Cartas de lectores
19 Mayo 2018

NUESTROS ÁRBOLES

El árbol es un tema recurrente en las páginas de LA GACETA. Al respecto, el “ciclo Domingo Amaya” en San Miguel de Tucumán, tuvo una concepción que fue sostenida en poblar nuestras calles con ejemplares arbóreos. Sólo que nunca supo cómo hacerlo, ya que de cada 10 árboles plantados, prosperaron solamente entre tres y cuatro. La idea generalizada es enterrar un árbol y pensar que él solo superará ataques de insectos y hormigas, no requerirá de podas de conducción, riegos y tutorajes adecuados y prolijos. En su momento le sugerí a Amaya que formase un cuerpo de urgencias bien equipado, para atender lo cotidiano con elementos nuevos y bien mantenidos; de paso, se evitaría el ataque personal de alguna señora molesta por un árbol de su vereda, mientras él asistía a sus misas dominicales. Pero, además, debía constituir un cuerpo técnico capacitado y actualizado para asistir una superficie de unas 400 hectáreas de espacios verdes que administra el municipio con un consejo asesor sumado a este equipo operativo constituido por Los Amigos del Árbol y reconocidos asesores forestales de nuestro medio, con el fin de contar con un plan inteligente de manejo del arbolado urbano y parques existentes. También sugerí mecanizar tareas e instalar un software donde se encuentren identificados todos los ejemplares por ubicación, especie, edad y estado sanitario, para establecer un plan de asistencia preventiva. A sabiendas de que las raíces sufren deterioros en los suelos orgánicos y porosos de nuestra Capital, y los ejemplares adquieren dimensiones muy grandes. A todo esto, hay que sumar nuestra idiosincracia ciudadana, que cuenta con el beneficio del árbol pero no está dispuesta a tratarlo como un ser vivo. Nuestro árbol, al crecer con mucha más facilidad que en otras zonas, es subestimado en el trato que se merece. A todo esto, la Provincia también participa de forestaciones sin un plan conjunto. Cada uno hace (mal) lo que puede, adquiriendo plantas para distribuirlas sin planificación conjunta. Aun así, existe un cartel en una de las salidas hacia Ruta 9 donde prometen plantar 1,5 millón de árboles. Las cooperativas que se formaron para estas tareas, son un capítulo aparte. Sin orden y ejecución técnica inteligente, el problema de nuestro arbolado persistirá indefinidamente. La Escuela Sarmiento, en la angustiosa agonía de su San Antonio Centenario, ha recurrido a nuestros especialistas forestales para ver si logran salvarlo, ya que ese ejemplar proviene de una mirada de los días en que el espíritu de compromiso tenía un sentido distinto al que hoy sentimos. Decía Pablo Neruda en 1920: “Ser un árbol con alas. En la tierra potente desnudar las raíces y entregarlas al suelo, y cuando sea mucho más amplio nuestro ambiente con las alas abiertas entregarnos al vuelo!”.

Publicidad

Antonio Bellomio

[email protected]


EL ENDEUDAMIENTO REGRESIVO

La vulnerabilidad de la economía en nuestro país tiene un eje central: la deuda externa. El fenómeno se despliega mediante la apertura importadora y de la cuenta de capitales, determinando un proceso creciente de dependencia del ingreso de capitales del exterior, para equilibrar el déficit del balance de pagos. Nuevamente, el ministro de Finanzas y el de Economía, Luis Caputo y Nicolás Dujovne, anunciaron otra megaemisión de deuda en pesos. El logro es colocar $ 73.250 millones a través de una ampliación de bonos del Tesoro, denominados Botes, a 58 años de plazo. Ante esta realidad, Caputo celebró el resultado como un “voto de confianza” a la política económica, pero a fin de captar esos fondos debió reconocer una tasa de retorno promedio del 20% anual que, combinada con letras del Banco Central a un mes rindiendo un 40%, le permitió comprar 30 días de tregua hasta el próximo vencimiento de Lebac. También intervino el Banco Central, realizó una serie de cambios normativos tendientes a generar exceso de liquidez en los bancos. Según Luis Caputo, “es importante nuestra capacidad para adaptarnos a las circunstancias. Por eso vemos el futuro con optimismo”. No quedan dudas del elevado endeudamiento y que las consecuencias se miden con el impacto regresivo sobre la sociedad, como desempleo, pobreza y exclusión de millones de personas. Las tendencias confirman la dependencia de Argentina del ingreso de capitales externos, situación que determinó un alto endeudamiento y ajustes fiscales como única alternativa, mientras se verifican salidas de capitales originadas en los déficit de la cuenta corriente y en la colocación de activos en el exterior, dentro de un esquema de movilidad de capitales que favorecen la rentabilidad del inversor especulativo.

