Cartas de lectores
17 Febrero 2018

NEPOTISMO

He leído en LA GACETA (11/2), que el nepotismo no ruboriza a los intendentes de Cambiemos. Dada la importancia que tiene este tema para el desarrollo saludable de un sistema de gobierno democrático, republicano y federal, me permito aportar lo siguiente: según los diccionarios enciclopédicos, el nepotismo “es la preferencia que tienen algunos gobernantes o funcionarios públicos para dar empleos públicos a familiares o amigos, sin tomar en cuenta las competencias de los mismos para la labor, sino su lealtad o alianza”. La historia de la humanidad nos hace ver que mediante costosas revoluciones desde lo humano, ya que se perdieron vidas, se logró que se abolieran los privilegios de cuna. En los regímenes republicanos no se acepta la prevalencia de la sangre o de la amistad como criterios de promoción o para la obtención de cargos públicos u obtener privilegios. Hay que considerar que el nepotismo, al no estar tipificado como delito en el Código Penal, se presta o facilita a que sea un medio para cometer actos de corrupción y por ello se convierte en un mecanismo para incurrir en actuaciones que disminuyen y menoscaban los fundamentos de la forma de gobierno que establece nuestra Carta Magna. Además, erosionan la dignidad y la honorabilidad de la gestión pública, porque afectan el bien común. En Tucumán, como en el país, las prácticas y el uso del nepotismo (o meritocracia) se han generalizado y extendido de tal modo que se lo considera algo natural, lo que agrava la situación y afecta nuestro futuro como Nación. Por todo ello: si se elimina o controla el nepotismo se estaría atacando una de las causas de la corrupción que hoy nos agobia. El desafío de los gobernantes debe ser encarar con seriedad y firmeza esta causa, que poco a poco desacredita y destruye las instituciones de nuestra República. Los ciudadanos, si queremos un país mejor, debemos exigir que sea así.

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Juan Francisco Segura

[email protected]


PARO DE COLECTIVOS (I)

El paro de colectivos, que nos causó serios problemas, pudo haberse evitado si las autoridades responsables de asegurar este necesario servicio público hubieran cumplido. Un paro que afectó al comercio y a miles de personas, quienes no pudieron concurrir a sus trabajos. Fue una muestra de irresponsabilidad y total desprecio de nuestros gobernantes, porque tenían los recursos necesarios, como son los $ 650 millones que retiraron del banco de San Martín al 700 y se los llevaran a la Legislatura para pagarles los sueldos a los choferes de colectivos y así impedir el paro. Esos fondos, que es dinero del pueblo que paga sus impuestos, deben ser destinados a obras que mejoren este abandonado Tucumán, ciudad histórica en manos de funcionarios ineptos, irresponsables y corruptos. Son funcionarios, están bien pagados, pero no cumplen sus promesas y le mienten al pueblo que los votó. No pongan más las manos en la sagrada Biblia (cuando juren), porque son conscientes de que no van a cumplir con sus falsas promesas electorales.

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Juan Carlos Monasterio

Pasaje Luis Beltrán 1.452


San Miguel de Tucumán



PARO DE COLECTIVOS (II)

El paro de colectivos del jueves y viernes de la semana pasada fue un acuerdo entre César González (secretario general de UTA), Jorge Berreta (presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros) y Enrique Romero (subsecretario de Tránsito y Transporte) para presionar al Concejo Deliberante. El iracundo Romero brilló por su ausencia, no colocó ni un cepo y se estaban cometiendo miles de faltas de tránsito. Berreta aduce que los colectivos, sólo unos dos o tres, comenzaron a las 4:30 su recorrida; pero él tenía que dar la orden de que regresaran al galpón antes del inicio del paro, pero esta vez no hizo nada, cuando en protestas anteriores los vehículos abandonaban el recorrido dos horas antes. Berreta insiste con el aumento escalonado (del boleto); y con ese criterio, en diciembre estaríamos en $ 17,50. O sea que primaría la posición del empresario y los usuarios seríamos, otra vez, “la salchicha del pancho”. Los pobres pasajeros serían los perdedores; déjennos respirar una vez. Aparte, el servicio es pésimo: unidades sucias, ventanillas que no abren ni cierran, no tienen cortinas, el aire acondicionado fue para las fotos. Párrafo aparte para los choferes, seres mal educados que no ayudan a las personas mayores, se detienen bien lejos del cordón de la vereda. Espero que los concejales se pongan los pantalones largos y otorguen un aumento acorde a los sueldos de los trabajadores, y no piensen sólo en beneficiar al empresario.

