Benjamín Posse enfermo

Benjamín Posse enfermo

Mansilla evocó el fin del gran periodista.

Benjamín Posse enfermo

Hace ya varios años, publicamos en estas páginas (“De memoria”, 19 de mayo de 2013) una semblanza biográfica del célebre periodista tucumano Benjamín Posse (1853-1889). Actuó sobre todo en Buenos Aires, como redactor del famoso diario “Fígaro”, defensor del “juarismo”. Pero un tiempo dirigió “La Razón” en Tucumán y dictó una polémica cátedra en nuestro Colegio Nacional.

El general Lucio V. Mansilla fue su gran amigo. Lo evocaría poco después de su muerte (que ocurrió a causa de una tuberculosis) en una de sus picantes “Causeries de los jueves”. Escribía Mansilla: “¡Pobre Posse! ¡muerto! ¡tan joven!, y tísico, él que se creía enfermo del estómago. ‘Aquí está mi mal’, solía decir tocándose ese órgano que, si no es el centro de la vida, es tan fácil de influenciar y al mismo tiempo el que influye sobre el organismo humano, tanto como la Bolsa sobre el humor. Y no veía, en su daltonismo, su estado nervioso crónico, con tos seca, frecuente, de expectoración sanguinolenta, su falta de apetito ni su misma cara hipocrática, de espectro, en el espejo”.

“Y en medio de esa agonía inconsciente, de allá del fondo de su corazón, que estaba lleno de ternuras, sacaba ilusiones para el espíritu”, añadía Mansilla. “Y no creyendo en lo que generalmente creen los hombres, él, escéptico, materialista, ateo, ¿en cuántas otras cosas no creía? siendo él mismo el primer error de sus grandes ilusiones, o de sus errores científicos, teóricos, o de convicción no infundida, espontánea, misteriosa. ¿O la fuerza del que no cree no es tan grande como la fe del creyente, del fanático?”

“¡Pobre Posse!, ¡muerto!, ¡tan joven!, creyendo, sólo él, en lo que nadie creía: en que viviría mucho tiempo aún, aunque a veces contestaba la pregunta ‘¿Cómo va?’ ‘¿Y cómo quiere que vaya? ¡Camino de la Recoleta!”. Era una frase de doble sentido, pues él vivía cerca del cementerio.

Comentarios