“Santo”, levántate y anda

Tras la derrota que lo privó de lograr el primer ascenso, jugadores y cuerpo técnico se juramentaron no fallar en el Reducido.

Complejo Natalio Mirkyn, entrenamiento de San Martín. FOTO LA GACETA/ FRANCO VERA, Complejo Natalio Mirkyn, entrenamiento de San Martín. FOTO LA GACETA/ FRANCO VERA,

Las caras largas, mezcla de bronca y dolor por la inmejorable oportunidad perdida para llegar el fútbol grande, con la que los jugadores de San Martín dejaron el campo de juego del “Lorenzo Arandilla” lo decían todo.  

Ni el cerrado aplauso general que le brindaron los cerca de 400 hinchas que lograron sortear todos los obstáculos y las prohibiciones para decir presente en Adrogué, lograron curar de alguna manera las heridas por una derrota que dolió muchísimo en La Ciudadela. 

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Por eso, ni bien los jugadores cruzaron el pequeño túnel que conduce al vestuario visitante y se dejaron caer cada uno en sus lugares, retumbó el más cruel silencio. Hubo lamentos y algún que otro reproche hasta que Darío Forestello tomó la palabra.

Aseguran que el entrenador fue claro y conciso en el mensaje. Mirando a sus pupilos a la cara les habló de que deben hacerse fuerte en la adversidad, de que perdieron una batalla pero no la guerra y de que la revancha está más cerca que nunca (el domingo por la tarde, en Bolívar y Pellegrini, contra Villa Dálmine.

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“No podemos volver a fallarle a toda una ciudad”, aseguran que fueron algunas de las palabras que espetó “Yagui”. Algo parecido a lo que esgrimió cuando se topó con los periodistas en la improvisada zona mixta de la cancha de Brown.

“Estos jugadores fueron los que se ganaron la posibilidad de llegar con chances a este partido. Hicieron una segunda rueda espectacular, por lo que no se puede caerle encima por este partido. Eso sí, ahora habrá que levantar la cabeza, dar vuelta la página y buscar el ascenso en el camino más largo”, explicó Forestello casi una hora después de sentenciado el 0-1 y la suerte del “Santo” en la B Nacional.

El equipo se quedó sin nafta a escasos metros de la línea final y eso fue lo que más lamentaron sus hinchas. Tras el pitazo por Federico Beligoy, hubo lamentos al por mayor y algunos llantos entre los fanáticos, que no podían creer cómo el ascenso se les había escurrido como arena entre las manos.

Eso sí, más allá de todo nadie criticó ni abucheó a los jugadores, al cuerpo técnico o a los dirigentes. Incluso, hubo algunos hinchas que decidieron esperar la salida de los jugadores para brindarle su apoyo en este duro momento. 

Justamente, la salida de los futbolistas fue casi a cuenta gotas y con un denominador común: caras de pocos amigos. Algunos pidieron no hablar, visiblemente golpeados por la derrota y la oportunidad perdida. Otros, como el caso de Juan Galeano que no pudo jugar este partido debido a una suspensión decidieron poner el pecho y salir a bancar la parada.

“Duele muchísimo esta derrota. Pero el duelo se tiene que terminar acá, en esta cancha. El domingo tenemos otro partido importante y no podemos volver a fallar. Ya está; no logramos el primer objetivo, pero todavía nos queda una oportunidad y debemos jugarnos la vida para tratar de aprovecharla”, aseguró el volante que podrá volver a la titularidad para el primer desafío en el Reducido.

El luto por el no ascenso quedó encerrado en el vestuario visitante del estadio de Brown. Antes de salir rumbo al micro que los devolvió a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los jugadores se juramentaron dar vuelta la historia (léase ganar los playoffs para poder llegar a Primera) y en La Ciudadela imploran que así sea. 

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