Luis Lucas

Barrio San Nicolás
Alderetes



PESCA CON DEVOLUCIÓN

Desde que el hombre pisó la Tierra, buscó distintas maneras de alimentarse con animales o vegetales, tanto de tierra como de agua y aire. La pesca, en particular, dio alimento a millones de personas hasta nuestros días. Curiosamente, un grupo de pescadores pretende llamar “el deporte de la pesca” a lo que sólo es un mecanismo recreativo, un entretenimiento en soledad o entre amigos. Se debe pescar únicamente para comer lo obtenido de las muy distintas maneras de hacerlo, con anzuelos o señuelos, pero siempre lo pescado debe servir para alimentarse. Decía más arriba que algunos lo consideran un deporte. Veamos: estar cuatro a ocho horas sentado en los duros asientos de un bote, o desde las orillas de un río o lago, sufriendo las inclemencias del tiempo, con temperaturas de hasta 40ºC, o tal vez con algún chubasco fuerte, ¿es deporte? ¿O comparando el número y la calidad de lo obtenido contra sus eventuales compañeros? Pero desde hace un tiempo, algunos pescadores disfrazados de ecologistas practican la “pesca con devolución”, es decir, el pobre animal que hace desesperados esfuerzos por liberarse de los afilados como destructivos anzuelos (más aún los múltiples de tres puntas) mientras el “buen pescador” lo “clava” varias veces, dándole o quitándole línea y goza con el dolor del animal, que por cierto no grita “¡Ay, por Dios, cómo duele esto!”, y entonces consideran que los pescados no sienten dolor. Sólo una personalidad ignorante o perversa puede dar estos absurdos como falsos argumentos. Pero ellos se divierten así, y ya con el pescado en el bote, procederán a arrancar el anzuelo dañando órganos vitales del animal, lengua, carrillos, agallas o branquias, ojos. Luego se sacarán fotos múltiples para ufanarse ante los amigos. Es frecuente, además, que el pescado se les escape de las manos, y que para evitar esto lo sujeten con fuerza, dañando inclusive la capa mucoide que protege su piel, u órganos internos y lo tienen unos minutos fuera del agua, sin saber que más de 30 segundos ya es suficiente para que el pescado no sobreviva (excepto algunos pocos peces de cuero). Para finalizar, lo tiran desaprensivamente de nuevo al agua. Si el pescador cumpliera con los reglamentos en vigencia, alcanzado el número de piezas reglamentario, tiene que dejar de pescar. No hacer más daño a la naturaleza. Pero sobre todo, no pensar que se trata de un deporte, sino de un mero pasatiempo, recreativo además si el paisaje lo amerita, pero que practicado de otra manera, hace un importante daño al entorno ecológico.

Federico Vázquez

[email protected]


JUBILADOS TRANSFERIDOS

Leyendo lo que escribe el periodista Juan Manuel Asís en Panorama Tucumano de LA GACETA, relacionado con el drama que padece Alberto Lebbos al no tener respuesta del esclarecimiento de la muerte de su hija Paulina, como así también los miles de engañados que quieren acceder a una casa del Instituto de la Vivienda, quiero agregar -con todo respeto- el padecimiento de más de 20.000 jubilados provinciales transferidos que murieron esperando que este Gobierno cumpla con los compromisos asumidos en 1996. El citado periodista rinde homenaje al maestro de Periodistas, el español Miguel Ángel Bastenier -fallecido en abril de 2017- quien dijo: “Un buen periodista tiene que ser primero honesto, no ser condescendiente y escribir y publicar lo que otros callan”. Así, Asís dice que “Esconder, ocultar, camuflar, tapar, velar, callar, celar, desfigurar, disfrazar, disimular, enmascarar, fingir, paliar, recatar, reservar, solapar, soterrar, silenciar, tapar”, todos son sinónimos de “encubrir”. Todas estas malas acciones las cometió el ex gobernador José Alperovich, en contra de los más débiles que somos los jubilados transferidos, negándoles e incumpliendo lo que ordenó la Justicia en 1996: pagar la movilidad y la porcentualidad. El Gobierno provincial aprobó y promulgó la Ley N° 7.652 de Movilidad Provisional. ¿Qué dice la citada ley? Que toda vez que el Poder Ejecutivo otorgue aumentos de sueldo al personal de la Administración Pública que se encuentre en actividad, de inmediato deberá pagarles a los jubilados en la proporción que corresponda. Luego de innumerables marchas de protesta, Alperovich cumplió lo ordenado en 2005, y lo pagó hasta el año 2008, y a partir de 2009, inexplicablemente, congeló los haberes de los jubilados transferidos, no pagándoles ningún aumento. Esta irregularidad se prolongó con el actual gobernador, Juan Manzur, quien utiliza todo tipo de sinónimos cuando la prensa lo entrevista, “ocultando, escondiendo la verdad, tapando, disfrazando”, tal cual cita el periodista, ya que los responsables de hacer cumplir las normas miran para otro lado, transformándose en “encubridores de Estado”. Gobernador: No dilate más este drama que padecen los jubilados transferidos; consulte con su ministro de Economía y págueles a los pocos jubilados que quedan con vida.

Carlos N. Núñez

Paraguay 3.282


San Miguel de Tucumán


VEREDAS EN MAL ESTADO

No es raro que, periódicamente, debamos dedicar este espacio cedido gentilmente por LA GACETA, a analizar el problema que significan las veredas en pésimas condiciones, tanto en el centro como en los barrios de San Miguel de Tucumán. Sucede que estamos ante una cuestión que nunca se soluciona, a pesar de la importancia que, para cualquier vecino, tiene la regularidad de la superficie donde pisa. Si se fuera a confeccionar una lista de las cuadras de la ciudad Capital que exhiben tanto el destrozo de sus veredas como directamente la ausencia de las mismas, sería necesario un libro de nunca acabar. El problema tiene diversas modalidades. A veces las baldosas respectivas faltan o están rotas y, en ciertas ocasiones, la acera no existe en absoluto. Esto último ocurre con demasiada frecuencia cuando se trata de playas de estacionamiento, o de obras en construcción, o de viviendas o locales comerciales, o de baldíos. Tampoco quiero descartar a las veredas existentes, pero confeccionadas con baldosas resbaladizas en clara infracción a la ordenanza que especifica el tipo de revestimiento que deben tener. Los responsables de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán debieran sacudir su apatía y encarar la corrección de una seria deficiencia de la ciudad.

Jacinto Barrionuevo

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