dijo que no hubo ni hay señales por la 308. “No pusieron ni siquiera un palo. Si hubiesen robado los carteles, estarían los parantes. No robaron nada porque no había nada. En las rutas nacionales están los parantes, los pescantes y las señales”, dijo en relación con la afirmación que se hizo desde el Gobierno de que se robaban las señales. Agregó que la ruta N° 321, que intersecta con la N° 157, no se halla en condiciones; acerca de la N° 323, en el tramo de Río Colorado, señaló que la iluminación no funciona y en la N° 325, en Monteagudo, hay pozos y carece de señalización.

El responsable de la Dirección Provincial de Vialidad admitió que el estado del 70% de las rutas tucumanas es entre regular y malo. “Hay una desinversión en las rutas de la Argentina, en general, y en las de Tucumán, en particular. Con lo que nos toca del impuesto al combustible no podemos mantener la ruta. Siempre vamos atrás de las rutas que están en las peores condiciones. El 6% del impuesto al combustible se divide en 24 provincias del país”, sostuvo.

En consonancia con el funcionario provincial, el Sindicato de Trabajadores Viales responsabilizó a la Nación por el estado de las rutas. “Es lamentable que a partir de estas tragedias se tome conciencia de los riesgos que trae el desfinanciamiento de Vialidad Nacional. Reiteramos que con la reducción del 50% de los fondos destinados al organismo para el mantenimiento de nuestras rutas, la única salida posible es que se declare urgente el estado de emergencia vial en todo el país”, afirmó.

Mientras funcionarios y gremialistas intercambian culpas, la madre de un hombre de 48 años que murió el 19 de mayo pasado en el mismo lugar donde se produjo el infortunio vial del martes, decidió hacer con mano propia las señalizaciones inexistentes en la ruta 308. Su hijo que viajaba a Termas de Río Hondo, iba a la par del conductor del auto, cuando una camioneta se cruzó y los chocó de frente. “Estamos haciendo todo a pulmón para señalizar la zona, la curva y la contracurva. Lo hacemos como podemos porque cuando consulté, nadie supo darme respuestas”, expresó la señora, cuya iniciativa tiene por objetivo evitar que una tragedia como la de su hijo, vuelva a ocurrir.

Basta atravesar el límite provincial para observar el excelente estado en que se hallan las rutas que conducen a Salta, a Catamarca ni qué hablar de Córdoba o Mendoza u otras provincias. El mismo funcionario de Vialidad dijo que el estado del 70% de las carreteras tucumanas es de regular a malo. Su mantenimiento es competencia del Estado local, si no fuera así todas serían nacionales. ¿Por qué otras provincias tienen sus caminos en buenas condiciones y la nuestra, no? ¿Cómo promover el turismo y brindarles seguridad a los viajeros si no contamos con rutas bien señalizadas y en condiciones? Echarle la culpa a otro de lo que no se hace o se hace mal es una mala costumbre argentina y tucumana. La actitud de esta madre que perdió a su hijo es la respuesta a las palabras de los funcionarios que se las lleva el viento. Solo con acciones concretas se evitarán nuevas muertes en nuestros caminos.

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