Una trama que se desteje en el día de las madres

Una trama que se desteje en el día de las madres

Una narración tan absorbente que se lee casi sin respirar

LIRISMO ERÓTICO CAUTIVANTE. Detalle de la portada del libro del británico Graham Swift, que ofrece una perspectiva insistentemente femenina. LIRISMO ERÓTICO CAUTIVANTE. Detalle de la portada del libro del británico Graham Swift, que ofrece una perspectiva insistentemente femenina.
15 Octubre 2017

NOVELA

EL DOMINGO DE LAS MADRES

GRAHAM SWIFT

(Anagrama - Barcelona)  

Graham Swift es parte de una generación de narradores británicos talentosos, nacidos durante la segunda posguerra, entre los que ubicamos a Julian Barnes, Ian Mc Ewan y Martin Amis, quienes le han devuelto a la ficción inglesa vigor y originalidad. Educado en Cambridge, Swift cuenta en su haber con títulos de éxito como El país del agua (2006), Últimos tragos (1996), novela ganadora del Premio Booker, y Mañana (2007).

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La acción de El domingo de las madres, último libro definido como nouvelle erotique, transcurre a lo largo de una sola jornada, un día especial: domingo 30 de marzo, fecha en que solía celebrarse en el Reino Unido el “día de las madres”.

La Gran Guerra ha diezmado el tejido social. Tres familias vecinas de la aristocracia rural, que han perdido a sus hijos, organizan un almuerzo campestre. Se percibe un tono decadentista en la conciencia de pertenecer a un orden que se escabulle, como las horas de esa luminosa mañana de primavera.

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Es también el día en que las mujeres de la servidumbre regresan a sus hogares para agasajar a sus madres. Todas, menos una, Jane Fairchild, huérfana y sin familia a quien visitar. Tendrá una cita amorosa, no obstante, con Paul Sheringham, el único hijo vivo de los vecinos, con quien mantiene una relación clandestina de cuatro años. Será el último encuentro, ya que el joven va a casarse, en unos días, con una muchacha de su clase.

La aparente concisión argumental es el marco para espesar un tiempo psicológico y dar rienda suelta a un lirismo erótico cautivante. Todo lo que condiciona las apariencias de una identidad: vestiduras, espacios, autoimagen, se desplazan o desaparecen.

Graham Swift nos sorprende con una narración tan absorbente que se lee casi sin respirar. A pesar de la tragedia, habrá un bautismo de luz. A pesar de la despedida, habrá una iniciación, que si bien se origina en el cuerpo y es absorbida por la piel, no será física, sino intelectual. La perspectiva es insistentemente femenina en una ilación genial y compacta.

Martín Zulaika traduce a nuestra lengua con corrección.

© LA GACETA

María Eugenia Bestani

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