Sarampión: del riesgo a la realidad

Sarampión: del riesgo a la realidad

Sarampión: del riesgo a la realidad
01 Abril 2018

Por Carla Vizzotti, colsutora para el análisis de estrategias sabitarias de Fundación Huésped

¿Cuáles son los motivos por los que alguien decide no vacunarse o no vacunar a sus hijos contra el sarampión? La respuesta es difícil y los motivos diversos. Si hubiera que elegir uno, sería porque no tenemos casos autóctonos desde 2000 y en 1998 se registró la última muerte por esta causa. Los padres de niños pequeños no vivieron los brotes de esta enfermedad, no vieron las complicaciones, las internaciones, las muertes. Entonces, la percepción del riesgo baja y se subestima al sarampión.

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No tenemos que engañarnos, en nuestro país la mayoría de la población confía en las vacunas y adhiere a la vacunación. El motivo por el cual no se vacunan es mucho más doloroso e injusto: barreras económicas, sociales y hasta del mismo sistema de salud que les impiden acceder a esta herramienta clave de prevención.

Nuestro país cuenta con uno de los calendarios de vacunación más completos del mundo. A pesar de esto, las coberturas no llegan a niveles óptimos en forma sostenida, generando año tras año niños susceptibles de enfermar y aumentando progresivamente el riesgo de padecer un brote de sarampión.

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La buena noticia es que como el único reservorio de esta enfermedad es el ser humano y existe una vacuna segura y eficaz el sarampión se puede controlar, eliminar y hasta erradicar. A diferencia de otros males, la estrategia sanitaria es clara: con vacunación no hay brote.

Hoy es necesario pasar a la acción para que Argentina continúe libre de sarampión. Las recomendaciones son claras y nos involucran a todos. Como sociedad, entender que se trata de un tema de salud colectiva, que vacunarse es una responsabilidad social. Como padres y madres, informarnos, todos con las vacunas al día, niños y adultos. Como profesionales de la salud no subestimar al sarampión, puede ser grave. Como medios de comunicación, difundir información basada en la evidencia, consultar fuentes confiables. Y como Estado, informar en forma oportuna y sobre todo, garantizar el acceso a las vacunas.

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