A los 75 años la jubilación no figura en la agenda de Daniel Barenboim

A los 75 años la jubilación no figura en la agenda de Daniel Barenboim

El músico argentino-israelí celebra su cumpleaños con un concierto benéfico que dirigirá Zubin Mehta

EN BUENOS AIRES. Como cada agosto, en el Festival Barenboim protagonizó seis conciertos en el Teatro Colón, con Martha Argerich.   EN BUENOS AIRES. Como cada agosto, en el Festival Barenboim protagonizó seis conciertos en el Teatro Colón, con Martha Argerich.
15 Noviembre 2017

“Siempre escucho que hago demasiado. Sin embargo, hago lo que me gusta”, dice Daniel Barenboim a DPA. Director de orquesta, pianista, embajador de la reconciliación, Barenboim cumple hoy 75 años. Obviamente, lo celebra con un concierto benéfico en la Filarmónica de Berlín, que dirige desde hace 25 años. El cumpleañero abordará obras en piano solo, y la batuta quedará en manos de Zubin Mehta, su amigo desde hace años, con obras de Richard Strauss, Johannes Boris Borowski y Ludwig van Beethoven.

Sus padres fueron sus profesores: ya con siete años Barenboim maravillaba en su Buenos Aires natal con piezas de Beethoven para piano.

Escuchar y hacer música de manera activa van de la mano para Barenboim, como en una orquesta, en la que cada músico debe darlo todo, pero también debe escuchar a los demás. Esta es la consigna de la Academia Barenboim-Said, que abrió en Berlín este año para su West-Eastern Divan Orchestra. La agrupación, cofundada con el intelectual palestino-estadounidense Edward Said (1935-2003), está integrada por jóvenes talentos musicales palestinos, árabes e israelíes y con el tiempo se ha convertido en todo un símbolo mundial de la conciliación en el conflicto de Cercano Oriente.

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En su cumpleaños es reacio a hacer un balance. “Creo en las tres fases, pasado, presente y futuro. No se puede vivir y disfrutar del presente sin el pasado, y sin la mirada en el futuro. Todo está unido. Me gustaría tener poder sobre mi condición física. No me interesa vivir mucho tiempo sin calidad de vida”, afirma. Jubilarse no entra en los planes de Barenboim: lo esperan más viajes, conciertos, la academia de música, ensayos y entrevistas. La Staatskapelle lo ha nombrado director vitalicio. “Probablemente no sabían que iba a aguantar tanto”, comenta divertido.

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