Dejan una banca, pero se llevan consigo anécdotas e historias para toda la vida

Dejan una banca, pero se llevan consigo anécdotas e historias para toda la vida

Las peronistas Miriam Gallardo y Mabel Carrizo, el radical Juan Casañas y Federico Masso (Libres del Sur) relatan sus vivencias en la enigmática Cámara de Diputados. Mitos y verdades de su función.

22 Octubre 2017

Juan, ¿nos vas a saludar ahora que te vas al Ejecutivo? ¡Saludanos!”, bromea Mabel Carrizo. El Juan al que se refiere es Casañas, que se ríe y asiente. Él está contento porque el puesto que tendrá ahora, explica, está más relacionado con su esencia de hombre de campo. “¡Qué lindo que nos hacen una nota sobre nuestro trabajo! Creíamos que nos iríamos por la puerta de atrás”, celebra Miriam Gallardo. Federico Masso lanza carcajadas y hace chistes políticos a sus colegas. “Todos extrañaremos llevar la voz del pueblo y transformarla en leyes. Está demostrado que los cuatro trabajamos por la provincia, al margen de nuestras diferencias políticas”, concluye Carrizo en un momento de silencio durante la charla.

Hoy los tucumanos elegirán a los cuatro dirigentes que reemplazarán en el Congreso a los diputados nacionales Carrizo (PJ), Gallardo (PJ), Casañas (UCR) y Masso (Libres del Sur). A 50 días del recambio parcial (la provincia cuenta con nueve escaños en la Cámara Baja), LA GACETA los reunió para que hicieran balances de sus gestiones, pero también para que contaran algunas infidencias fuera del libreto político. Distendidos, recordaron anécdotas y dejaron en claro que las confrontaciones por las diferencias políticas se apagan junto con las luces del recinto.

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Los parlamentarios desmitificaron ideas instaladas en la creencia popular en relación a la actividad. Describieron que sus despachos, lejos de ser ostentosos, son minúsculos, están carcomidos por la humedad y que Internet casi nunca funciona; aseguraron que no cuentan con tanto poder como se cree; que para contar sus asesores alcanzan los dedos de las manos y que pasar más de la mitad de la semana en Buenos Aires los mantiene lejos de sus familias. Fueron contundentes en algo: creen que el trabajo de los diputados no está lo suficientemente valorado.

Lo que todos extrañarán: el fulgor y la adrenalina del recinto. Comentaron que no olvidan las sesiones de hasta 17 horas y el nivel político de algunos debates. Tampoco los vínculos que formaron con representantes de otras provincias, sobre todo, del interior.

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El destino que tendrán después del 10 de diciembre, cuando asuman quienes los sucederán, será variado, pero permanecerán ligados a la actividad política. Carrizo volverá a la militancia; Gallardo a ponerse al frente de la Red de Mujeres Solidarias de Lules; Casañas asumirá como coordinador nacional de Cambio Rural en el Ministerio de Agroindustria de la Nación (está como asesor ad honorem) y Masso fue tentado para integrar el gabinete municipal de la capital.

- Miriam Graciela Gallardo

Tiene 54 años y es doctora en Biología. Está casada con César Dip, ex intendente de Lules, y tiene cuatro hijos varones. Fue legisladora provincial en 2007 durante dos años, hasta que resultó electa diputada. Concluirá en diciembre su segundo mandato como diputada nacional por Tucumán, en el bloque del Frente para la Victoria. Es congresal nacional del Partido Justicialista y preside la Red de Mujeres Solidarias de Lules.

- Nilda Mabel Carrizo

Tiene 38 años y es docente. Está casada con el ex legislador provincial Jesús Salim y tiene dos hijos. Fue consejera de la Juventud Peronista provincial y una de las figuras locales de la agrupación kirchnerista La Cámpora. La famaillense trabajó en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Fue electa diputada nacional en 2013 e integra el bloque del Frente para la Victoria.

- Federico Augusto Masso

Tiene 50 años y es técnico constructor. Está en pareja, tiene cinco hijos y dos nietos. Comenzó a militar en la secundaria y en la UTN formó parte del centro de estudiantes. Es titular del Movimiento Libres del Sur. Fue funcionario de Desarrollo Social y Emergencias Climáticas provincial. Fue subsecretario de Desarrollo Social municipal en capital hasta 2016, cuando reemplazó al radical José Cano en su banca. Su bloque, Libres del Sur.

