Dónde se paró cada uno para dividir las aguas a su favor

Dónde se paró cada uno para dividir las aguas a su favor

LA GACETA/FOTO DE JOSÉ NUNO LA GACETA/FOTO DE JOSÉ NUNO

El “clivaje” es, en geología, la propiedad de ciertos minerales para dividirse simétricamente ante una acción mecánica (la piedra laja, ante el golpe de cincel, se separa siguiendo la línea de la veta). El “clivaje”, en la sociología y la ciencia política, metaforiza la manera en que los votantes, justamente, se dividen de un lado o del otro respecto de los “estímulos externos” que son las opciones electorales.

El debate de los candidatos a intendente de Yerba Buena también puede ser abordado desde la teoría de los “clivajes”. En el discurso de los postulantes se vio funcionar esas divisorias de aguas desde las que cada cual intentó agrupar más electores a su favor.

El actual jefe municipal, Mariano Campero (Vamos Tucumán) y Bernardo Racedo Aragón (Acción Regional) eligieron una misma fractura clásica: peronismo vs. antiperonismo. Desde el primer extremo del “clivaje”, Racedo Aragón les habló a los empleados municipales, a quienes prometió estabilidad laboral. Y redobló la apuesta al prometer crear 5.000 puestos de trabajo.

El “clivaje” divide para propiciar una identificación con el candidato. Y eso se logra eslabonando una “cadena de daño”.

Campero, en la otra orilla, les habló a los vecinos; les dijo que los problemas que le endilgan sus oponentes son herencia de las gestiones peronistas, y agregó que prometer 5.000 empleos es proponer fundir el municipio.

Walter Aráoz (Frente Justicialista por Tucumán), quien remarcó su identidad peronista, apostó por otra divisoria de aguas. Su “clivaje” fue macrismo vs. antimacrismo. Hizo hincapié en que toda propuesta debe estar dirigida a atender la crisis social y económica de la que responsabilizó exclusivamente a la Nación. Y en la decena de oportunidades en que reivindicó a la fórmula Juan Manzur - Osvaldo Jaldo, lo hizo para presentarla como la antítesis de Mauricio Macri.

Luis Farina (Hacemos Tucumán), finalmente, propuso una escisión desde los valores. Se declaró un hombre que cría a su familia y que va a misa en Yerba Buena. Formuló críticas, pero también reconocimientos. Y fundó sus proyectos en generar una ciudad de reencuentro social y comunitario.

El “clivaje” divide para propiciar una identificación con el candidato. Y eso se logra con una “cadena de daño”, que pone del lado del postulante a los más afectados por el otro extremo. ¿Con qué se identificarán más los yerbabuenenses? ¿Con los “daños” del peronismo, del radicalismo, del macrismo o de la ausencia de valores en la gestión pública?

Quien logra la “cadena de daño” con más eslabones, y más significativamente larga, gana.

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