“Las metas inflacionarias se adaptan a las expectativas”

“Las metas inflacionarias se adaptan a las expectativas”

El mercado proyecta una inflación minorista del 16,6% para diciembre de 2018.

EN ESPERA. Según Invecq, la credibilidad del Banco Central, conducido por Federico Sturzenegger, quedó dañada. dyn EN ESPERA. Según Invecq, la credibilidad del Banco Central, conducido por Federico Sturzenegger, quedó dañada. dyn
31 Diciembre 2017

La coordinación de paritarias ante la nueva meta inflacionaria fijada por el Gobierno y la restauración de la credibilidad del Banco Central que ha quedado más dañada por el cambio de target o por la magnitud del desvío que hubiera existido en caso de continuar con las metas iniciales, son los grandes desafíos a resolver en el 2018.

Así lo reveló un estudio de la consultora económica Invecq, al que tuvo acceso LA GACETA, que señaló también que las nuevas metas están muy en línea con el último relevamiento de mercado que proyecta, en promedio, una inflación minorista del 16,6% para diciembre de 2018 y del 11,4% para diciembre del 2019. “En este sentido, pareciera que la decisión tomada fue la de adaptar las metas del Central a las expectativas del mercado. Es decir, al no conseguir quebrar las expectativas y llevarlas hacia la meta oficial, entonces no quedaba más remedio que hacer coincidir las metas a las expectativas”, señaló el trabajo.

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Los interrogantes

Sin embargo, la consultora señaló que aún quedan algunos interrogantes por dilucidar respecto a cómo piensan el proceso desinflacionario y la dinámica de los precios las autoridades del Banco Central. “La expectativa de 16,6% para fin del año que viene fue formada por el mercado en un contexto de altas tasas de interés. De hecho, el propio Banco Central aseguraba que el principal canal de transmisión de la política monetaria era el de las expectativas. Pero inmediatamente luego del anuncio del relajamiento de las metas, el Banco Central convalidó tasas de interés en el mercado secundario de entre 2 y 3 puntos porcentuales menores para cualquier plazo”, enfatizó. Y agregó: “si los mecanismos descriptos hasta el momento por el Central se mantuvieran, entonces las expectativas del mercado deberían subir ante una menor dureza del Banco Central. Y, de esta manera, las expectativas que ahora se encuentran muy cerca de las nuevas metas podrían comenzar a separarse nuevamente, lo que no sería para nada deseable”.

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Otra salida

Sin embargo, se explicó, otra alternativa es que el Banco Central haga un análisis similar al de muchos de sus variados críticos. Por un lado podría estar pensando que el proceso de desinflación tiene sus propios tiempos y que no puede ser manejado únicamente por la tasa de interés. “En este caso la disminución de las tasas no generaría grandes cambios en las expectativas”, enfatizó.

También podría compartir el argumento de que tasas tan altas terminarán provocando el efecto adverso sobre las expectativas, aumentándolas en base a un déficit cuasifiscal cada vez más grande. “En este caso, un relajamiento de la contracción monetaria podría incluso ser favorable para las expectativas, dando vuelta por completo la idea original del funcionamiento del esquema de metas”, manifestó.

Sea cual fuera el motivo de fondo, habrá que ver en los próximos meses si la decisión fue acertada o no. Por el momento, según la consultora, el movimiento abrupto del tipo de cambio sumará algo de inestabilidad a una tasa de inflación mensual que en diciembre ya venía inflada por los anuncios de aumentos de precios regulados.

“Sin lugar a dudas que este cambio aporta una cuota de cohesión al discurso oficial que quedaba bastante desdibujado cuando debía mencionar una meta del 10% para 2018. Lo que queda por ver es cómo será la coordinación de paritarias ante la nueva meta y si la credibilidad del Central queda más dañada por el cambio de target o por la magnitud del desvío que hubiera existido en caso de continuar con las metas iniciales”, concluyó.

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