La chicana le ganó al debate en los 16 minutos libres

La chicana le ganó al debate en los 16 minutos libres

El vicegobernador se dedicó a contrarrestar los cuestionamientos de Paz y de Mirkin, al tiempo que trató de achacar culpas a la gestión de Macri. Verón Guerra no levantó la voz y se mantuvo sereno.

DUROS CRUCES FRENTE A LA CÁMARA. La senadora y Jaldo entablaron discusiones en varias ocasiones por el presupuesto legislativo y las obras públicas.  la gaceta / foto de juan pablo sánchez noli DUROS CRUCES FRENTE A LA CÁMARA. La senadora y Jaldo entablaron discusiones en varias ocasiones por el presupuesto legislativo y las obras públicas. la gaceta / foto de juan pablo sánchez noli

La tranquilidad y la serenidad que expusieron los candidatos a vicegobernador durante el tiempo de las propuestas se quebró en las dos tandas de los ocho minutos de debate libre. Afloraron y se impusieron las chicanas. El vicegobernador, Osvaldo Jaldo (Frente Justicialista por Tucumán), pasó de pedir que cada uno use dos minutos, a defenderse a capa y espada de los ataques que recibió, principalmente, de José Manuel Paz (Vamos Tucumán). Paz rechazó de plano la propuesta del peronista- y de Beatriz Mirkin (Hacemos Tucumán). En ese tiempo, Eduardo Verón Guerra (Fuerza Republicana) quiso -por momentos infructuosamente- introducir su mirada crítica sobre la inseguridad, eje sobre el cual cabalga su partido en la campaña.

Paz y la senadora se centraron en cuestionar la gestión local y, puntualmente, la de la Legislatura. El primero exigió que el oficialismo “se haga cargo” de sus errores, mientras que la alperovichista pegó donde se anticipaba lógico: el presupuesto legislativo. Entendió que en cuatro años no hubo una inflación que justificase el crecimiento del gasto parlamentario de $ 960 millones en 2015, a más de $ 4.000 millones en 2019. El compañero de fórmula de Manzur, cuando sus adversarios le dieron un poco de respiro, se preocupó por acatar la política económica nacional. Cuando lo hizo, dirigió su mirada y sus dardos hacia Paz, al recordar que hubo un compromiso de Cambiemos; “o no sé cómo se llaman ahora, si Hacemos Tucumán... o Vamos Tucumán” -chicaneó- de hacer una cárcel.

En los primeros ocho minutos libres, Jaldo tuvo un rol protagónico tratando de sortear y de parar, hasta levantando la voz, los mandobles que le arrojaban Mirkin y Paz. Para defender el presupuesto legislativo, recordó, irónicamente, que todos sus adversarios tuvieron representantes en la Cámara y que todos hicieron “uso y abuso” de los recursos parlamentarios, “sin levantar la voz”. Golpes y contragolpes.

La senadora denunció, a manera de sorpresiva revelación, que tuvo que votar por el Consenso Fiscal de la Nación “por pedido suyo”, señalando a Jaldo. A la vez lo fustigó diciéndole que era “vergonzoso” el gasto de la Cámara, lo que mencionó en varias oportunidades. Y agregó que “la provincia empeoró” en relación con la administración de José Alperovich; situación que reiteró en tono de campaña.

Un momento de tensión, entre los tantos que hubo, se dio cuando Paz planteó que a veces hay que dar pasos al costado en alusión al Gobierno provincial; a lo que el vicegobernador le salió pícaramente al cruce al apuntar que sólo el voto popular provoca cambios en las instituciones. “Vos no ganaste ni en Tafí del Valle”, le retrucó. Paz se defendió aludiendo a que el aparato clientelar del oficialismo hace diferencias en las votaciones. Al cierre del debate, el vicegobernador le pidió disculpas al ex ministro de la Producción.

Jaldo fue insistente en las críticas hacia el Gobierno nacional. Fue casi su obsesión. “Qué vamos a conseguir (obras) si Macri es enemigo nuestro”, apuntó al defenderse de la falta de obras en la provincia que le enrostraron tanto Paz como Mirkin, quien aprovechó el momento para enumerar las que hizo Alperovich. Su apuesta era la comparación.

Los segundos ocho minutos libres mantuvieron el mismo clima de tensión entre Jaldo, Paz y Mirkin, quienes siguieron cruzándose, mientras Verón Guerra trató -sin lograr imponerse por encima de la voz de los otros- de explicar sus ideas en materia de infancia, seguridad y reforma política. Pese a la fuerte discusión de sus contrincantes, el concejal de FR nunca levantó la voz, siempre mantuvo el mismo tono calmo. En cambio sí atacó al intendente, Germán Alfaro -convirtiéndose en el único de los cuatro que se refirió a un tema municipal-, al señalar que le vetó una ordenanza referida a políticas para los más vulnerables.

Y como si fuera una fiel copia del anterior bloque, Jaldo volvió a defenderse de los ataques del compañero de Silvia Elías de Pérez y de la senadora; e introdujo objeciones hacia la administración de Macri. Se chicaneó con ambos. Con Paz ocurrió más veces. Cuando este le señaló que hay serias deficiencias de la gestión provincial, el vice le retrucó: “hace dos meses que saliste a caminar”.

El tema de la seguridad asomó con un poco de fuerza en este tramo de la discusión, cuando Mirkin planteó la necesidad de mayores lugares para que los vecinos hagan denuncias sobre delitos. Sin embargo, luego de que el vicegobernador dijera que todos tienen que ayudar a enfrentar este tema, incluyendo a la Nación, todo volvió a la “normalidad” anterior, la de los cruces verbales, las interrupciones y las chicanas.

“¿Usted qué hizo?”, le planteó duramente la senadora al vicegobernador, asegurando que nunca fue acompañada por el PE cuando presentó proyectos en la Cámara Alta. “Usted es la senadora”, le replicó Jaldo. Verón Guerra, esforzándose, pudo objetar la propuesta “Tucumán Dialoga” -mostró el libro-, impulsada por el Ejecutivo. Toda una ironía en ese tiempo libre de discusión.

Detalle: Jaldo no refutó ni atacó al republicano; sólo se dedicó a defenderse de los planteos que hicieron en su contra, hasta con vehemencia, Mirkin y Paz. Las personalidades estuvieron muy por encima de las propuestas durante los 16 minutos libres. Luego de las chicanas aparecieron, incómodas, las sonrisas.

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