16 Octubre 2018
Las historias de la música y de los derechos de la mujer tienen un lugar reservado para Tina Turner, la enorme cantante norteamericana que repasa nuevamente su vida en “My love story”, su nuevo libro autográfico lanzado ayer; en 1986 ya había presentado “Yo, Tina”.
En el tramo final de su escrito, la diva del pop-rock de 78 años revela que sigue con vida porque su esposo, el alemán Erwin Bach, 16 años más joven que ella, le donó un riñón en abril de 2017. La cantante efectúa un firme alegato a favor de los transplantes, a cinco años de su retiro de las giras y de los recitales.
“Independientemente de nuestras expectativas para el tiempo que viene después o la zona en la que esperamos entrar, está claro que ya no necesitaremos nuestros órganos. En cambio otra persona sí, alguien que espera desesperadamente un órgano donante que le salve la vida”, sostiene.
Antes de esa afirmación, Turner hace un repaso de su vida, desde sus primeros años en Nutbush, Tennessee; su ascenso a la fama junto a Ike Turner, que coincidió con una época como víctima de la violencia machista hasta el divorcio en 1976; y su regreso exitoso en la década de 1980 (tenía 45 años cuando lanzó el álbum “Private dancer”), en un examen de sus horas más oscuras a sus momentos más felices. El tono de su libro es explosivo e inspirador, con el protagonismo de una mujer que se atrevió a romper barreras con fuerza, energía y corazón con temas como “The best”, “Goldeneye” y “What’s love got to do with it”.
La estrella vendió más de 200 millones de álbumes en todo el mundo y ostenta el récord Guinness de haber sido la única solista femenina en llenar el estadio Maracaná de Río de Janeiro, con más de 180.000 personas en una sola noche.
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