24ª Maratón de Don Orione: llegó el día de la solidaridad

24ª Maratón de Don Orione: llegó el día de la solidaridad

Esta tarde, a las 15.30, se larga la prueba en plazoleta Mitre a beneficio del Cottolengo.

SE SIENTEN COMO EN CASA. María Luisa, Clelia, Patricia, Agostina, Julio, el “profe” Da Rocha y Rafael, pasaron casi toda su vida ayudando y colaborando de distintas maneras con el Pequeño Cottolengo. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ SE SIENTEN COMO EN CASA. María Luisa, Clelia, Patricia, Agostina, Julio, el “profe” Da Rocha y Rafael, pasaron casi toda su vida ayudando y colaborando de distintas maneras con el Pequeño Cottolengo. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ
06 Octubre 2018

Largar es ganar. Es el lema que reza siempre en cada edición la maratón de Don Orione. Y esa frase es la que vive también en el pensamiento de los protagonistas de esta nota. Tres generaciones: Clelia Mansilla (71 años), su hija Patricia Delgado (48) y su nieta Agostina Delgado (14); María Luisa Pinto de Carrizo (82 años); Milton Da Rocha (50 años), profesor de Educación Física y los hermanos Julio (56 años) y Rafael (59) Martínez. Son fieles solidarios y colaboradores que participan desde la primera edición.

“Lo que me impulsó a participar en la maratón fue el hecho de haber tenido a mi madre (ya jubilada) como empleada del Pequeño Cottolengo. Por esa razón considero al Cottolengo como si fuera mi casa -contó Patricia Delgado-. Estuve en todas las ediciones y sigo colaborando”.

En tanto, Agostina, su hija agregó: “la idea era seguir con la tradición de mi mamá y mi abuela. Además de compartirlo también con mis amigas. La obra que realiza la comisión de damas del Cottolengo es algo muy lindo y gracias a la maratón, está creciendo cada vez más”.

Doña Clelia, palabra autorizada de las tres generaciones fue la primera empleada que tuvo el Cottolengo, pero sigue colaborando con la institución.“Desde los comienzos de la maratón participé corriendo, pero hace dos años, por un problema en mi pierna, ya no puedo hacerlo. Viví el crecimiento, paso a paso, de la institución que sigue avanzando. Agradezco al Cottolengo por haberme brindado un empleo...” se quebró emocionalmente y luego continuó: “todo lo que viví fue una inmensa alegría desde el principio hasta el final. Me acuerdo que llevaba el coche de mi nieto de 5 años cuando mi hija Patricia, llevaba a Agostina en su viente y eso fue muy emocionante”, concluyó.

El “profe” Da Rocha (corre la maratón desde la primera edición con su familia) da clases en Chuscha, Trancas, en una escuela que está en la base de la montaña. En la agenda escolar de la institución, la maratón ya tiene su lugar. “Le transmití la solidaridad y todo lo que genera en el entorno de esta prueba a mis alumnos. Hace más de diez años que los chicos participan en la maratón. Disfruto esta fiesta de punta a punta”, contó el “profe”.

María Luisa es docente jubilada. Intervino en todas las actividades de la parroquia del Cottolengo y también corriendo la maratón. “Ahora lo haré caminando -aclaró-. No es importe ganar esta maratón sino colaborar para ayudar a los residentes con discapacidad. Me emocionan todas las obras que se hicieron gracias a la maratón y a la solidaridad de los tucumanos”, destacó.

Rafael es simpatizante de River y de Atlético y Julio, su hermano, de Boca y de San Martín. Puede haber discusiones por el fútbol, pero a la hora de colaborar con el Cottolengo, esas diferencias no existen. “Desde hace muchos años, con mi hermano ayudamos a Iván Silva (uno de los organizadores) en la parte de hidratación junto con mi familia; también colabora Juan Salinas. Tenía 11 años cuando comencé a colaborar con el Cottolengo, como boy scout. Me emociona cada vez más la solidaridad de la gente”.

En tanto, Raúl aseguró: “me bautizaron, me confirmaron e hice la comunión en la parroquia del Cottolengo. En los dos primeros años de la maratón participé corriendo pero luego me sumé como voluntario, con para darle una mano a Iván. Admiro el trabajo que hizo “Magui” Paz de Buffo la ex presidenta de la comisión. En realidad a toda la comisión, al profesor José Banegas (el ideólogo de la maratón) y a Iván. Ellos no sólo trabajan para la prueba, sino durante el año”, concluyó.

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