Restos del “Cura” Campo

Restos del “Cura” Campo

Vana búsqueda en el cementerio de Flores.

EL NICHO 4720. En lo alto, es el tercero desde la izquierda. Debía contener la urna de Campo, pero no hay placa que informe si está allí. EL NICHO 4720. En lo alto, es el tercero desde la izquierda. Debía contener la urna de Campo, pero no hay placa que informe si está allí.

Siempre me intrigó el paradero de los restos de José María del Campo (1826-1884): el famoso “cura Campo”, reiterado gobernador de Tucumán después de Caseros. Un día, en el sobre “9075. José María del Campo” del Archivo de LA GACETA, encontré copia de una nota de 1986, dirigida al Senado de la Provincia. La firmaban Raquel Pardo Posse de Borzone y su hermana Sahara Estela Pardo Posse de Martínez Barruti. Se decían “nietas de Benjamín Posse y Josefa del Campo de Posse, y a su vez sobrinas del sacerdote José María del Campo”. Informaban que los restos estaban en el cementerio de Flores, Buenos Aires, y pedían que la urna se llevase a Tucumán.

Acompañaban otras fotocopias, donde constaba que la urna ingresó a ese camposanto el 28 de octubre de 1904, y se colocó en el “nicho 4720. Fila 8. Galería restos”. Constaba la renovación del nicho en 1956, a nombre de Benjamín Posse; su transferencia, en 1966, a Sahara Zoila Pardo, y en 1986, por muerte de ésta, a su hermana Angélica Raquel Pardo.

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Resuelto a tomar una foto del nicho, me trasladé hace varias semanas al cementerio de Flores. No pude hallar de entrada el nicho 4720, en la tétrica edificación de varios pisos. Tras preguntar en la administración, me indicaron otra serie de nichos, en la parte vieja y al aire libre. Bajo la lluvia, divisé al 4720 de la fila 8, no sin cierta emoción y bajo la lluvia. Estaba alto. Pero encontré que, a diferencia de los otros nichos, sobre la tapa de mármol no había inscripción alguna, salvo el borroso número. Supongo que, o la concesión no se renovó y la urna pasó al osario, o la placa identificatoria se desprendió, y allí sigue la urna. En los libros no había una anotación que aclarase la incógnita; y, obviamente, yo no tenía como hacer abrir el nicho para verificar su contenido. ¿Estarán allí los restos del célebre Campo?

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