Que conteste el que pueda

Un niño de unos cinco años que ha perdido a su madre entre la muchedumbre de una feria se acerca a un agente de la policía y le pregunta: “¿No ha visto usted a una señora que anda sin un niño como yo?”. (“Un niño como yo”, minicuento, Gabriel García Márquez, revista “Conversaciones desde la Soledad”, Bogotá, 2001)

Sin la genialidad del célebre escritor, por estas tierras de tintes macondianos sobran las preguntas formuladas con cierta lógica, pero igual de irrespondibles que la del protagonista del minicuento.

¿Con qué necesidad Juan Manzur disemina imágenes en lugares sagrados y hospitales de lujo en Israel mientras en Tucumán arrecian las muertes por la inseguridad, los reclamos por la escasez de recursos (de propios y extraños) y los pedidos por su propia presencia aquí?

¿Era oportuno un viaje de estas características, en este momento, de esta extensión de tiempo, por parte de un grupo tan numeroso de autoridades relevantes de la Provincia?

¿Si el viaje ya estaba previsto, no debería haberse quedado gran parte del Gabinete apoyando al vicegobernador para actuar -o al menos mostrar acción- ante la inseguridad?

¿Era necesario llevar a “Teté” Coustarot en la ya abultada comitiva cuando lo que se grita a los cuatro vientos es que la crisis y el ahogo financiero son profundos?

¿Qué hace José Alperovich con Cristina Fernández, la misma a la que defenestró y acusó de apretarlo ni bien dejó la Presidencia?

¿Sólo el oportunismo político mueve ahora al ex gobernador a aliarse con quienes hasta hace poco tiempo contaba entre sus personas poco deseables?

¿Ya se olvidó el senador cuánto renegaba de los pedidos de Cristina para que colocara en listas de diputados, legisladores y concejos deliberantes a “gente” de La Cámpora o agrupaciones aliadas?

¿Va a pelear junto a ellos por los cargos electivos en Tucumán, incluso compartiendo fórmula?

¿Qué tan lejos está dispuesto a llegar Alperovich con tal de vengarse del desaire de su sucesor?

¿El alumno superó al maestro?

¿La oposición resignó su espacio a la “interna” en el propio oficialismo?

¿Nadie se atreve a ponerse al frente del armado de Cambiemos en Tucumán?

¿Todos especulan con que la crisis ceda -o no- para recién salir a poner su cara junto a la del Presidente?

¿En marzo no será ya todo demasiado tarde?

¿El anuncio del bono de fin de año traerá paz o conflictos sociales en Tucumán?

¿Finalmente el Gobierno tucumano terminará otorgando alguna suma extra, pese a que pagó -y pagará- adicionales a tono con la inflación a los estatales?

¿Deberá soportar un conflicto gremial si no lo hace o ya tiene pensado destinar una suma fija bastante inferior a la nacional para aquietar las aguas, como último recurso?

¿Por qué los legisladores pudieron accionar rápido para hablar del aborto (sin dudas un tema acuciante), pero no muestran igual premura para exigir informes o sancionar leyes relacionadas a la seguridad?

¿Por qué la ola de delitos se intensifica en vez de disminuir, como si las políticas públicas adrede incentivaran la inseguridad en vez de combatirla?

¿Existe un plan para frenar el delito?

¿Serán conscientes los integrantes de los poderes del Estado de que los ánimos sociales están tan crispados que cualquier nuevo hecho de inseguridad puede encender una verdadera rebelión popular?

¿Qué pasaría en la Justicia si se revisaran los currículum de los funcionarios seleccionados en los últimos años?

¿Aparecerían más Ojeda Ávila?

¿Qué resguardo les queda a los ciudadanos si nadie controla a los que deben garantizar el cumplimiento de las leyes?

¿Qué pasa si mienten los que deben hallar la verdad justo antes de dedicar su vida a esa búsqueda?

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