- Juan Francisco Casañas

Tiene 54 años y es ingeniero agrónomo y productor. Está casado y tiene tres hijos. Comenzó a involucrarse en política en 2008, durante el enfrentamiento del campo con el Gobierno nacional por la resolución 125, que aumentaba las retenciones. En 2009 fue electo diputado por primera vez y cumplirá con su segundo mandato en diciembre. Fue candidato a vicegobernador en 2011, secundando a José Cano. 

Proyectos: los favoritos

¿Qué proyectos que impulsaron o acompañaron los enorgullecen? Masso celebró la Ley de Emergencia Social, en la que fue cofirmante. Gallardo resaltó una serie relacionada con ampliar los derechos para discapacitados y los reconocimientos a figuras tucumanas. Masso afirmó que propuso el repudio a los dichos del edil Agustín Romano Norri sobre el cáncer y Evita y que Gallardo puso el audio de Whatsapp en la sesión. “Le gané al cáncer y esas cosas no hay que dejarlas pasar”, dijo él. Casañas dijo que presentó muchos proyectos, pero que le dolió no conseguir el apoyo político para la iniciativa de abrir un centro de recuperación para adictos en el ex Hospital Militar.

“Como docente y persona que le gustan los deportes, me enorgullece la Ley del Deporte, aporté para enriquecerla. Una que me queda pendiente es la ley integral de derechos para personas con discapacidad”, lamentó.

Mejor/ peor extrañar

“Extrañaré los debates, porque enriquecen. Es entender que, más allá de que pensemos distinto, podemos llegar al consenso. No extrañaré las peleas en las comisiones (risa). Tengo un niño pequeño, que es el que más sufrió que me vaya, el faltar a un acto o cuando pasa a la bandera”, afirmó emocionada Carrizo. “¡No voy a extrañar nada!”, lanzó Casañas y luego agregó que fue un aprendizaje enorme para él, que venía de otro ámbito. “La política tiene mucho de noble. La valoro mucho porque te permite mostrar lo mejor y lo peor de cada uno”, rescató. No echará de menos el sacrificio de estar lejos de su familia. Gallardo extrañará los debates: “cada compañero cuenta sus realidades, es tener una visión más grande. Masso coincidió. “Cuando uno nació en la militancia de abajo, llegar ahí es importante. Es estar en la cocina de la política. Lo que no extrañaré es ausentarme, por mis hijos”, aseguró.

Futuro: ¿qué harán el 10 de diciembre? 

Carrizo afirmó que seguirá militando. “Seré una militante que se pone a disposición para seguir trabajando. Ya hablé con algunos compañeros que pueden llegar para que continúen con proyectos que son importantes”, contó. Casañas asumirá como funcionario nacional, en el área de Cambio Rural. “Estaba como asesor ad honorem. Me parecía que el pueblo me había elegido y no podía renunciar”, afirmó. “No le quería dejar la banca a Sandra Manzone (le sigue en la lista”, bromeó Masso. “Es amiga la Sandra”, negó el agropecuario.

Gallardo seguirá al frente de la Red de Mujeres Solidarias de Lules. “Me pondré a disposición de las autoridades con toda mi experiencia y preparación académica, para que lo que consideren que puedo ser útil”.

Masso afirmó estar analizando una propuesta del intendente Germán Alfaro para volver a la Municipalidad capitalina.

Anécdotas: primeras vivencias

“La primera vez que entrás sentís una energía muy fuerte. Es un espacio con 257 personas tratando de lograr que los proyectos en los que trabajan puedan ser ley”, resumió Gallardo. Casañas coincidió con ella. “Yo, cabecita negra del interior, me senté en la Cámara y me tocó compartirla con Kirchner, Carrió y Stolbizer, personalidades a las que ves por la tele. Es mucha responsabilidad representar a los tucumanos”, reflexionó.

Masso recordó que le tocó debutar en una sesión de 19 horas, durante el debate por los llamados “fondos buitre”. Carrizo contó que la primera vez que le tocó hablar fue para fundamentar su voto a favor de la segunda moratoria previsional. Estaba tan compenetrada que, sin darse cuenta, cuando la santiagueña Norma Abdala, le pidió que redondeara, le gritó demasiado vehementemente: “¡ya termino presidenta!”. “Me miró como diciendo ¿qué pasó?”, recordó. 





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