Publicidad

Julio Argentino Gómez

[email protected]


AÑORANZAS

A través de los años, hemos visto una marcada decadencia en nuestra Nación en todo lo que respecta al buen gusto, formalidad, respeto a las Instituciones, tolerancia, educación, etc. Lo expresado, viene al caso al ver la elección del nuevo Rector de la Universidad Nacional de Tucumán, en que se celebró el nombramiento de las máximas autoridades que regirán los destinos de la Casa de Estudios en los próximos años. Verdaderamente, es difícil explicar el comportamiento de las autoridades, tanto salientes como entrantes, que en un festejo propio de la elección de una Comisión de un club de fútbol mostraron un espectáculo inapropiado para un recinto universitario, en el que debe predominar el buen gusto, la cordura, y los gestos medidos que otrora eran una constante, despertando el respeto de los asistentes a estos actos académicos que nos orgullecían, viendo a esas personas elegidas y su entorno, respetuosas, sin estridencias y hasta con vestimentas adecuadas a la ocasión, cosa muy distante al espectáculo que se brindó en la nueva elección del Rector. Pienso que puedo ser tildado de retrógrado, pero tengan por seguro que añoro los actos académicos que prestigiaron a nuestra UNT, por lo que sugiero que haciendo un esfuerzo entre todos volvamos a las buenas costumbres tan indispensables de volver a implementar en nuestra querida Universidad.

Francisco Hugo Palazzo

[email protected]


HONRAR LA DOCENCIA

Con motivo de cumplirse en septiembre próximo 100 años de vida de la Escuela N° 216 perteneciente a la localidad de Rodeo Grande, Trancas, se bautizará a la misma con un nombre que la identifique. Entiendo que un nombre construye identidad y representa valores. Vecinos de la comunidad de El Potrero-Rodeo Grande, solicitaron con su firma al Ministerio de Educación de la provincia que el establecimiento escolar sea bautizado con el nombre de Stella Bulacio de Ávalo, por ser un justo homenaje a la persona que, por su abnegado compromiso, vocación y servicio docente, supo humilde y laboriosamente refutar la misma Escuela. La señora Bulacio de Ávalo donó el terreno para que se instalara la nueva Escuela, ya que en su anterior ubicación se derrumbó. Por su gestión, se consiguió un subsidio nacional para la construcción. Bajo su dirección, la institución alcanzó el rango de Escuela de Jornada Completa, con albergue y extensión comunitaria. Fue por unos 18 años personal único, hasta que por su gestión se incrementó el personal, y fue, además, su primera Directora. Los vecinos la recuerdan llegando a lomo de burro a su trabajo; siempre atenta a las carencias y dispuesta a extender su mano solidaria a la comunidad. Con sentido de oportunidad y justicia, los vecinos pretenden que su obra y memoria no sean olvidadas ni desconocidas. Como docente y orgullosa nieta, pretendo que la comunidad en general, y la educativa en particular, puedan, como yo, inspirarse y contagiarse de su ejemplar obra.

Agatha Stella del Carmen Lobo

Catamarca 40, 2° piso, “A”
Tucumán


RESPUESTA PARA ANA MARÍA DE VIGIL

En respuesta a la lectora Ana María de Vigil, quiero expresar lo siguiente: comparto toda su idea con relación a las medidas que deberían tomarse con los funcionarios políticos, en ayuda a superar la crisis actual. Pero la realidad dice lo contrario y es que no dejará de ser un simple deseo de la mayoría de los ciudadanos, pero contrario a los intereses de esos funcionarios. Pero yo le agregaría otras medidas más simples a realizar y que hasta hoy parecen ser también imposible de concretar, como lo son los miles de “ñoquis” que vemos en la administración pública. Y digo imposible de concretar porque ningún funcionario aparentemente (especialmente los intendentes) quiere dejarlos afuera para su utilización electoral. Conocimos anormalidades en la Municipalidad de Concepción sin ninguna respuesta. También se conoció, por denuncias en los medios y las redes sociales, la aberración de los más de 2.500 ñoquis de la Municipalidad de Lules (que hasta habilitan la cancha del club para poder pagarles). Lamentablemente, existe un manto de impunidad por parte de los encargados de controlar el manejo de los fondos públicos municipales y esto les permite a estos “funcionarios” seguir despilfarrando y desviarlos, sin aplicarlos a las obras públicas. Por eso soy pesimista en cuanto a la idea de la lectora, pero nos queda la esperanza (en cuanto a los ñoquis) a quienes pagamos nuestros impuestos, tasas y contribuciones y es que el gobernador, Juan Manzur, en algún momento normalice esto tan negativo, políticamente, para su gestión.

María Sánchez

[email protected]


OLORES NAUSEABUNDOS

Desde hace bastante tiempo, creo que más de dos años, nos inundan los olores nauseabundos en pleno centro de la Capital, a causa de la producción de vinaza en los ingenios sin ningún cuidado en la eliminación de esos desechos en lagunas a cielo abierto. Estas personas, empresarios azucareros que lucran con este producto, no tienen consideración con la población, atentan contra el medio ambiente y no invierten en mecanismos de protección natural que, se supone, son obligatorios en estos casos. No tienen controles. Yo me pregunto: ¿quién nos protege?, porque hasta ahora los que deberían hacerlo se mantienen en un elocuente silencio. Ellos son el secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalbán; el Defensor del Pueblo y los diputados que juraron defendernos. Ahora, leo en LA GACETA que Tucumán quiere convertirse en el eje de la región. Creo que para eso debe reunir mínimos requisitos que no cumple, como el respeto al ciudadano, su protección y también cuidar el aspecto de la provincia, de la ciudad Capital. Y esto incluye, por supuesto, que ciudadanos y turistas no vean alterados sus sentidos por olores contaminantes, y además, que los causantes de tales olores sean conminados a suprimirlos y eliminarlos de manera higiénica, cuidando no sólo a las personas sino a la flora y la fauna de nuestra región.

Rosa Neumann

[email protected]

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios